5 diciembre, 2025

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La Reforma Electoral. Los Protagonistas: Morena

Trópico de Cáncer/Jesús Collado Martínez

La legitimidad ha sido el objetivo final de todas las reformas electorales promovidas e impulsadas por los presidentes de la república desde 1977, primero, el gobierno priista acusado de la represión de los estudiantes en el 68 y en el 71, y de llevar a cabo una guerra sucia contra los movimientos armados y los movimientos de disidencia política.

Después, las acusaciones de fraude en la elección de 1988, el asesinato del candidato presidencial en 1994, hasta culminar con la acusación de fraude en el 2006 y la negociación de una reforma electoral por votos legislativos para llevar a cabo reformas constitucionales incluyendo la reforma energética en 2014.

En todas las reformas electorales de los gobiernos priístas y panistas, la busca de legitimidad y confianza de los ciudadanos, le abrieron espacios a la oposición política, a la creación de nuevas leyes e instituciones electorales, a la creación de nuevos partidos, a depurar las reglas de la contienda electoral, todos ellos cambios profundos y radicales que le dieron un nuevo rostro a la vida política del país.

 Por eso, el anuncio de la Presidenta Claudia Sheinbaum de crear una Comisión para la Reforma Electoral que contribuya a la integración de la iniciativa que le presentará al Poder Legislativo, ha provocado una tormenta mediática y en redes sociales que deja ver la preocupación de los actores de la vida pública por no quedarse fuera de la mesa de la discusión de los temas qué van a cambiar el modo de hacer política en nuestro país.

Sólo que ahora, en el caso de reforma electoral que se avecina, el fin político no es la legitimidad, ya que la presidenta asumió el Poder Ejecutivo con la mayor votación de la historia electoral del país y mantiene una aprobación del 78%. Ahora, hasta donde se alcanza a ver, la motivación para realizar esta reforma es cambiar desde los cimientos el sistema electoral, para que en el actual régimen, las nuevas reglas pongan las decisiones fundamentales del país en manos de los ciudadanos.

Sin embargo, Morena no necesita un árbitro electoral parcial o a modo, lo que el partido dominante y el país requieren es que las instituciones electorales, las leyes y los partidos políticos sirvan al pueblo de México, sin dejar de ser confiables por su desempeño y su capacidad de proteger el sufragio de los ciudadanos y de dar certeza a los resultados de las elecciones, respetando de manera irrestricta la voluntad popular.

En ese contexto la discusión de mayor calibre se dará en el seno del Movimiento de Regeneración Nacional Morena, por ser el partido que llevó a Claudia Sheinbaum a a la Presidencia de la República, el que gobierna en la mayor parte de las entidades y municipios más poblados del país y el que mantiene la mayoría calificada en el Congreso de la Unión.

Es preciso recordar que la discusión y la confrontación política están en el ADN de Morena y de la mayor parte de sus integrantes. Su fundador Andrés Manuel López Obrador fue formado en el priismo tradicional y se unió al Frente Democrático Nacional como disidente del PRI en 1988, participó en la fundación del PRD en 1989 y en 2011 encabezó la formación de Morena como un grupo disidente del PRD, que se constituyó como partido político en 2014.

A los distintos grupos dentro de Morena se les distingue fundamentalmente por su posición política, más que por nombre y apellido. Con ese criterio y sin pretender un recuento exhaustivo, podríamos decir que los grupos más relevantes son:
 LOS FUNDADORES que son aquellos que sin importar su origen acompañaron al fundador del movimiento desde sus inicios y entre los cuales se encuentran la Presidenta de la República y sus colaboradores más cercanos.

LA IZQUIERDA HISTORICA a la que también pertenece la Presidenta Sheinbaum, que son todos aquellos que se formaron en el Partido Comunista Mexicano PCM, el Partido Mexicano de los Trabajadores PMT, el Partido Revolucionario de los Trabajadores PRT, el Partido Socialista de los Trabajadores PST, el Partido Socialista Unificado de México PSUM y todos aquellos que se formaron y militaron en la izquierda y nunca formaron parte del PRI.

LOS ULTRAS que forman parte de esa misma categoría y se oponen a mantener cualquier alianza con personajes que provengan de otra formación y que consideran que el gobierno actual debería hacer un posicionamiento de izquierda más profundo y definido.

 LOS EX PRIISTAS Y PANISTAS que son los ex dirigentes y militantes del PRI y el PAN, que llegaron desde la formación de la Corriente Democrática que encabezaron Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez y que en sucesivos desprendimientos de sus partidos originales fueron arribando a las nuevas organizaciones que surgieron desde 1988.

LOS DIPUTADOS Y SENADORES que pertenecen a todos esos grupos, integran la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores y se mantienen unidos en torno a los coordinadores de los grupos parlamentarios de Morena.

LOS GOBERNADORES de los 22 estados que gobierna Morena, que representan una fuerza política considerable, por la influencia natural que tienen en los territorios bajo su mandato, que sin duda van a participar en la discusión electoral y tendrán en sus manos la operación política del proceso electoral de 2027.

Ante la responsabilidad de fijar la posición de Morena frente a la Iniciativa de Reforma Electoral que presentará la Presidenta Sheinbaum, lo deseable sería que los distintos grupos que integran ese partido unificaran su posición y presentaran sus propuestas ante la Comisión encabezada por Pablo Gómez, sin embargo, la diversidad de los integrantes del pleno de la asamblea de Morena haría previsible que haya de debates muy ríspidos y que incluso podrían llegar a provocar fracturas.

Conducir esa discusión interna será una prueba de fuego para la Presidenta de Morena  y su comité nacional que tienen ante sí el mayor reto de su ejercicio al frente de la mayor fuerza política del país, contribuir a la transformación profunda del Sistema Electoral de México y mantener la unidad para ganar la gran elección del 2027.

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