5 diciembre, 2025

5 diciembre, 2025

Aguas contaminadas son riesgo invisible

Organizaciones ambientalistas afirman que una de las principales causas son la gran cantidad de envases de fertilizantes y químicos con las que se tratan las tierras agrícolas

CIUDAD VICTORIA, TAM.- La contaminación del agua en Tamaulipas es un problema grave que afecta a la mayoría de sus ríos, presas, arroyos y lagunas.

De acuerdo una evaluación del 2024, la Comisión Nacional del Agua (Conagua), dijo que el 73% del agua superficial en el estado está contaminada con bacterias y materiales tóxicos.

En dicha evaluación, se detectaron niveles de agua «contaminada» y «fuertemente contaminada» en 60 de los 82 puntos de supervisión.
La exposición a aguas contaminadas puede causar enfermedades gastrointestinales, de la piel y otras afecciones graves, además de afectar la biodiversidad y el ecosistema acuático.

La contaminación que reciben los cuerpos de agua que se encuentran en todo el municipio sigue avanzando sin freno y el daño que esto causa a la población, es incalculable.

Tirso Oropeza, dirigente de la Asociación Civil Color y Esperanza, dijo que cada año, una cantidad incalculable de envases de pesticidas y herbicidas, son abandonados a campo abierto sin una adecuada disposición final, lo que causa una grave contaminación a la tierra, los mantos freáticos y por ende, los cuerpos de agua.

Dijo que desde hace décadas se sabe de esta situación y se ha denunciado, ante el desinterés de múltiples autoridades, pero sobre todo de los propios ejidatarios, quienes no ven que el daño también actúa contra ellos mismos.

«Al final de cuenta es simple, un envase de veneno que se deja en la tierra, que después de años se desintegra y esas mismas partículas se pasan al propio cultivo que después las tomará de la tierra o con la misma lluvia se van a ir a ríos a contaminar mucho mas nuestros cuerpos de agua», dijo.

Agregó que es incalculable el daño que existe a nuestros cuerpos de agua, pero sí es evidente el deterioro, sobre todo si se toma en cuenta que hace cuatro o cinco décadas, la gente tomaba agua de los canales sin ningún problema y hoy,. ya no pueden hacerlo. «Ese es un ejemplo claro de lo contaminada que está en nuestra agua, hoy no hay quien se atreva a tomar agua de un río, de un canal o de cualquier cuerpo de agua, porque sin hacer ningún tipo de estudio, sabemos que esa agua no es apta consumirse», afirmó.

Dijo que a lo largo de las últimas dos décadas hay personas e instancias que han tratado de demostrar que el agua de nuestros ríos y canales está contaminada y causando enfermedades graves como el cáncer, sin embargo, la falta de recursos y de tiempo de esas mismas personas, ha hecho que no se pueda demostrar fehacientemente.

Agregó que la apatía también se ha adueñado de distintas organizaciones de la propia sociedad, quienes ven también la inacción de las dependencias ambientalistas en los diferentes gobiernos y terminan por desistir en su lucha.

«Somos una zona agrícola muy amplia y si tú te vas en cada parcela puedes ver cómo hay los botes de pesticidas, de químicos tirados al aire libre, no podemos hablar con precisión del daño porque es incalculable, pero lo que si podemos decir es que el daño siguen avanzando sin ningún tipo de freno», dijo.

Agregó que mientras la situación persista, el daño podrá continuar de forma paulatina y solo será posible frenarlo si se establecen acciones que multen directamente a quienes tiran los envases con químicos al aire libre y se aplican leyes ambientalistas con el rigor que se requiere.

Reiteró que el problema de los cuerpos de agua no es la basura común como botellas o el unicel, sino aquello que a simple vista no siempre se ve, pero que realmente llega a dañar.

Se usan “venenos” en 35 mil has.

De acuerdo a datos estadísticos de autoridades agrícolas, solo en El Mante se siembran anualmente más de 35 mil hectáreas de cultivo que requieren del uso de fertilizantes, herbicidas y pesticidas.
Con base en los números de distintas organizaciones agrícolas, se deduce que en la zona compartida de temporal y riego se siembran anualmente alrededor de 18,000 ha de acuerdo a datos de los últimos ciclos.

A esto se suman alrededor de 17,000 hectáreas activas de caña en las cuales también se utilizan los productos químicos.
El principal problema es que en ninguna de las dos zonas según reconocieron autoridades existen módulos para la disposición final de los envases de estos herbicidas o pesticidas

Los envases de plaguicidas son considerados residuos peligrosos y deben ser gestionados conforme a la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos. Se recomienda el triple lavado de los envases, su inutilización para evitar reutilización indebida, y su entrega a los planes de gestión de devolución de envases postconsumo que los fabricantes o importadores ponen a disposición para su reciclaje o disposición adecuada, ya que la práctica de tirarlos directamente a rellenos sanitarios no está permitida en México y mucho menos, dejarlos a cielo abierto.

POR STAFF
EXPRESO-LA RAZÓN

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