Me he puesto a pensar cuántos litros de lágrimas producimos a lo largo de la existencia. Entonces el líquido, el mismo que sirve para lavar el parabrisas de los ojos, sale a borbotones, lloramos todo el día y el torrencial escapa del estuche y se disipa. No hay nube, simplemente desconocemos lo qué hay atrás de una lagrima.
Antes de una lágrima hubo otras. Detrás de esa lágrimas posiblemente vienen otras más cargadas de datos. Muchas lágrimas contenidas suelen salir juntas a un baile. Están cansadas de la esclavitud y la nostalgia, cansadas de asomarse por la gran ventana y ver la vida decadente.
Las lágrimas provienen sin embargo detrás de un largo periodo de provocaciones. En un escritorio las lágrimas escriben al penitente una húmeda carta en donde se dicen inocentes gracias de nada. Comienza la lluvia. Llora uno y lloran todos, el llanto se contagia en los internados, la psicosis se apodera una persona que llora por el temor y la incertidumbre.
Las lágrimas organizadas se detienen a conveniencia, suele fingirse una sonrisa en lo que las lágrimas aguardan tras las cortinas el toque de queda que les de vida. Una vez fuera de los ojos las lágrimas hacen por la chuleta, se fugan en una pipa de las que van a la Moderna, con el tiempo las vuelven a ver en otros ojos muy sonrientes.
Las lágrimas a como hayan sido son una canción, un pequeño depósito de agua, un acuario de peces micro métricos, una lágrima termina enamorada de la otra antes de la risa, cuando todo acabe y queden solamente los recuerdos.
Atrás de una lágrima viene una muchacha a su cita, la lluvia impide ver la otra lluvia, la de los ojos. Impide ver a la otra muchacha. Los ojos son globos terraqueos, el agua aprieta y la gente corre. La muchacha corre con su propia lluvia, no hay donde esconderse.
Con lágrimas se hace el barro para una vasija con agua. Desde una lagrima la muchacha convence a todo el mundo de ser una buena persona. Algo duele y las lágrimas brotan para avisar al mundo de la tristeza. Entonces una palabra que venga es bienvenida, una oferta, un incremento salarial, un beso, un aplauso, una buena noticia.
Un río subterráneo ha de recorrer todas las estaciones del cuerpo y abastecer las tiendas y oxxos donde hagan falta lágrimas. También hay lágrimas de contento y de todos los sabores , lágrimas de cocodrilo, fresa, guayaba y piña.
Un puñetazo en la cara arranca unas cuantas lágrimas, no estoy llorando. Se llora de coraje tirando patadas a lo carajo. Se llora sobre el pañuelo de lágrimas que debe ser un amigo, sino es que nomas se ande riendo de uno. Reír es llorar pero a la inversa, reír llorando dice el poeta, así como que nadie se de cuenta. Si quieres que alguien se ría, cuenta tus penas María.
En ausencia vino una lagrima al evento, brindémosle un fuerte aplauso. Entonces el agua ocupa su lugar y la lágrima comienza su discurso de lágrimas donde el auditorio es exaltado hasta el llanto que escapa por los poros de la audiencia y por todos lados hay gebte
Tal vez si lloramos lo suficiente logremos poner un negocio para vender agua purificada. Cura el llanto y las ganas de ir al baño también. El agua de lágrimas queda en la cúpula de lo orgánico, fue procesada en el cuerpo, no quita lo menso porque nada quita eso. Pero en un descuido cura el cáncer. Sale un remedio curando las ronchas y al rato lo cura todo, incluso las reumas.
HASTA PRONTO
Por Rigoberto Hernández Guevara




