La segunda mitad del sexenio de Américo Villarreal Anaya arranca con un gobernador empoderado por la alineación de las instituciones, Morena y sus aliados dominan el Congreso local, las principales alcaldías y el andamiaje judicial, un escenario que marca diferencia con otros tiempos.
La Fiscalía estatal y la Anticorrupción dejaron de operar bajo control político, el Supremo Tribunal de Justicia tiene nuevas figuras, los organismos autónomos perdieron margen como contrapeso, los programas del Bienestar cubren territorio y la UAT, con su influyente estructura mantiene cercanía, lo que completa un blindaje inédito.
El contraste histórico es inevitable, Tomás Yarrington vivió una segunda mitad con Vicente Fox distante, Eugenio Hernández enfrentó la militarización de Calderón, Egidio Torre padeció violencia desbordada con Peña Nieto, Cabeza de Vaca libró una guerra absurda con López Obrador.
Villarreal no enfrenta presidentes adversos ni congresos hostiles, su partido controla el Senado, la Cámara de Diputados y la presidencia de la República, esa coincidencia fortalece la gobernabilidad y abre espacio para proyectos que otros mandatarios ni siquiera pudieron plantear.
El poder acumulado marca un nuevo ciclo, si logra traducirlo en seguridad, infraestructura y desarrollo económico, el sexenio quedará como referente de la alternancia, si se limita a administrar su blindaje, la concentración institucional pasará como control sin beneficios.
El pasado mostró a gobernadores debilitados en esta etapa, rebasados por crisis políticas y confrontaciones con la federación, el presente coloca a Villarreal en la posición contraria, fuerte, con respaldo presidencial y con la maquinaria local funcionando a su favor.
En 2022 la oposición intentó frenar en tribunales lo que las urnas ya habían definido, litigó en los tribunales para tumbar los resultados de la elección, pero careció de pruebas, el Tribunal Electoral federal ratificó los votos y cerró la puerta a la nulidad.
La alternancia se impuso con fuerza y la oposición quedó derrotada en dos frentes, en urnas y en tribunales, lo que fue la elección que no pudieron echar abajo hoy es la base de un gobierno que tiene la oportunidad de hacer historia.
Sucesión con aroma de mujer
Si algo parece perfilarse para el futuro de Tamaulipas es el desenlace de este proceso que hoy vivimos, marcado por el empoderamiento de las mujeres. En algún lugar del evento celebrado ayer debió estar sentada quien será la candidata del morenismo, que hoy tiene en sus manos el poder del país y del estado.
Por. Pedro Alfonso García




