El mensaje que emitió ayer el gobernador Américo Villarreal Anaya con motivo de la primera mitad de su gobierno sirvió para hacer un balance de lo conseguido en tres años.
Es inevitable recordar ahora las circunstancias políticas y sociales en las que se encontraba Tamaulipas, y por lo tanto, dimensionar los avances que ya se pueden presumir.
Pero del contenido del conservatorio que encabezó el mandatario, es igual de relevante el anuncio de múltiples proyectos de infraestructura que le cambiarán el rostro y darán nuevas vocaciones a diferentes regiones del estado.
De sur a norte, va un recuento de las obras que enumeró ayer el gobernador para ser desarrolladas en la segunda mitad de su administración.
Viaducto elevado. Se trata de un segundo piso vehicular en el acceso a la zona conurbada que agilizará el tránsito en ese sector, con un tramo de 4.5 kilómetros que iniciará en Altamira y terminará en la zona norte de Tampico.
Cualquiera que haya cruzado ese camino en las horas pico, entenderá la urgencia de esta obra.
Libramiento Poniente en Mante. Forma parte del sistema carretero que incluye la autopista Mante-Ocampo-Tula, y que precisamente busca acercar al puerto de Altamira con el Bajío, para seguir detonando el crecimiento industrial del sur del estado. Esta vialidad, por cierto, está diseñada para ahorrar tiempo a los transportistas, pero sin quitarle protagonismo a la población cañera.
Corredor Norte del Golfo de México. Desde la zona conurbada también saldrá esta supercarretera que conectará con la que ya viene desde el sur, y atravesará todo el estado -pasando por el centro- para llegar hasta Reynosa, con una inversión de 400 mil millones de pesos. Parte de este proyecto contempla la posibilidad de construir un nuevo puente sobre el Río Pánuco, para conectar de manera más eficiente al sur de Tamaulipas y al norte de Veracruz.
Puerto Seco. Para el centro del estado ya está en marcha el proyecto de infraestructura que le cambiará la vocación económica a la capital, con la instalación de un recinto fiscalizado, que formará parte de un gran complejo industrial de 1,300 hectáreas, que busca ser el centro neurálgico de logística en el noreste del país, con bodegas, vías de transporte -férreas y carreteras-, así como zonas comerciales y de servicios.
Tren Saltillo-Nuevo Laredo. Otra obra que ya inició y que devolverá la vida al transporte ferroviario de pasajeros en el país, llegando al cruce fronterizo comercial más importante del país.
Agencia Nacional de Aduanas. Es cuestión de meses para que la presidenta regrese a Tamaulipas para inaugurar las instalaciones de este organismo que confirmará la trascendencia económica de Nuevo Laredo.
El puerto del Norte. Después de muchos años, se rescató esta obra que convertirá a Matamoros en el tercer puerto de altura de Tamaulipas, y que aspira a convertirse en una puerta de entrada más para el comercio internacional, sobre todo el relacionado con la industria petrolera.
Con una combinación de inversiones públicas y privadas, esta cartera de proyectos es la más ambiciosa que se haya presentado en un periodo de tiempo tan corto. Son obras que, en conjunto, representan un legado. Un logro que nadie -ni la oposición más corta de vista- podrá regatear al gobernador.
