5 diciembre, 2025

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Ni a los muertos respetan

La celebración de los fieles difuntos aun mueve a gran parte de la población, pero hay detalles que la empañan

– ¡Vecinoooooo! – gritó Doña Leonor frente a la casa del Caminante alrededor de las 8 de la mañana.
– Buenos días doña Leo, ¿qué pasó?
– Oiga, ¿no tendrá un azadón que me preste?
– ¿Un azadón? uy, tengo uno viejito déjeme ver si lo hallo, porque tengo tiempo que no lo veo.

El Caminante buscó entre los triques a un lado del tanque de gas y ahí estaba el mentado azadón.
– Mire, tengo este ¿es mucho lo que va a chapolear?
– Nombre, vamos al panteón, a desyerbar la tumba de mi mamá, es poquito, pero apenas con azadón porque con machete no se puede.
– Ah, oiga pero el día de los muertitos es el domingo, ¿a poco se va a adelantar? – preguntó el Caminante
– Si vecino, es que si vamos hasta el mero día dos, se amontona la gente, o hay una filotota para agarra agua.
– Bueno eso sí, además se pone pesado el tráfico.

– Nombre, deje eso, siempre que vamos, tenemos que dejar a mi sobrino el Jimmy cuidando al carrito, para que no lo abran o le roben un espejo o las copas – mencionó doña Leo.
– ¿Y a qué panteón van?
– A los dos, al del cero Morelos, y al de la Cruz, en uno esta mi abuelita y en el otro mi mamá.
– Aza, pues es buena hora, aunque si va a estar larga la jornada.
– Si vecino por eso nos vamos a llevar el asador para ya en la tardecita asar pollito y comer ahí con la familia de mi hermana.
Doña Leonor tomó agradecida el azadón y se trepó al tsurito que ya venía hasta el tope de familia y chamacos.

Muchas familias, como esta, prefieren acudir al camposanto antes o incluso después del 2 de noviembre para visitar a sus fieles difuntos. Y no es para menos pues, aunque la fiesta es colorida y bullanguera, las aglomeraciones terminan por causar muchos imprevistos que, si no se manejan correctamente terminan convirtiéndose en problemas.

– Nosotros también vamos, pero ya después, ya cuando pasó todo el alboroto – contaba Lalo ‘el pollo’ al Caminante – antes íbamos el mero día, pero una vez regresamos al día siguiente a buscar un machete que se nos había quedado olvidado en la tumba de mi abuelito, y pues cuando llegamos, ni machete, ni flores ni coronas ni nada, ya se las habían ‘volado’ las pinches ratas.
– No manches que gachos.
– Y no es por lo que cuestan las coronas, bueno si, poquito, porque ese día se ponen más caras, pero lo que mas molesta es la falta de respeto.
– Ya no hay respeto ni por los difuntos, Pollo.

– Son una bola de hipócritas, según respetan mucho las tradiciones y que los valores de México y la madre y terminan faltándole el respeto robándoles las flores y las coronas pa’ revenderlas ahí mismo afuera del panteón de la Cruz.
– Y por eso mejor van después.
– Si compi, aunque no es lo que uno quisiera, porque pues antes era realmente una celebración, yo recuerdo en casa de mi abuelita allá en Pánuco, ponían altar bien grandote y hacían comida y la compartían con los vecinos y había música y convivencia, no había mucho eso de pintarse la cara.

– ¿Allá no se acostumbran pintar como catrinas?
– ¡Uy no pariente! eso es mas una onda cultural, mas influenciada por las películas, por Hollywood, es una costumbre tirándole mas al estilo de Halloween. Es como el desfile ese que ahora hacen en la Ciudad de México, lo empezaron a hacer porque en una película de James Bond apareció como si fuera una tradición mexicana, pero nada que ver, se empezó a hacer por la película, y así como esa hay un montón de cosas que sin darnos cuenta vamos adoptando y terminamos presumiéndolas como ‘tradiciones muy nuestras’.
– Pues por lo pronto, ya te hicieron decidir que vayas al panteón a visitar a tus difuntos el día 3 y no el 2 como marca la tradición mi Pollo.
– Nombre y lo mas chistoso, antes en la entrada a los panteones vendían calaveritas de azúcar, pan de muerto, dulces, cuetones, tamales, flores, elotes, churros, etcétera, ahora llegas y venden hamburguesas, hotdogs, pizzas ¡y hasta mercancía china!
– Mi Pollo, ¿tu crees que el Halloween le ha quitado su lugar al dia de muertos?
– Si pero solo en la infancia y la juventud, porque las fiestecitas y pachangas disfrazados son mas atractivas que los rezos y las celebraciones en familia y en casa, pero ya creciditos muchos voltean a ver mas lo relativo al día de muertos, en fin, la hipocresía.
Este día 2 de noviembre una gran parte de capitalinos acudirán a visitar a sus difuntos, esperemos que sea una experiencia agradable. Demasiada pata de perro por esta semana.

POR JORGE ZAMORA
EXPRESO – LA RAZÓN
 
 

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