CIUDAD DE MÉXICO.-Las infecciones urinarias son más frecuentes de lo que se piensa, y aunque suelen considerarse leves, pueden afectar la calidad de vida si no se tratan a tiempo.
A menudo, comienzan con una sensación de ardor o urgencia al orinar que pasa desapercibida, pero detrás de ese síntoma puede esconderse una infección que requiere atención médica.
Comprender cómo y por qué se originan estas infecciones es el primer paso para prevenirlas eficazmente.
¿Qué es una infección urinaria?
Una infección urinaria (IU) es una enfermedad causada por la presencia de microorganismos, principalmente bacterias, en alguna parte del sistema urinario, que está compuesto por los riñones, uréteres, vejiga y uretra.
De acuerdo con Mayo Clinic, la mayoría de las infecciones se localizan en las vías urinarias inferiores, es decir, en la vejiga (cistitis) y la uretra (uretritis).
En casos más graves, las bacterias pueden llegar hasta los riñones, provocando una pielonefritis, que requiere atención médica inmediata.
Las infecciones urinarias son más comunes en mujeres, aunque también pueden presentarse en hombres, niños y adultos mayores. Su aparición suele relacionarse con la entrada de bacterias intestinales, especialmente Escherichia coli, al tracto urinario.
¿Cómo saber si tengo una infección urinaria?
Según MedlinePlus, los signos y síntomas más comunes de una infección de vejiga o vías urinarias bajas incluyen:
•Orina turbia o con presencia de sangre, generalmente con un olor fuerte o desagradable.
•Fiebre leve en algunas personas.
•Dolor o ardor al orinar (disuria).
•Presión o calambres en la parte baja del abdomen o en la zona lumbar.
•Necesidad urgente y frecuente de orinar, incluso poco después de haber vaciado la vejiga.
Cuando la infección se extiende hacia los riñones, los síntomas se vuelven más graves y pueden incluir:
•Fiebre alta (más de 38.3 °C).
•Dolor en el costado, la espalda o la ingle.
•Náuseas y vómitos.
•Escalofríos, sudoración nocturna o cansancio extremo.
•Dolor abdominal intenso.
•Cambios en el estado mental o confusión, especialmente en adultos mayores, donde a veces es el único signo de infección.
Complicaciones de las infecciones urinarias
La IU suele ser leve y responde bien al tratamiento antibiótico cuando se detecta a tiempo, sin embargo, si no se trata adecuadamente, puede generar complicaciones graves como:
•Infección renal (pielonefritis): ocurre cuando las bacterias ascienden desde la vejiga hacia los riñones, provocando fiebre alta, dolor lumbar y malestar general.
•Hematuria: presencia de sangre en la orina, visible o detectada mediante análisis de laboratorio.
•Septicemia: la complicación más grave, se presenta cuando las bacterias pasan al torrente sanguíneo. Es potencialmente mortal y requiere atención médica inmediata.
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Factores de riesgo de las infecciones urinarias
Las infecciones urinarias son muy comunes, sobre todo en mujeres, se estima que al menos 1 de cada 2 mujeres tendrá una infección urinaria a lo largo de su vida, según datos de la Mayo Clinic.
Factores de riesgo más frecuentes en mujeres
•Anatomía femenina: la uretra más corta permite que las bacterias lleguen con mayor facilidad a la vejiga.
•Actividad sexual: las relaciones sexuales frecuentes o el cambio de pareja incrementan el riesgo.
•Anticonceptivos: el uso de diafragmas o espermicidas puede alterar el equilibrio bacteriano natural.
•Menopausia: la disminución de estrógenos modifica el pH vaginal, aumentando la susceptibilidad a infecciones.
Factores de riesgo generales
•Malformaciones o alteraciones en el flujo normal de la orina.
•Obstrucciones como cálculos renales o agrandamiento de la próstata.
•Sistema inmunitario debilitado, como en personas con diabetes o enfermedades crónicas.
•Uso prolongado de catéteres o sondas urinarias.
•Procedimientos médicos recientes en las vías urinarias.
Prevención básica y hábitos saludables
Una vez tratados los síntomas, es posible reducir el riesgo de recurrencias con medidas simples y efectivas:
1Bebe suficiente agua (de 1.5 a 2 litros diarios) para favorecer la eliminación de bacterias mediante la orina.
2No retrases la micción: orina tan pronto sientas la necesidad.
3Limpieza adecuada: límpiate de adelante hacia atrás después de usar el baño para evitar la propagación de bacterias desde el recto a la uretra.
4Ropa interior de algodón: favorece la ventilación y evita la humedad.
5Evita el estreñimiento con una dieta rica en fibra, frutas y verduras.
6Aumenta el consumo de cítricos como naranja, limón o toronja, ricos en vitamina C, que ayudan a acidificar la orina y disminuir el crecimiento bacteriano.
7Evita duchas vaginales o productos irritantes, ya que pueden alterar el equilibrio natural de la flora vaginal.
La infección urinaria es una enfermedad frecuente, pero tratada a tiempo y con las medidas preventivas adecuadas, suele tener una rápida recuperación.
Reconocer los síntomas —ardor al orinar, fiebre, dolor en la espalda o urgencia urinaria— es fundamental para buscar atención médica temprana y evitar complicaciones graves como la infección renal o la septicemia.
Si los síntomas persisten o se presentan signos de alarma, como fiebre alta o dolor intenso en el costado, acude de inmediato al médico. La detección temprana y el tratamiento adecuado son la clave para proteger tu salud urinaria.
Con información de EXCÉLSIOR




