Una lectura que no debe pasar inadvertida con la llegada de Eduardo Govea a la Fiscalía General es que, con su arribo, se toca la última trinchera de protección del exgobernador panista Francisco García Cabeza de Vaca.
El panismo ya había mostrado resistencia cuando Tania Contreras inició su ruta hacia el Poder Judicial. A gritos —literalmente— Cabeza de Vaca ordenaba, desde McAllen, Texas, al dirigente estatal del PAN endurecer la guerra sucia contra ella. Pese a la presión y las campañas negras, Tania terminó llegando al Poder Judicial.
Días antes de la elección de Govea, la Suprema Corte atrajo el amparo que hoy protege al exmandatario panista. Con ello, abrió la puerta para que la FGR reactive su carpeta, impulse órdenes de aprehensión y, eventualmente, solicite su extradición, salvo que la Ministra Batres confirme el amparo a favor del ex gobernador.
Luego surgió un rumor fuerte: “Francisco ya no está en McAllen; se fue todavía más lejos”, confesó un panista con conocimiento directo del tema, por la decisión que tomará la Corte.
En paralelo, con la inminente llegada de Govea, Cabeza de Vaca instruyó nuevamente al “Cachorro” para atacar al candidato a Fiscal. Sin embargo, algo ocurrió: el PAN terminó dócil en el Congreso. No hubo un discurso firme ni un posicionamiento que hiciera temblar la designación.
Y es que el panismo sabe perfectamente quién llega. Govea no es un improvisado. Enfrentó al cabecismo como abogado de Morena ante el IETAM y como operador jurídico durante la elección de 2022. Después debió sortear las barreras impuestas por el propio grupo de Cabeza para impedirle llegar a la Fiscalía Anticorrupción y, posteriormente, a la Unidad de Inteligencia Financiera.
Dos años más tarde de iniciado este gobierno de Morena, ya firme en el cargo anticorrupción, Govea logró la vinculación de al menos siete exsecretarios panistas, incluido un extitular de Educación sentenciado a 19 años de prisión, un ex Secretario de SEBIEN vinculado y actualmente preso en el Penal de Victoria además de varios subsecretarios y un expediente que apunta directamente al exgobernador.
A diferencia de su antecesor, Irving Barrios —quien actuó con claros sesgos políticos— Govea ha procurado respetar el debido proceso y sostener cada imputación con pruebas, dejando atrás expedientes fabricados como los que el mismo Barrios y Raúl Ramírez levantaron contra la familia Villarreal.
Hay otra lectura igual de importante: Américo Villarreal cumplió lo que dijo desde campaña. Señaló que su abogado formaría parte de su proyecto y que tenía el perfil para la Fiscalía. Hoy, Govea llega exactamente a ese punto.
La “cirugía jurídica” que realiza no se parece a la que Cabeza aplicó entre 2016 y 2022. Aquí se debate ante un juez; allá se ejecutaba desde el poder, con expedientes amañados y presiones políticas.
Hablar de “fiscal carnal” es un debate legítimo, pero incomparable con el 2017, cuando Peña Nieto, intentó el “pase automático” para convertir a Raúl Cervantes en Fiscal General por nueve años sin revisión legislativa. En Tamaulipas hubo 40 aspirantes, un proceso paritario y una votación pública, aun con la abstención del PAN.
¿Govea podría proteger a exfuncionarios de este gobierno? Es una hipótesis que el tiempo probará o descartará. Lo que sí puede afirmarse es que Barrios sí lo hizo a favor de Cabeza y su equipo y hoy, han perdido la última trinchera del panismo.
Américo entra a su fase de cosecha
El gobernador Américo Villarreal asistirá el próximo sábado al Zócalo capitalino para sumarse a la conmemoración por los siete años de los gobiernos de la transformación, encabezados actualmente por Claudia Sheinbaum. Ahí se celebrará la disminución de la pobreza como uno de los avances más visibles del proyecto nacional.
Tras la sesión solemne del Congreso, donde entregó la Medalla al Mérito Ciudadano a la maestra Cecilia Lugo, el mandatario señaló que Tamaulipas transita una etapa de resultados gracias al apoyo constante del gobierno federal. Aseguró que varios proyectos estratégicos ya están concluidos y otros se encuentran en su fase final.
Según el gobernador, Tamaulipas entra ahora a una fase de consolidación tras tres años de trabajo continuo, periodo en el que asegura haber sembrado las bases para una transformación humanista orientada a generar mayor prosperidad y bienestar compartido para la población.
Por Arturo Rosas H.
