19 diciembre, 2025

19 diciembre, 2025

Esto dice la psicología de las personas que se niegan a poner árbol de Navidad

Aunque esta es una época llena de felicidad y amor, hay quienes se niegan a festejarla lo que puede significar una respuesta emocional a un año abrumador

MÉXICO.- La Navidad es una de las épocas más esperadas para muchas personas alrededor del mundo ya que no sólo significa reunirse con la familia y descansar de la rutina, sino que también sirve como una especie de cierre de ciclo en donde se deja atrás todo lo malo.

Una de las figuras más representativas de esta temporada son los árboles de Navidad, mismos que adornan los hogares de todo el mundo. Pero no sólo resaltan por su belleza, sino también por el ritual que trae consigo el colocarlos, pues ésto suele hacerse en compañía de la familia y con la felicidad que embarga estas fechas.

Sin embargo, para algunas personas esta temporada se encuentra cargada de sentimientos negativos, por lo que su primera reacción es negarse a decorar su hogar y prefieren dejar el árbol de Navidad guardado para otra ocasión. Aunque ésto puede convertirte en un «grinch«, la psicología afirma que hay una respuesta emocional mucho más profunda.

Este es el profundo significado psicológico de no querer celebrar la Navidad

Negarse a poner el árbol de Navidadevitar las cenas y compromisos familiares o decidir pasar diciembre solo, no siempre tiene que ver con poco espíritu festivo ya que especialistas en salud mental de distintos países advierten que el cierre del año suele concentrar una carga emocional significativa que no todas las personas pueden o desean sostener.

Negarse a armar el árbol de Navidad, evitar las cenas o decidir pasar diciembre como un mes más no siempre responde a un rechazo caprichoso a las fiestas.
Fotografía: Freepik.

Investigaciones publicadas por la Asociación Americana de Psicología (APA) señalan que diciembre combina varios factores que podrían generar estrés en las personas, tales como compromisos socialesgastos más fuertes de lo común e incluso una especie de obligación de mostrarse feliz y agradecido por un mero compromiso social.

Desde la psicología clínica se explica que las fiestas suelen actuar como «amplificadores emocionales«, pues según artículos difundidos por el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS), los recuerdos de pérdidasseparaciones conflictos familiares tienden a intensificarse en estas fechas.

Para quienes atravesaron duelos recientes o vínculos dañinos, la Navidad puede convertirse en un recordatorio doloroso más que en un espacio de encuentro y felicidad. A esto se suma el cansancio físico y mental de todo un año de exigencias, por lo que elegir evitar las celebraciones puede ser una forma de autoprotección.

Lejos de la imagen de felicidad permanente que promueven la publicidad y las redes sociales, para muchos el fin de año se vive como un periodo de tensión.
Fotografía: Freepik.

¿Por qué hay personas que no quieren celebrar la Navidad?

Es por ello que más allá de etiquetar a estas personas como «negativas» o afirmar que falta «espíritu navideño«, resulta importante escuchar las señales internas y prestar atención a las conductas de las personas que nos rodean. De acuerdo con la psicóloga estadounidense Susan Albers, especialista en estrés y bienestar emocional en la Clínica Cleveland, resulta importante respetar los límites personales de cada uno.

Aunque pueda parecer una simple acción, ésto podría reducir la probabilidad de agotamiento emocional y resentimiento ya que forzarse a cumplir rituales que generan malestar suele aumentar la irritabilidad y la sensación de vacío, en lugar de promover bienestar.

Diversos estudios publicados en revistas científicas como Psychology Today afirman que es importante mantenerse flexibles en estas fechas, pues hay quienes prefieren festejar de manera distinta, reducir su participación en compromisos familiares o, de plano, no participar en nada puede ser una decisión madura cuando responde a una necesidad real. La salud mental, remarcan, no se mide por la cantidad de reuniones sociales, sino por la coherencia entre lo que se siente y lo que se hace

Reconocer cómo se vive realmente diciembre, sin idealizaciones ni juicios, es un primer paso hacia una relación más honesta con las fiestas.
Fotografía: Freepik.

Finalmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) subraya que el apoyo social no implica imponer formas de celebración, sino acompañar desde la empatía. Insistir, minimizar el malestar ajeno o ridiculizar a quien no quiere festejar puede profundizar la distancia emocional; en cambio, ofrecer alternativas más tranquilas, encuentros breves o simplemente respetar el silencio elegido fortalece los vínculos y reduce conflictos innecesarios.

CON INFORMACIÓN DE EL HERALDO DE MÉXICO

Facebook
Twitter
WhatsApp

DESTACADAS