21 diciembre, 2025

21 diciembre, 2025

Crece participación femenina en política

El aumento sostenido de la participación femenina en cargos de elección popular ha modificado el escenario político estatal y abre la posibilidad de que, por primera vez, una mujer encabece la contienda por la gubernatura en 2028

CIUDAD VICTORIA, TAM.- Es evidente: en el escenario político actual, las condiciones están dadas para que sea una mujer quien llegue a la gubernatura en el 2028.
Sería la primera vez en que eso ocurra, y de hecho, apenas la cuarta ocasión en que se registren candidatas para la competencia estatal.

El Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM) reporta un incremento sostenido muy reciente en la participación de mujeres en candidaturas electas a cargos municipales y legislativos en el estado, con base en estadísticas de 1995 a la fecha.
En el ámbito de las presidencias municipales, la presencia de mujeres propietarias fue históricamente limitada  En 1995 se registraron siete mujeres electas; en 1998 la cifra descendió a dos; en 2001 no se eligió a ninguna; y en 2004 se contabilizó una. Posteriormente, los registros muestran dos mujeres en 2007 y dos más en 2009-2010.

El aumento se observa a partir de 2012-2013, con siete mujeres, y se consolida en los procesos 2015-2016 y 2017-2018, con 17 mujeres electas en cada uno de esos periodos.

En las sindicaturas, los datos también reflejan un crecimiento gradual. En 1995 se eligieron tres mujeres; en 1998, dos; y en 2001 y 2004, seis en cada proceso. Para 2007 la cifra ascendió a 11, y en 2009-2010 se registraron 14 mujeres. En 2012-2013 se observó una reducción a seis, pero en 2015-2016 el número se incrementó a 30, manteniéndose en niveles similares en 2017-2018, con 28 mujeres propietarias.

Las regidurías muestran el volumen más alto de participación femenina desde el inicio del periodo. En 1995 se registraron 77 mujeres propietarias; en 1998, 101; y en 2001, 102. A partir de 2004, el número aumentó de manera constante: 175 en 2004, 179 en 2007, 181 en 2009-2010, 197 en 2012-2013, 215 en 2015-2016 y 220 en 2017-2018.

En el Congreso del Estado, la presencia de mujeres propietarias pasó de cuatro diputadas en 1995 y 1998, a tres en 2001. En 2004 se registraron seis, cifra que se incrementó a diez en 2007 y a once en 2009-2010. En 2012-2013 se contabilizaron 12 diputadas; en 2015-2016, 16; y en 2018-2019, 19 mujeres propietarias.

Para el Proceso Electoral Ordinario 2020-2021, el IETAM informó que, en la integración de los 43 ayuntamientos y del Congreso local, se alcanzaron niveles de participación femenina superiores al 50 por ciento. En presidencias municipales se eligieron 18 mujeres propietarias y 18 suplentes, sumando 36. En sindicaturas, se registraron 28 mujeres propietarias y 28 suplentes, para un total de 56. En regidurías, se contabilizaron 229 mujeres propietarias y 230 suplentes, con un total de 459. En diputaciones, se integraron 18 mujeres propietarias y 20 suplentes, sumando 37.

Mujeres en la antesala

Aunque aún falta mucho camino para llegar a la definición de la sucesión, en estos momentos hay al menos a tres mujeres en la filas de Morena que, si bien no han abierto explícitamente sus intenciones, se mueven en el escenario con estrategia futurista.
La primera que movió piezas en el tablero fue la senadora tampiqueña Olga Sosa Ruiz.

Su salida de la Secretaría del Trabajo para contender por un posición en la Cámara Alta respondió precisamente a la posibilidad de acceder a un reflector más luminoso, y un puesto político que le permitiera recorrer el estado sin limitaciones, más allá de los horarios de las sesiones.

Así lo ha hecho. A través de asambleas y otros eventos, permanece en constante movimiento por la entidad.
Olga Sosa cobró notoriedad política en la década pasada; luego de ocupar posiciones sindicales en la Facultad de Arquitectura de la UAT en Tampico, en el 2009 fue presidenta del Organismo Nacional de Mujeres del PRI, y consejera estatal de ese partido.

También Directora del Instituto de la Mujer de Tamaulipas y diputada federal suplente de Francisco Rábago Castillo; poco después fue diputada local en el Congreso del Estado.
En el 2018 ganó la elección federal para convertirse en diputada federal por el Distrito 8, abanderada por el ahora extinto Partido Encuentro Social (PES) que en ese momento iba aliado con Morena.

En San Lázaro fue Secretaria de las comisiones de Marina y Turismo e integrante de la Comisión de Igualdad de Género.
En el 2021 no buscó la reelección para competir por la alcaldía de Tampico contra el presidente municipal panista Jesús Nader, quien terminó ganando las votaciones.

Para la elección por la gubernatura del 2022 se integró de lleno en la campaña morenista de Américo Villarreal Anaya, y tras el triunfo fue designada como Secretaria del Trabajo.

Desde hace algunos meses también ha quedado clara la aspiración de la alcaldesa de Nuevo Laredo, Carmen Lilia Canturosas, quien sin declararlo de forma abierta, lanza mensajes en ese sentido.

Integrante de un clan familiar con amplio arraigo en el esquina noroeste del territorio tamaulipeco, gobierna además el municipio con mayor presupuesto del estado (casi 5 mil millones de pesos para el 2026) y el de mayor peso en el comercio internacional.
Actualmente está en su segundo periodo después de ganar la reelección en el 2024, en una contienda que como la del 2021, estuvo marcada por muchas tensiones.

Pero a partir de entonces, ha construido una narrativa política que le permite posicionarse en la antesala de los tiempos sucesorios.
Antes de llegar a la presidencia municipal, fue diputada local por Morena en la Legislatura 64 del 2019 al 2021, donde integró una bancada que empezó con diez legisladores y se fue haciendo pequeña.

Había sido regidora en la administración de Enrique Rivas Cuéllar entre el 2016 y el 2018, un periodo que representó un punto de quiebre en la política de Nuevo Laredo, con la salida de Carlos Canturosas de la presidencia, y la llegada de Francisco García Cabeza de Vaca al gobierno del estado.

Desde ese momento comenzó un enfrentamiento que derivó en la persecución judicial contra el ex alcalde y más adelante contra la candidata y luego presidenta municipal.

Acaso la más reciente irrupción en el tablero político de las predicciones sucesorias sea Tania Contreras López.
La presidenta del Supremo Tribunal de Justicia ha cobrado notoriedad por ser la nueva cabeza del Poder Judicial del Estado, y por haber llegado a esa posición gracias al voto en las urnas.

La magistrada llegó a esa posición luego de una campaña inédita a la que se postuló luego de ocupar durante casi tres años la titularidad de la Consejería Jurídica del Gobierno del Estado.

Su trayectoria pública incluye también la Dirección Jurídica de la Secretaría General de Gobierno y la Dirección de la Unidad de Servicios Parlamentarios del Congreso de Tamaulipas.

En 2011 fue elegida como Secretaria General del mismo Poder Legislativo, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar dicho cargo.
En el ámbito electoral, fue Consejera Presidenta del Instituto Electoral de Tamaulipas, donde también fue la primera mujer en presidir este organismo.

La oposición femenina

A diferencia de lo que pasa en las filas de la 4T, en el caso de la oposición las alternativas para la candidatura parecen más parejas entre hombres y mujeres.

Acción Nacional, en medio de un proceso interno para renovar a su dirigencia estatal, parece tener tres cartas sobre la mesa: la repetición de César Verástegui como candidato después de su participación fallida en el 2022; la designación del diputado federal Jesús Madero, la opción de la senadora Imelda Sanmiguel.

La legisladora originaria de Nuevo Laredo alcanzó esa posición por la vía de la primera minoría al quedar en segundo lugar de la elección federal del 2024.

Ya antes había perdido una elección: la extraordinaria del 2023 en la que obtuvo la victoria José Ramón Gómez Leal.
Actualmente es una de las Vicepresidentas de la Mesa Directiva del Senado.

Previo a su llegada a la Cámara Alta cumplió dos periodos como diputada local por Acción Nacional, donde ocupó la presidencia de la Mesa Directiva; desde esa tribuna se convirtió en una de las defensoras más férreas de la agenda política del cabecismo.
De cumplirse el pronóstico de una amplia participación de mujeres en la elección del 2028, se estaría rompiendo una tendencia histórica, pues en la era democrática de Tamaulipas solo ha habido tres mujeres candidatas a la gubernatura: Juana García Palomares en 1992 postulada por el Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional; y Elizabeth Calderón Contreras del PT y Nelly López Vera del PVEM, en 1998.

Desde hace casi 30 años, no se ha vuelto a registrar ninguna mujer en esa contienda.
Mientras el “tiempo de mujeres” protagonizado por la presidenta Claudia Sheinbaum parece afianzarse en Tamaulipas, dos de los estados vecinos atraviesan una etapa de turbulencia porque sus gobernadores operan para forzar a que en la elección del 2027, los partidos políticos estén obligados a postular candidatas para sucederlos.

El trasfondo evidente de esta maniobra es inducir la elección de Ruth González, senadora por el Partido Verde, y esposa del gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo; y de Mariana Rodríguez, esposa de Samuel García, mandatario de Nuevo León.
Es muy probable que el debate de la llamada “Ley Esposa” termine en la Suprema Corte de Justicia de la Nación para determinar si la reforma es constitucional o si termina por invalidarse.

El caso de San Luis Potosí es el más llamativo.
Ahí, el gobernador ha insistido en la viabilidad de esta iniciativa incluso a pesar de la descalificación de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien acusó que este mecanismo legal no favorece a la lucha por la equidad de género, sino por el contrario, lo mancha.
Para el contexto local resulta relevante porque hay lazos políticos de la cúpula del poder potosino con grupos tamaulipecos.
La senadora Maki Ortiz, por ejemplo, no llegó a su curul por las urnas sino como suplente plurinominal de Ruth González, la esposa del gobernador. Como la otrora primera dama ganó la elección de mayoría, cedió su lugar de representación proporcional a la ex alcaldesa y madre del alcalde de Reynosa.

En el escenario político no hay coincidencias: mientras en San Luis Potosí, Gallardo y González operan para que ella se convierta en la primera gobernadora de ese estado, aquí, Maki Ortiz ha sido la primera figura -y única hasta el momento- en autodestaparse para la todavía lejana elección del 2028.

En ambos casos, el membrete a utilizarse será el del Partido Verde bajo el patrocinio económico del poderoso “Pollo” Gallardo.
La diferencia entre San Luis y Tamaulipas radica en que allá se está forzando la selección de mujeres candidatas, para frenar las aspiraciones de candidatos de la oposición, mientras que aquí existe la percepción casi generalizada de que las opciones más fuertes para la competencia son femeninas.

Por Staff
Expreso-La Razón

Facebook
Twitter
WhatsApp

DESTACADAS