22 diciembre, 2025

22 diciembre, 2025

Migrantes ocasionales e indigentes atiende una iglesia católica en Tampico

La iglesia también distribuye 200 despensas cada primer día de mes, apoyada por donaciones ciudadanas de productos de la canasta básica

TAMPICO, TAM,. La llegada es esporádica, pero real: migrantes de Guatemala y El Salvador han buscado apoyo en la iglesia “María Auxiliadora”, donde el párroco Silverio Martínez Bárcenas afirma que atienden a cualquiera que toque la puerta, aunque el sitio no sea un albergue formal.

“Ocasionalmente pero no es un lugar para que lleguen, atendemos a toda persona que venga en la condición que venga… Poquitos, muy poquitos, creo que alguno decía que era de Guatemala… otro de El Salvador, muy contados”

Al ser cuestionado sobre las políticas migratorias impulsadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el sacerdote fue claro.

“Cada quien tiene sus ideas… hay quienes dicen que dice un día una cosa, otro día dice otra. Es difícil entenderle… ah no, son contados… Los migrantes son contados; lo que ofrecemos es para indigentes, si llega un migrante en situación de calle le atendemos”

Martínez Bárcenas expresó que hasta 40 personas en situación de calle acuden de lunes a viernes al comedor comunitario donde se les brindan alimentos picadillo, frijoles, tamales, pizzas, tortas y tacos que dona la comunidad además de canalizarlos a peluquería cuando lo requieren.

“De lunes a viernes nos llegan casi 40 personas de calle, algunos traen problemas de alcohol, de drogadicción… Me llama la atención: comen y se van, les urge irse como si el patrón les estuviera esperando; la idea es darle la atención al ser humano que a veces encontramos en dificultades”

La iglesia también distribuye 200 despensas cada primer día de mes, apoyada por donaciones ciudadanas de productos de la canasta básica.

Quienes deseen sumarse pueden acudir a la oficina ubicada en calle Texas y avenida Cuauhtémoc en la colonia Americana, o consultar las redes sociales de la parroquia María Auxiliadora.

Por Cynthia Gallardo

La Razón

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