MÉXICO.- Desde la infancia, las personas comienzan a construir su forma de relacionarse con los demás a partir de la educación recibida en el hogar. Palabras simples como “buenos días”, “por favor” y “gracias” suelen ser las primeras herramientas que se incorporan para facilitar la convivencia y el respeto en los distintos ámbitos sociales.
En este marco, el experto en psicología Howard Gardner, creador de la teoría de las inteligencias múltiples, sostuvo que “el propósito de la educación es lograr que las personas quieran hacer lo que deben hacer”. Dentro de su enfoque, Gardner remarcó la importancia de la inteligencia interpersonal, entendida como la capacidad de comprender a los demás y relacionarse de manera eficaz, como un factor clave para llevar una vida plena.

Desde la psicología, los buenos modales no solo son una cuestión de cortesía, sino una herramienta fundamental para establecer vínculos saludables. Sin embargo, los especialistas advierten que existen ciertas frases que, cuando se repiten con frecuencia, reflejan una clara falta de educación, empatía y clase en la interacción social.
Las cinco frases que alertan sobre malos modales
- “No es mi problema”. Según la psicología, esta frase funciona como una forma tajante de desentenderse de cualquier responsabilidad emocional o social. Quienes la utilizan de manera habitual suelen mostrar dificultades para establecer relaciones empáticas y cooperativas.
- “Te lo dije, siempre tengo razón”. Los psicólogos indican que esta expresión es común en personas con baja tolerancia a la crítica y una necesidad constante de validación. En la comunicación cotidiana, este tipo de frases bloquea el diálogo y genera un clima de confrontación permanente.
- “Es lo que hay”. Aunque puede parecer una expresión de aceptación, los especialistas sostienen que, en muchos casos, refleja una resignación pasiva y una falta de interés por comprender o acompañar la situación del otro. Desde la psicología, se la asocia con una actitud poco empática.
- “Así soy yo”. Según los expertos, esta frase suele utilizarse como una justificación para no reflexionar sobre el propio comportamiento. Quienes recurren a ella muestran una escasa disposición al cambio, incluso cuando son conscientes de que su actitud puede afectar a los demás.
- “No tengo tiempo para estas cosas”. Los psicólogos advierten que esta frase minimiza los sentimientos del otro y transmite desinterés. Aunque puede parecer una respuesta práctica, con el tiempo puede erosionar los vínculos y generar distancia emocional.
Desde la psicología social coinciden en que el lenguaje cotidiano no solo comunica ideas, sino también actitudes, valores y formas de relacionarse. Las palabras elegidas en una conversación pueden fortalecer o debilitar los lazos personales y profesionales.
CON INFORMACIÓN DE EL HERALDO DE MÉXICO.




