Atenta esa nueva ley en contra de la libertad de expresión
Y toca dictaminarlas a dos senadores por Tamaulipas
Incredulidad sobre las encuestas porque están a modo
Infame lavado de dinero, pero no encuentran culpables
La reforma constitucional con que se pretende frenar las manifestaciones públicas –aunque disfrazada como Ley general de movilidad–, resulta un claro atentado contra las garantías individuales y la libertad de expresión, pues estipula que sólo el Estado habrá de decidir dónde, cuándo, cómo y quiénes tendrán derecho a transitar en la vía pública reclamándoles a los gobernantes la solución a sus demandas.
El martes que nos antecede 292 diputados federales votaron a favor de la modificación a los artículos 11 y 73 de nuestra Carta Magna, 100 lo hicieron en contra y hubo un abstencionista –107 de los 500 que integran la LXII Legislatura (cual es su costumbre) no emitieron su veredicto–, por lo que se aprobó el dictamen que ya obra en poder de la Cámara alta.
Ahí la responsabilidad de frenar o sacar avante el proyecto les atañe solamente a 36 senadores (de 128 que la conforman) –integrantes de las comisiones (¿unidas?) de Puntos constitucionales, Estudios legislativos y Comunicaciones y transportes (éstas ordinarias), aparte de una especial: Movilidad–, en posesión de 11 panistas, 15 priistas, seis perredistas, dos ecologistas y otro par de petistas, por lo que creo que antes de cumplirse el plazo establecido por la ley (180 días) podrían darnos la noticia de que en México están prohibidas las concentraciones, marchas y reuniones de carácter político-protestatorio, so pena de incurrir en delitos federales.
Paréntesis
En esta decisión, están involucrados Manuel Cavazos Lerma (PRI) y Francisco Javier García Cabeza de Vaca (PAN), por lo que me pregunto: ¿así quieren abonar al triunfo de sus partidos en la contienda electoral, al menos en la inmediata (2015)?.
Más de lo mismo
A la nueva protesta sobre el autoritarismo, que pretende ejercer aquí en México el señor de Los Pinos –luego del escándalo por la riqueza aún no documentada plenamente, que a su amparo ha logrado “La gaviota”–, así ha respondido Enrique Peña Nieto, por lo que hay organizaciones, de carácter mundial, que ya le han remitido recomendaciones para que evite establecer el veto a la libre manifestación.
Sin embargo sus testaferros insisten en ello, aduciendo que con una ley más agresiva podría frenarse el descontento ciudadano; y ‘tapándola’ con el rollo de dar garantías a toda persona, atendiendo los principios de igualdad, accesibilidad, disponibilidad y sustentabilidad.
Obviamente nadie cree en las buenas intenciones.
Tan en así que las marchas continuarán retándolo.
Y, por supuesto, exhibiendo al Congreso de la Unión, que hoy, otra vez, se dispone a darle palo al pueblo de México.
Desde luego, acatando instrucciones.
Bacheo en Victoria
En mi recorrido habitual por las arterias de Ciudad Victoria –intenso es por practicar el periodismo–, acostumbro, invariablemente, observar el estado de sus calles y avenidas, parques y jardines, por lo que he sido y soy testigo fiel de su transformación, que el alcalde Alejandro Etienne Llano procura para devolverle a la capital del estado la imagen de ser una ciudad limpia.
Su programa de bacheo ha rendido los frutos proyectados –y esto puede confirmarse al transitar sobre la cinta asfáltica–, aunque sé que todavía quedan deterioros sin atender por la carga de trabajo; igual los proyectos para rehabilitar áreas verdes, por lo que veo con simpatía el empuje cotidiano de los trabajadores del ayuntamiento pa’ “chapolear” los camellones, poner rodetes a los árboles, retirar la basura, marcar con piedras pintadas de blanco zonas no accesibles para caminar y lo mejor es que hasta siembran plantas, contribuyendo a la reforestación y embellecimiento de la localidad.
También quitan de los andadores cualquier obstáculo que pudiera poner en peligro la integridad física de los peatones, tiñen cordones –a fin de delimitar el área–, rasuran palmeras, arrancan árboles inertes y en su lugar siembran nuevos que, con el paso del tiempo, serán los que den a Ciudad Victoria oxígeno y su conservación de áreas verdes.
Usted seguramente ha transitado en los últimos días por el otrora libramiento (hoy llamado boulevard) Naciones Unidas, sobre las rúas Fidel Velásquez, del llamado 17 (Francisco I. Madero) y las avenidas aquí conocidas como el 16 –Cinco de Mayo–, La Paz, Adolfo López Mateos, José López Portillo, y otras, dándose cuenta del cambio en lo que toca a su rehabilitación y limpieza.
No hay grandes obras en esta administración municipal, es cierto, pero esa “manita de gato” (o el “zarpazo de jaguar”) que reclamaba la ciudad lo atiende (y bien) el alcalde, por lo que da gusto transitar por las arterias citadinas observando la transformación de su imagen.
Por cierto, en la víspera González Salum puso en marcha, junto con la Secretaría de Salud, el programa de descacharrización 2012, denominado “Victoria, nuestra capital limpia”, que forma parte de las acciones de prevención y control contra el dengue.
Recelo por encuestas
La percepción ciudadana discrepa de las estadísticas que ofrecen las empresas encuestadotas en relación al posicionamiento de los diez partidos.
Sobre todo porque éstos, según se sospecha, podrían alterar sus resultados a capricho de los clientes ocasionales, con el fin de inducir el voto a favor o en contra de actores predeterminados.
Nunca antes, como en este proceso comicial, la mercadotecnia se hubo involucrado tanto en una justa; y menos los precandidatos le dieron tanta importancia a los parámetros con que ahora se miden los escenarios.
Pero hoy también son ellos, los candidatos, quienes se encargan de desacreditar los sondeos de opinión.
Y más cuando aparecen con menos puntos porcentuales que uno o más de sus pares quienes sí han sabido cómo, dónde y en qué gastar el dinero que les llega vía sus “espontáneos promotores”.
La danza de corporativos registrados o no ante el Instituto Nacional Electoral (INE), es otra de las causas que estimula la incredulidad del pueblo ante las cifras divulgadas.
Y con justa razón, pues cada mes se publican al menos una decena de encuestas.
Las empresas (todas), por su parte, arguyen ser independientes, éticas; aplicar en su levantamiento una metodología probada con índices menores de error; practicar entrevistas aleatorias en todo el estado –aunque hasta la víspera no sé de persona alguna que haya sido alguna vez consultada ex profeso–, hasta se disputan el derecho a anticipar el resultado de los comicios.
En otras circunstancias acertaron en sus pronósticos –es justo y responsable reconocerlo–, aunque desde hace varos años yerran en sus apreciaciones, y en este proceso el sufragio de castigo en contra del PRI se daría por los yerros cometdos por el señor de Los Pinos..
Por tanto, desconocer a la opsición, resultaría estúpido e irresponsable, pues aunque no se vote a favor del PRI, sí se haría en contra del poder omnímodo de la mentada gran familia revolucionaria.
Refiero lo anterior pa’ que no se crea que las encuestas siempre fallan.
No. Lo que ocurre en esta ocasión es que la percepción ciudadana difiere en mucho de la medición practicada en segmentos poblacionales con menos hambre que la que nos sobra.
Usted bien puede comprobar esta apreciación, si acaso se diera tiempo para preguntar en familia, entre amigos o conocidos, qué opinan al respecto.
Y seguramente le dirán que nada quieren con el PRI.
Menos con el PAN ni el PRD.
Asco les da la mentada “chiquillada”.
¿Entonces, hacía dónde voltear la vista?
Lavado de dinero
Con un poderío económico devastador, el crimen organizado internacional bombardea los sistemas financiero, bancario, comercial, industrial y político de México, merced a sus recursos cuya procedencia provoca náuseas.
Cada año los delincuentes de cuello blanco –según estimaciones de la Drug Enforcement Administration (DEA), la Procuraduría General de la República (PGR), y del Programa de las Naciones Unidas en materia de Previsión del Delito–, en nuestro país se lavan un promedio de 100 mil millones de dólares, de los cuales entre el 30 y el 40 por ciento son producto de los ingresos que obtienen los distintos cárteles de las drogas.
Por ello, esta actividad, aunada al flujo de infinidad de recursos provenientes de otras actividades ilícitas –como la defraudación fiscal; el desvío de recursos, la fuga de capitales, la especulación, la usura, el tráfico de armas, oro, joyas y obras de arte; los delitos bursátiles, el contrabando, la prostitución, la pornografía, los fraudes, la economía informal, la corrupción, las importaciones y exportaciones sobrevaluadas y subvaluadas; el robo compra-venta de vehículos usados; el juego clandestino como la bolita, las carreras parejeras, las peleas de gallos y otras–, colocan a México como uno de los principales países donde se blanquea dinero.
De ahí que nuestro país sea visto allá en el extranjero como una nación donde el narcotráfico ya se incrustó en la política, en el gobierno y en el sistema financiero, abarcando todas las esferas sociales.
Índice alarmante
Refiero lo anterior porque allende el río Bravo, hace días, uno de los más altos mandos de la DEA se encargó de abrir la “caja de Pandora”. Sin rebuscamientos señaló con índice de fuego: “México lava dinero del narcotráfico”
Y denunció:
“Millones de dólares provenientes de las ganancias por la venta de cocaína, marihuana y heroína que se distribuyen en los Estados Unidos, son inyectados al sistema financiero de México.
“Una vez efectuada la entrega de drogas (en la Unión Americana), los narcotraficantes mexicanos y colombianos trasladan en avionetas y vehículos terrestres toneladas de dólares que son depositados legítimamente en bancos de ese país”.
Pero no reconoció –por desconocimiento o tratando de tapar el sol con otro dedo–, que el Tío Sam es uno de los principales centros de blanqueo de dinero, con sumas que podrían alcanzar anualmente los 200 y 300 mil millones de dólares, depositadas en bancos de Nueva York, Chicago, Los Ángeles, Miami y San Antonio, por citar a unos cuantos.
Algunos conductos
Negocios de los más variados giros, sistemas bancarios y bursátiles, servicios turísticos y casas de cambio fronterizas, es donde se presentan las mayores operaciones de lavado de dinero a gran escala, según lo que aprecian las autoridades extrajeras que del tema se ocupan.
Ahí los delincuentes de cuello blanco –que no son menos que los narcotraficantes–, van e intercambian billetes de diez y veinte dólares por otros cuya denominación es de 100 dólares o por otro tipo de divisas, aunque existe un método más cómodo y hasta cierto punto extremadamente fácil para el lavado de dinero: la inversión.
Es así como grandes capitales sirven para echar a andar todo tipo de empresas de servicios turísticos –hoteles, bares, restaurantes, cantinas, discotecas, agencias de viajes, aerolíneas, etcétera–, firmas agrícolas, textiles, de asesoría financiera y contable; agencias automotrices, consorcios de bienes raíces y demás, sin olvidar la industria de la construcción.
En todos los casos anteriores los mecanismos para limpiar dinero son más que sencillos, puesto registran ingresos muy superiores a los que en realidad obtienen aun y cuando tengan que pagar impuestos por percepciones que jamás obtuvieron en operaciones lícitas, porque simple y llanamente sus ingresos no han sido tan altos.
Por ejemplo, en el caso de los hoteles, los especialistas en el blanqueo de dinero hacen aparecer ocupadas todas las habitaciones cuando en realidad permanecen vacías, y así el dinero ingresa aparentemente en forma legal a los bolsillos de las mafias.
En el caso de los restaurantes, agencias de viajes, aerolíneas y otras empresas, es todavía más sencillo declarar consumos excesivos sin que éstos se efectúen.
Sistema bancario
La banca tampoco se salva, al menos en México, y prueba de ello es que en los sectores financieros de nuestro país y de todo el mundo se menciona con insistencia que buena parte de las instituciones de crédito fueron compradas con dinero de dudosa procedencia.
Esa sospecha llevó a la quiebra a varias de esas instituciones crediticias debido a la especulación, volatidad de los recursos y otras maniobras fraudulentas; y obligó a las autoridades federales a iniciar averiguaciones previas, intervenciones y auditorías.
Actualmente, en la Procuraduría General de la República existen entre 70 y 80 investigaciones por el delito de lavado de dinero. Muchas de ellas alcanzan el nivel internacional, y en las pesquisas se involucran autoridades judiciales de los Estados Unidos, Suiza, Inglaterra, Canadá y otras naciones.
Desgraciadamente es muy difícil detectar el origen del dinero de procedencia ilícita, pues a diario se realizan millones de transferencias electrónicas: operaciones en ventanilla, movimientos con pagarés, cheques de caja, cheques de viajero, depósitos, órdenes de pago, cambio de divisas y demás, haciendo material y humanamente imposible la detección del dinero sucio.
Bueno, es lo que aducen los encargados de investigar el lavado de dinero.
¡Ah, por cierto!
¿Ya investigaron al Teletón?
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