ROMA, Italia.- Manifestantes se enfrentaron con la policía en Milán y Turín, en una jornada en que dos centrales sindicales realizaron una huelga nacional, la más reciente de una serie de protestas contra reformas laborales que facilitarían a las empresas despedir a trabajadores. La policía informó de nueve arrestos, luego de que agentes con uniforme antidisturbios cargaran contra los manifestantes, que les lanzaron petardos y otros objetos. El primer ministro Matteo Renzi ha prometido que seguirá impulsando las reformas en una economía que se dirige a su tercer año consecutivo de contracción, pero se enfrenta a la resistencia de los sindicatos y de algunos miembros de su centroizquierdista Partido Democrático.
La huelga de los sindicatos Confederación General Italiana de Trabajo (CGIL) y Unión Italiana del Trabajo (UIL) afectó al transporte público, hospitales, escuelas y administraciones civiles en toda Italia, donde se realizaron más de 50 manifestaciones.
El principal blanco de la medida de fuerza era la “Ley de Empleos” impulsada por el primer ministro de 39 años, que apunta a flexibilizar las restricciones para despedir empleados cuando las empresas enfrentan un mal período y debilita el derecho a protestar contra exoneraciones que no se ajusten a la ley.
Con el desempleo en niveles récord y tasas de desocupación juvenil superiores a un 40 %, los sindicatos afirman que el peso de las reformas y recortes de gastos está siendo depositado injustamente en los trabajadores, por lo que no podrán contribuir a reactivar el crecimiento.
El otro gran sindicato de Italia, la Confederación Italiana de Sindicatos de Trabajadores (CISL), también ha criticado al manejo de la reforma laboral por parte del Gobierno, pero no participó en la huelga. En declaraciones efectuadas en Turquía, Renzi aseguró que respetaba el derecho a huelga de los sindicatos, pero agregó que no harán descarrilar su impulso reformista.
La Ley de Empleos es parte de un paquete de medidas prometidas para reactivar a la economía más lenta de la zona euro, cuyos ciudadanos tuvieron en el 2013 menos poder adquisitivo en promedio que el que tenían a comienzos de siglo.
Con información de La Gaceta