Seamos realistas, el PRI en Tamaulipas está en problemas. Conocidas que fueron las presuntas candidaturas en los ocho distritos no existe garantía de que el señalado partido supere la derrota de hace casi tres años con todo y algunos nombres que sólo forman parte de la burocracia política siempre lista y dispuesta a transitar por la ancha alameda del presupuesto, que sacrificarse por la comunidad. Y ni modo que sea invento.
“¿Por qué casi siempre son los mismos?”, pregunta una inquieta lectora y la respuesta es elemental: porque no existe una clase política consolidada hacia el interior del tricolor que genere confianza y fortalezca el sentido democrático necesario en cualquier partido. Sobre todo por los tiempos que vive la república tan severamente cuestionada por los altos índices de simulación que la mantienen al borde del desastre.
Por estos andurriales el PRI no ha cambiado mucho, o no ha cambiado nada mejor dicho. Las presuntas candidaturas federales se movieron hasta el último instante en la clandestinidad. Muchos suponían, por ejemplo, que Mercedes del Carmen Guillén no se la rifaría en un distrito de antemano perdido. Le ordenaron y hubo de aceptar seguramente después de establecer una serie de alianzas y compromisos que deseamos no le traigan penas ni vergüenzas futuras.
Para “Paloma” ganar significaría el paso más importante rumbo a la gubernatura. En igual circunstancia están Alejandro Guevara Cobos, Edgardo Melhem Salinas y Miguel González Salum.
Alejandro es un desarraigado no sólo de Mante, sino de Tamaulipas e igual sucede con Mercedes del Carmen. En cuanto a Edgardo de todos es sabido que su formación y compromiso es con el centro, no con sus paisanos. El haber utilizado la publicidad de Sedesol para lograr la candidatura sólo es parte de su proyecto. El respectivo aval corrió por cuenta de Rosario Robles, esta audaz funcionaria con disfraz de “mujer maravilla” que sedujo a quien la nombró, colocándola en la alfombra roja de los milagros. La ex perredista inició la guerra contra la pobreza en forma incendiaria para terminar entre cenizas de ineficacia. Esta cruzada contra el hambre registra un fracaso nacional. Y en Tamaulipas Edgardo hizo su parte.
2.- González Salum es un político local cuyo mérito es haber permanecido al margen de grupos que suelen degustar el poder con toda intensidad. El distrito de Victoria no estuvo en riesgo para el PRI hasta hace tres años cuando aparecieron 50 mil fantasmas convertidos en votos para el PAN que nadie supo de donde surgieron pero que contaron y por poco superan lo logrado por Enrique Cárdenas del Avellano, quien ahora se puede decir, ganó por uno de esos milagros a los que sólo tiene acceso la magia tricolor. Si el fenómeno se repite, ¡adiós esperanzas de trascender a la historia política de la entidad!.
De manera que Mercedes, Alejandro, Edgardo y Miguel están frente al reto de ganar en sus respectivos distritos lo cual, ya le digo, no será fácil si a la problemática conocida se agregan los agravios y las ofensas a una sociedad decepcionada. Pareciera que no, pero lo que sucede en Guerrero, Michoacán o Chiapas tiene su peso específico en el ánimo de los tamaulipecos, por las similitudes, no por otra cosa. L@s cuatro ya formaron parte del Congreso de la Unión, bueno sería saber que aportaron a favor de la paisanada.
SUCEDE QUE
Al parecer la alcaldesa Leticia Salazar se amparó o estaría por hacerlo, ¿contra qué o contra quién?, ¿por qué motivo, razón o circunstancia?, bueno sería conocer los pormenores, sobre todo cuando está tan revuelta el agua… Y como si algo le faltara a la república, ahora son las enfermeras las que se lanzan a la calle en protesta por la discriminación laboral de que son objeto por parte del supremo gobierno. El reclamo es nacional y al respecto no se conoce la opinión del secretario Norberto Treviño García Manzo. (A lo mejor no tiene porque manifestarla porque no le corresponde). Tal vez no se sabía de un hecho de tal magnitud desde que su padre encabezó aquel movimiento de médicos en los tiempos de Díaz Ordaz y donde, dicen, Emilio Martínez Manautou atizó la hoguera contra el admirado ex gobernador…Mientras tanto, para efectos personales no pudo ser más oportuna la renuncia de Homero de la Garza. Resta poco del sexenio aunque será tiempo suficiente para solventar lo que así convenga quedando listo para lo que pueda ofrecer el futuro. Digo, si es que se ofrece si no psss ni falta hará…En cuanto a la elección interna en el PAN hay voces que aseguran que la fiesta se lleva en paz señalando que Agustín Chapa Torres va “en caballo de hacienda”. Pues que bueno…¿Y qué me dice del rescate de Antonio Martínez Torres?. ¿Acaso estaría en posibilidad de convertirse en alcalde victorense?. Por lo pronto la raza periodiquera confía en que ahora, ya con presupuesto, “el chiquillo cariñoso” se ponga con mejores obsequios navideños después de que en el último diciembre apenas le alcanzó para cuatro tristes cervezas de manufactura artesanal y desde luego su más reciente disco. Es broma… Y falleció don Julio Scherer García. Imposible permanecer ajeno a la desaparición de este enorme periodista que marcó un antes y un después del periodismo democrático. La confrontación con el poder personificado en la soberbia de Echeverría durante el asalto a “Excelsior” colocó a don Julio en la cúspide de la dignidad.
Y hasta la próxima.