Ciudad Victoria dejará de ser en breve una ciudad que sólo gasta sin producir para subirse al tren del dinamismo económico que viene experimentando la economía de Tamaulipas en los últimos 8 meses.
Ayer por la mañana acudí a las oficinas del Servicio de Administración Tributaria a realizar un trámite de rutina y me topé en sólo 2 cuadras con una tienda Coppel atiborrada de clientes sobre la célebre calle Hidalgo; un enorme edificio en construcción a unos metros del SAT y a una cuadrilla de trabajadores afinando detalles en un amplio local a un lado del Banco Santander de la calle Morelos y todo, en apenas 2 cuadras.
Hay movimiento del sector comercial en la ciudad, y eso no se veía desde hace bastante tiempo.
Porter decía que la historia política y social influye en la pericia que se va acumulando en una región y en la estructura institucional en cuyo seno opera la competencia económica.
La razón es lógica: los empleos los generan las empresas, pero para hacerlo, requieren de condiciones propicias para invertir, y un sector público que facilite el clima de negocios, resulta crucial.
El año pasado, dos firmas de prestigio en materia de hotelería y café iniciaron operaciones y una decena de plazas comerciales pequeñas y medianas lucen nuevamente con movimiento y dinamismo.
De sobra sabemos las secuelas que dejó la grave crisis de seguridad que estalló en 2010 cuyos efectos se resintieron en todos los aspectos de la vida pública y privada de las principales ciudades tamaulipecas. Por eso es relevante que la capital muestre signos de dinamismo a ese nivel. Insisto, sólo recorrí un par de cuadras.
En 2014, Victoria aún se recuperaba del ‘shock’ que causó la burbuja inmobiliaria de 2009, cuando la economía de la ciudad tuvo un auge artificial provocado por liquidez proveniente del endeudamiento público que sólo se aplicó para hacer oficinas públicas que no producen y que generó el espejismo de abundancia, motivando a muchas personas a endeudarse para comprar terrenos, casas, construir locales etc., para subirse a un tren que no era real pues la deuda pública se ocupó para albergar más burocracia y no para obras que produjeran derrama económica e ingresos para los hogares, lo que al final sólo quedó en una mera ilusión que dejó endeudados a las instituciones y a las familias que a 5 años siguen pagando la cruda de aquella ‘borrachera’ financiera.
La capital no tiene una posición geográfica privilegiada ni mucho menos la infraestructura estratégica de ciudades como Tampico, Nuevo Laredo, Reynosa o Matamoros; los hogares victorenses con mayores ingresos no gastan en la ciudad porque el comercio local no sólo por el tradicional fenómeno aspiracional de ir a gastar a Monterrey o al Valle de Texas, sino porque la ciudad había carecido de una oferta competitiva de bienes y servicios además de que la apertura de empresas enfrentó durante años un reto monumental en términos de certeza jurídica y de seguridad mientras que sus clientes potenciales que son los diferentes niveles de Gobierno, cada vez tiene un menor margen para ampliar su base de proveedores.
La conjunción de éstos factores estructurales había impedido al municipio sentar las bases para un crecimiento económico sostenido y menos vulnerable, lo que inhibe a la vez, su capacidad para elevar los niveles de bienestar de la población que ahí habita. Pero hoy las cosas se ven distintas. Las autoridades municipales han creado las condiciones para que la inversión privada regrese.
Pese a los desastres naturales, las principales avenidas empiezan a recuperar su funcionalidad permitiendo a empleados, comerciantes, funcionarios y a la sociedad ser más productivos en sus actividades diarias.
La recuperación añorada de la ciudad capital se da en un momento clave en el que la definición de una vocación productiva orientada al desarrollo científico y tecnológico en la que el conocimiento aplicado será el factor determinante para elevar los niveles de productividad, competitividad y particularmente de ingreso de la región en los próximos años.
La economía de Tamaulipas está creciendo, y Ciudad Victoria es la única ciudad que va a recibir esta coyuntura con el ‘motor encendido’.
(www.adanmoctezuma.mx)