Fernández anunció que la Secretaría de Inteligencia, mejor conocida como SIDE, será sustituida por una Agencia Federal de Inteligencia, lo que implica una reforma histórica de los servicios oficiales de espionaje en este país.
Aclaró que enviará la iniciativa para su debate ante el Congreso antes de viajar a China el próximo fin de semana, por lo que convocó a sesiones extraordinarias que comenzarán el 1 de febrero.
“Esto es una deuda que tenía la democracia”, reconoció la presidenta, quien reapareció públicamente después de un mes, ya que cumplía un reposo médico desde el pasado 30 de diciembre, por la fractura de un tobillo en un accidente doméstico.
La nueva agencia, agregó Fernández en una silla de ruedas, tendrá un director y un subdirector que serán propuestos por el Poder Ejecutivo, pero deberán ser ratificados por el Senado, y habrá un mayor control de sus operaciones.
“A mí no me van a extorsionar, no me van a intimidar. Que hagan las denuncias que quieran, que los fiscales y los jueces me citen, no me voy a mover de lo que siempre he pensado: es necesaria una profunda reforma en el Poder Judicial”, advirtió al detallar la reforma.
Sobre la muerte de Nisman, agregó, la justicia tiene que aclarar qué fue lo que pasó, aunque insistió en sus sospechas de que en realidad fue asesinado y no se suicidó, porque no se puede permitir “que se tenga sitiada a la democracia con el miedo y la extorsión”.
La reforma de la SIDE era una añeja demanda de la oposición, y de acuerdo con la reforma propuesta, la dependencia que la sustituirá tendrá que enfocarse en la prevención de amenazas internacionales, terrorismo, tráfico de armas y personas.
También deberá enfrentar las pesquisas sobre ciberdelitos y delitos contra el orden económico y financiero.
El espionaje interno, en tanto, se limitará a investigar delitos federales completos y a inteligencia criminal, además de que el espionaje telefónico, que actualmente controla el Poder Ejecutivo, será transferido al Ministerio Público Fiscal.
Fernández aprovechó su reaparición ante la opinión pública para rechazar las acusaciones que Nisman hizo en su contra, tal y como había hecho en dos cartas publicadas la semana pasada en redes sociales.