TAMPICO, Tamaulipas.- El pago de facturas irregulares expedidas por la empresa Atlas Copco y/o Atlas Copco Mexicana, S.A. de C.V. y la compra sin control de gas húmedo amargo para la refinería “Francisco I. Madero”, fueron los dos primeros casos de presunta corrupción que detectó la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en la refinería “Francisco I. Madero”.
Durante la gerencia de Tomás Ávila González y la subdirección de Producción de Dionisio González Rojo, la ASF encontró una adquisición denominada interorganismo a Pemex Exploración y Producción (PEP), por 37 millones 37 mil pesos. Las compras entre subsidiarias de Petróleos Mexicanos (Pemex) se rigen por manuales de procedimientos. De todos los instrumentos ninguno fue respetado.
“…se observó que el producto fue adquirido sin que existiera un contrato de compraventa que regulara las relaciones comerciales por las compras de gas húmedo amargo; por tanto, tampoco existió un programa de surtimiento que permitiera conocer las cantidades de gas por suministrar durante el año de 2006, sin sustentar documentalmente el objeto de la adquisición del gas húmedo amargo ni su utilización, el cual fue suministrado a la refinería “Francisco I. Madero’”, indica el documento.
La transacción no fue aclarada por ninguno de los altos funcionarios de Pemex Refinación o del complejo maderense. De las 14 revisiones en el rubro “Costos de Materia Prima para la Producción de Petrolíferos” que se hicieron durante 2006, el señalamiento para la refinería maderense fue el más severo desde el aspecto económico.
La Auditoría Superior de la Federación consideró que Pemex violó el artículo 69 del Reglamento de la Ley de Presupuesto, Contabilidad y Gasto Público Federal.
FACTURAS ‘CHUECAS’
Al año siguiente, la Auditoría indagó en 30 procedimientos de contratación de servicios generales para las refinerías. El caso número 10 desvela el pago de dos facturas ilegales por un monto de 4 millones 286 mil pesos, expedidas por la empresa Atlas Copco y/o Atlas Copco Mexicana, S.A. de C.V.
La dependencia identificó que la citada compañía prestó diversos servicios a Pemex Refinación durante 2007 y emitió 29 facturas por un importe de 33 millones 323 mil pesos, por trabajos de mantenimiento preventivo y correctivo a compresores de tornillo, de aire de instrumentos rotativos y centrífugos, suministro de aire comprimido y de aire exento de aceite.
Los trabajos mencionados se llevaron a cabo en las refinerías “Francisco I. Madero”, en Tamaulipas; “Ing. Héctor R. Lara Sosa”, en Cadereyta Jiménez, Nuevo León; “Miguel Hidalgo”, en Tula, Hidalgo; “Ing. Antonio M. Amor”, en Salamanca, Guanajuato; “Ing. Antonio Dovalí Jaime”, en Salina Cruz, Oaxaca, y “Gral. Lázaro Cárdenas”, en Minatitlán, Veracruz.
Para ese año la gerencia general del complejo maderense era comandada por Ernesto Javier García Galván. Las facturas números 85260 y 91119 entraron al proceso de pago sin que se revisaran los datos.
La ASF precisa que las papeletas venían fechadas el 8 de junio y 9 de julio de 2006, y fueron pagadas el 9 de julio y 8 de agosto de 2007, respectivamente. Además, la fecha de autorización del Servicio de Administración Tributaria (SAT) para la emisión de las facturas no correspondió a la fecha de la entrega.
La investigación del caso prosiguió. El SAT corroboró las sospechas de la Auditoría, mediante el oficio firmado el 17 de diciembre de 2008, sobre la validez de las facturas entregadas por Atlas Copco Mexicana. La Superintendencia de Recursos Financieros de la refinería quiso apaciguar la investigación. Para ello, emitió una recomendación a los jefes de departamento de Contabilidad y Costos y de Programación y Presupuesto, del complejo para que supervisaran dentro del proceso de recepción (ventanilla única), registro (sección de pasivo) y Programación de Pagos (tesorería), a fin de evitar que se repitiera la cuantiosa anomalía.
La ASF promovió buscar al o los responsable(s) y sancionarlo(s). Sin embargo, como en la mayoría de los casos Petróleos Mexicanos evitó rendir cuentas e indagar sobre el caso. El Órgano Interno de Control en Pemex Refinación no respondió a la Auditoría Superior de la Federación.
La colusión de los altos funcionarios con la cúpula sindical, liderada por Carlos Romero Deschamps, ha permitido que los casos de corrupción no se aclaren y, al contrario, se encubran.
“En México no castigan a nadie”, dijo Arturo González de Aragón, ex jefe de la ASF. “Como no castigamos a nadie, la impunidad se convierte en el incentivo perverso de la corrupción”, destacó.
Los investigadores del Órgano Interno de Control de Pemex son reacios a perseguir casos contra funcionarios que se supone deben regular.
Los encargados de revisar las operaciones financieras son técnicamente independientes de Pemex, como empleados de una agencia federal separada. Pero en la práctica los agentes federales -principalmente abogados y contadoresson parte de Pemex, que paga sus sueldos y alberga las oficinas en las que trabajan.
Pemex declinó comentar sobre casos específicos descritos en este artículo, pero su director de Procura y Abastecimiento, Arturo Henríquez, dijo que la empresa sabe que ha padecido fraudes y despilfarro “en el pasado”.