PANAMÁ, Panamá.- Tras afirmar que el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, es un hombre honesto, su homólogo de Cuba, Raúl Castro, confió en que en el proceso de restablecimiento de sus relaciones diplomáticas exista un diálogo respetuoso y una convivencia civilizada.
El Mandatario cubano arrancó su mensaje advirtiendo que éste sería largo, pues le debían el tiempo de todas las Cumbres de las Américas a las que no ha asistido.
En un discurso que duró 49 minutos, Castro hizo un recuento histórico del enfrentamiento con los Estados Unidos.
“Le reitero a Barack Obama nuestra disposición al diálogo respetuoso y a la convivencia civilizada entre ambos Estados, dentro de nuestras profundas diferencias”, dijo.
“Aprecio como un paso positivo su reciente declaración de que decidirá rápidamente sobre la presencia de Cuba en una lista de países patrocinadores del terrorismo, en la que nunca debió estar”.
Aseguró que quizá su país entró en esa lista por actos de solidaridad con otros pueblos, que se vieron acorralados, arrinconados y hostigados hasta el infinito, y en esas circunstancia, agregó, sólo hay una alternativa: “rendirse o luchar, ustedes saben cuál fue la que escogimos”.
Entonces, pidió disculpas a Obama por expresarse mal de los presidentes estadounidenses, cuando él ha mostrado otra actitud.
“Pido disculpas incluso al Presidente Obama y a otros presentes en esta actividad por expresarme así, yo mismo le dije que la pasión se me sale por los poros cuando de la Revolución se trata. Le pido disculpas porque el Presidente Obama no tiene ninguna responsabilidad con nada de esto, de los 10 presidentes antes que él, con los cuales todos tienen deuda con nosotros, menos el Presidente Obama”, expresó.
“Según mi opinión, el Presidente Obama es un hombre honesto, les digo algo de su biografía: de origen humilde y pienso que su forma de ser obedece a ese origen humilde de él”.
Ante el aplauso prolongado de los Mandatarios federales, agregó: “Estas palabras las medité mucho para decirlas, incluso las tuve escritas, las quité, las volví a poner y las volví a quitar y al final las dije, y estoy satisfecho”.
Sin embargo, abogó por Venezuela para que Estados Unidos quite la orden ejecutiva contra ese país, al considerar que la situación social que vive es una amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y política exterior estadounidense.