CANCÚN, Quintana Roo.- El cuerpo del joven, Marco Antonio Sánchez Fernández, quien murió por el ataque de un cocodrilo al entrar a nadar en el Sistema Lagunar Nichupté, en la zona turística de Cancún, fue identificado y reclamado hoy por uno de sus familiares.
El sábado, Sánchez Fernández, de 31 años, originario de Tlaxcala, entró a nadar en el cuerpo lagunar, en donde se ha detectado la presencia de cocodrilos.
El amigo que lo acompañaba fue quien reportó lo ocurrido y declaró a las autoridades que Marco Antonio fue sumergido por uno de estos réptiles y ya no salió.
El cuerpo fue hallado a la altura del kilómetro 9, en los márgenes de la laguna, en la marina Scuba Free, a las 6.30 horas de ayer, por elementos del Cuerpo de Bomberos y de Protección Civil del gobierno municipal de Cancún.
Este lunes, el cadáver fue reconocido y reclamado por su primo, cuya identidad no se dio a conocer.
De acuerdo con el reporte de la Procuraduría de Justicia de Quintana Roo -que inició la averiguación previa 2039/2015-, el familiar del occiso informó que Marco Antonio llegó a Cancún el ocho de abril pasado, en busca de empleo.
Prevención, no satanización
Datos de la organización Onca Maya, en los últimos 22 años se han registrado 36 ataques de cocodrilos a seres humanos en Quintana Roo, de los cuales 22 han ocurrido en Cancún, tan sólo en los últimos 18 años. Nueve de ellos, han involucrado a turistas internacionales.
Esta asociación que posee dos programas, uno de ellos dedicados a la conservación y preservación del Jaguar y otro dedicado a los cocodrilos, indica que en este centro vacacional habitan dos especies de cocodrilos: El Crocodylus acutus y el Crocodylus moreletii.
Ambas especies se encuentran bajo protección especial por el gobierno mexicano, a través de la NOM-059-2010. Uno de los dos, pertenece a la lista roja como especie vulnerable y otro está ubicado bajo categoría de riesgo.
Onca Maya diseñó un Programa de Manejo y Conservación de Cocodrilos, para aplicarlo en coordinación con el gobierno municipal de Cancún, con la finalidad de generar acciones -a partir de comprendida la problemática- para elevar la seguridad de los habitantes, de los usuarios y visitantes, sin alterar el hábitat, ni proceder en contra de los cocodrilos.
“El establecimiento y operación de este programa, de hacerlo de manera permanente, sería el primero en su tipo en llevarse a cabo en México”, indica la agrupación, que ha realizado la cuantificación promedio de cocodrilos, investiga su dinámica y busca informar a los visitantes sobre su presencia en el Sistema Lagunar Nichupté, así como lo que se debe y no se debe hacer para evitar un encuentro negativo con este tipo de reptil.
El programa propone ubicar a los cocodrilos problemáticos o peligrosos y mantener zonas de tolerancia y exclusión. Cuenta con sub programas que contemplan la atención de conflictos, capacitación y difusión sobre la importancia de los cocodrilos como un indicador de salud del medioambiente.