EL MANTE, Tamaulipas.- Personal de la Comisión Nacional de Buceo Subterráneo y Espeleología, la Escuela de Buceo Media Luna, acompañados por científicos de la UNAM, realizaron la primera expedición de investigadores mexicanos en la cueva de El Nacimiento; los estudios permitirán conocer a fondo la flora y la fauna que habitan el lugar, además de elaborar una cartografía con todas sus rutas.
Ossiel Martínez, oceanólogo y director de la Escuela de Buceo Media Luna en Río Verde, San Luis Potosí, es uno de los personajes que encabezó la expedición a la cueva realizada del 13 al 17 de abril pasado; él comenta que uno de los objetivos principales de la visita es explorar y compartir con toda la gente la riqueza natural, realizar un mapa y elaborar todo un registro de los seres vivos, tanto flora como fauna que habitan el lugar.
«A simple vista vemos que necesita atención, queremos demostrar a la población el valor único en el mundo que tiene el lugar; se dice que para poder querer algo, primero tienes que conocerlo y es necesario demostrar su riqueza para que puedan cuidarlo como el jardín de su casa».
El oceanólogo precisó que el volumen de agua que genera el manantial es importante, al grado de considerarlo como «diamante y oro puro», lo que requiere ser valorado por ser un bien no renovable y más aún por ser el punto en donde se genera el agua que se distribuye a todos los hogares en El Mante.
Esta es la primera expedición en la que participan mexicanos, apoyados por investigadores de la Colección Nacional de Crustáceos que pertenece al Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México; esto con el objetivo de realizar colectas de organismos y estudiar el papel que cada uno de ellos realiza en el entorno, que por sus características particulares del mismo, han cambiado incluso su coloración y pigmentación, entre otros aspectos.
Otra de las cabezas en la expedición realizada a la cueva de El Nacimiento, es la representada por Bruno Espinosa, director de la Comisión Nacional de Buceo Subterráneo y Espeleología. Él menciona que en esta ocasión el objetivo no fue llegar a la máxima profundidad, sino conocer a detalle cada una de sus rutas, cada una de las riquezas que la hacen única en el mundo.
«Somos expedicionarios 100 por ciento mexicanos, aquí se unen varias fuerzas y muchos esfuerzos, para realizar esta visita nos llevamos un año en su organización y logística y es la segunda de este tipo que realizamos en el país acompañados por biólogos de la UNAM, lo que hace mucho más amplio y detallado el trabajo».
Las evidencias
A lo largo de cinco días de trabajo se logró recolectar importantes muestras, aunado al estudio topográfico ; se realizaron más de 20 recorridos y descensos a una profundidad de 46 metros, para realizar la colecta de flora y fauna que habitan el lugar.
Entre las muestras que registraron los biólogos para su estudio, se encuentran camarones, cangrejos, acociles, en su mayoría transparentes con características fisiológicas y morfológicas adaptadas o modificadas a la oscuridad en la que viven.
«Llevamos más de 50 registros, queremos conocer si existen especies endémicas, cuántas especies tiene, además de compararlas con las cuevas de otras zonas o con características similares; vemos que la flora y fauna carecen de color y de pigmentos».
La visita es tema para la bióloga Olinca Cortez Gándara, quien realiza su tesis de titulación en la licenciatura en la UNAM sobre crustáceos.
La contaminación
En cada una de las visitas a la cueva la labor fue doble, pues además de las muestras que lograron recolectar, eran acompañadas por un gran número de basura que lograron sacar de la profundidad de la cueva, entre ellas: botellas, aluminio, cartón y hasta zapatos.
«Hemos encontrado latas, vidrio y PET, hasta una zona de 18 metros; seguramente tiene más basura pero si en todo el camino encuentras objetos que no se degradan tan fácilmente; otro de los objetivos de esta expedición es hacer énfasis en la conservación, queremos que la gente conozca la riqueza de El Nacimiento para que pueda valorarlo».
Los resultados
Se espera que antes de que finalice este año, el grupo dé a conocer los resultados obtenidos para compartirlos con todos los habitantes de El Mante.
Ossiel Martínez comenta: «me gustaría que la gente conociera el interior de la cueva y vivieran esa experiencia, solamente así llegarían a valorarlo que tomen conciencia de que es el agua que abastece a la ciudad y que por lo tanto requiere de respeto y preservación».
«Piensen que es un diamante el que tienen los mantenses, existen muchos sitios con desbasto de agua y aquí lo tienen en gran cantidad; sin embargo este no puede ser eterno si no se realiza una intensa labor de cuidado y preservación; es necesario que se generen mecanismos para cuidarlo, y que ello contribuya a abatir la contaminación del lugar, único en su tipo», finalizó.
El equipo de expedicionarios agradeció las facilidades que otorgó el Gobierno Municipal de El Mante durante su estancia, vía Departamento de Turismo; considerando oportuno dar a conocer los resultados una vez se tengan concentrados, para que estos sean difundidos y compartidos entre los mantenses.