Como era de esperarse para el actual proceso electoral, la sociedad civil propuso a todos los candidatos soluciones para atender distintas problemáticas que subsisten en la sociedad con la finalidad de enriquecer el debate de las políticas públicas y, sobretodo, ayudarles a los próximos representantes populares a recuperar la calidad moral, que hoy está ausente en muchos de ellos.
El abanico de oportunidades que la sociedad civil ofrece a los candidatos de entrada pone a un lado la fiesta electoral de los partidos porque no acudimos a aplaudirles, sino a exigirles entrar a un debate serio y comprometido para a continuación, ponerles el pie en la puerta para que la abran a la participación ciudadana.
Campañas como el #3de3 buscan hacer de las declaraciones patrimoniales, de intereses y de impuestos, una buena práctica para tener mejores candidatos y por ende, mejores autoridades comprometidas con la transparencia y la rendición de cuentas. De la misma forma, la agenda mínima Por el México que Merecemos ofrece a los candidatos un amplio espectro de políticas públicas para el desarrollo regional, justicia y paz, calidad educativa, gobierno eficiente, participación ciudadana y calidad de vida, propuestas maduras ya en el debate.
De la misma forma suscribir 10 Compromisos por la educación nacional con equidad y calidad; el Voto Informado de la UNAM; la campaña de Causa en Común, Lo más seguro es votar e incluso la campaña del INE para que candidatos presenten su currículum, buscan que los votantes obtengan compromisos e incluso, —por qué no— que castiguen con su voto a la corrupción, la ineficacia y la soberbia con la cual pretenden eternizar el secuestro de nuestra democracia.
Sabemos que para partidos, para muchos candidatos e incluso para algunos columnistas respetables, este tipo de propuestas ciudadanas les pueden resultar incómodas y las desdeñan simplemente porque los candidatos no están obligados a suscribirlas por alguna ley electoral o porque en los hechos, de nada ha servido de cara a los recurrentes escándalos de corrupción y abusos. Sin embargo, se les olvida que el enojo de los ciudadanos hacia sus políticos sólo puede resolverse con garantías de que estos escándalos no volverán a suceder y que con su compromiso de trabajar en agendas concretas por el país, están participando también en la necesaria reconstrucción de su calidad moral, que tan necesaria es para enmendar la confianza que les hemos perdido.
Con este tipo de campañas, los ciudadanos estamos abriendo la brecha para que el camino de la democracia deje de ser solamente electoral y le podamos hacer un segundo piso en donde tengamos campañas políticas centradas en propuestas y donde poco a poco, rechacemos el tradicional acarreo, las tortas, los tamales, los materiales para la construcción, los bailes, e incluso, la rifa de autos al mejor promotor de campaña.
Los ciudadanos demandamos una democracia de calidad basada en la ley, donde comprendamos el valor del voto así como sus alcances y donde las autoridades tengan claro que para tener calidad moral, no basta con ganar en las urnas sino con resultados tangibles al ciudadano.
Finalmente si usted ya sabe por quién votar, le felicito. Pero si no lo sabe aún, le invito a revisar si su prospecto ya firmó alguna de las campañas ciudadanas y si aún no firma, le sugiero le exija lo haga, porque sólo así podremos tener autoridades que trabajen para nosotros y no para sus intereses.
Twitter: @MaElenaMorera