8 diciembre, 2025

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Festejan en el Altiplano a la Santa Cruz

Se celebra el 3 de mayo en esta región de la entidad y se realizan rezos, danzas y se bendicen las cruces en las obras

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- El día de la Santa Cruz, es celebrado el tres de mayo en la región del altiplano tamaulipeco, es una tradición arraigada en Tula, Palmillas, Miquihuana y Bustamante.

En Palmillas, los ensayos de la danza inician la tarde del 25 de abril en la iglesia.
En ese municipio existen dos cruces; la de arriba, creada por los grupos étnicos de la región, los pames, y la de abajo creada por los españoles.

Así dicta la tradición en la región desde hace muchos años y los lugareños la conservan.

La tarde del día 25 de abril, la Cruz se baja de un basamento de concreto donde pasó los 365 días del año.

Los adornos de listón y la tela a la que llaman “el vestido”, requiere una madrina cada año, el resto son flores de plástico o papel que se compran para la ocasión y poco a poco se va despojando del viejo atuendo, como si se trata de una persona que se arregla para la fiesta.

El día 27, la limpian con agua y esencia de laurel, una escobetilla impregnada de jabón desprende el polvo acumulado. Este es un trabajo de las mujeres, en su mayoría, las esposas de los mayordomos que costean la fiesta y que además son hombres fuertes capaces de sostener la cruz en la peregrinación al cerro y además elevarla el día en que regresará a su morada.

Para el día tres de mayo, las dos cruces han visitado la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, patrona de la Villa y por la noche inician las danzas tradicionales de a pie y caballito.

Ahora son pocas las mujeres que participan en la danza, antes sólo se aceptaban niñas vestidas de blanco a las que llamaban malinches, como un claro vestigio de la fusión de culturas. Los danzantes son dirigidos por un monarca y éste a su vez recibe la ayuda del “viejo de la danza”, para mantener el orden.

Antes, cuando los gritos no traumaban a los niños el viejo de la danza tomaba un látigo y lo azotaba contra el suelo, provocando un ruido que asustaba.

Era como tener la sensación de estrés mientras tronaban los cohetes en el cielo y el viejo te gritaba en el oído.

A otros niños los retiraba de las escaleras de la iglesia, y las mantenía despejadas, evitando con sus gritos y la amenaza del látigo que alguien se sentara en las escalinatas, guardando así un respeto religioso.

La fiesta se prolonga hasta el día cuatro por la noche, donde la fiesta culmina con el espectáculo cómico de la muerte del viejo de la danza.

Al otro día, los mayordomos se organizan y sus mujeres dirigen los rezos entre el aroma a incienso de copal y la cera ardiendo.

El grupo de arriba avanza con rumbo a la entrada sur de Palmillas para hacer el ritual y los de abajo, avanzaran rumbo a la sierra y poco antes del espacio que los habitantes llaman “Tierritas Blancas” la colocarán como vigilando el pueblo desde lo alto.

Las mujeres vuelven a intervenir en el rito al desvestirla, el proceso se lleva más de dos horas bajo el sol del mediodía.

Y una vez arriba esperara a que sus fieles regresen el próximo año para venerar el madero en que murió Cristo.

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