No importa el monto, lo que cuenta es la voluntad, advierte el empresario Fernando Maiz Garza, al revelar que en Nuevo León, la iniciativa privada ha aportado alrededor de cuarenta o cincuenta millones de pesos en acciones sociales contra la inseguridad. El emisor del mensaje es el Presidente del Consejo Cívico de Instituciones del vecino estado. Actualmente participa en las mesas temáticas que se están celebrando en las principales ciudades de Tamaulipas.
Maiz Garza trae un discurso innovador, que pretende meter en el aro de la seguridad a los empresarios de nuestro estado. Son los hombres del dinero los principales destinatarios de sus exhortos y de una filosofía orientada a sumar esfuerzos, adicionales a los del gobierno. “La lucha contra la delincuencia, es de todos, independientemente de que traigamos o no uniforme”, señala.
“Nosotros como ciudadanos, tenemos que ser parte también de la solución. La violencia no se combate sólo con las armas, sino también con la convivencia”, manifiesta.
Maiz Garza fue entrevistado ayer en el sur, al concluir el foro sobre seguridad y justicia. Dijo que se está generando una luz de esperanza, y que observó disponibilidad y voluntad entre los participantes. Ahí ante los medios, el activista consideró que hay que darle seguimiento a este tipo de compromisos.
Sobre lo que se debe hacer en Tamaulipas, y que actualmente se viene realizando en Nuevo León, Maiz Garza opinó que nuestro estado debe seguir su propio modelo, en función de sus condiciones específicas.
Obviamente Tamaulipas no es Nuevo León, pero como el líder cívico neolones aclaró: no importan las cantidades ques se aporten, lo relevante es que haya voluntad para entrarle. La invitación ya ha sido formulada.
Ahora sólo falta comprobar si realmente los empresarios tamaulipecos colaboran.
¿Desenfundarán la chequera…?
LA DEMAGOGIA DE LA SEÑORA SMITH
No cabe duda que algunos candidatos carecen de escrúpulos políticos, y no reparan en verborrea, en su angustia por hacerse de votos, cuando saben que no cuentan con el respaldo de la población. Una de ellas, es la abanderada del PAN por Tampico, María Elena Figueroa Smith, misma que, en un spot televisivo, promete bajar los precios de la gasolina, y hasta los impuestos.
Es obvio que la ciudadanía ya no se traga ese tipo de cuentos, pero solamente con el propósito de evidenciar la falsedad de la candidata azul, veamos de qué tamaño son sus mentiras: para empezar, el PAN, partido postulante de su candidatura por el VIII distrito, acaba de dejar el poder presidencial, después de gobernar durante doce largos años el país. En ese periodo de tiempo, los precios de la gasolina se dispararon hasta niveles insospechados.
En el año 2000, el presidente de la alternancia, Vicente Fox, recibió el precio del combustible a 4.79 pesos por litro. Fox la dejó a su sucesor panista en 6.74 el litro. Pero Felipe Calderón la elevó hasta 10.65, uno de los aumentos más despiadados, para efectos de economía social.
Ahora la candidata panista María Elena Figueroa, nos quiere sorprender con su propuesta de que va a bajar los precios de la gasolina. Sus palabras suenan huecas y fuera de contexto, pues si en doce años de gobierno, los panistas carecieron de la sensibilidad social como para bajar los costos de los energéticos, mucho menos lo van a hacer en este momento, en que se encuentran a la baja, y divididos internamente. Todo lo contrario, el Calderonato aumentó 37 veces la gasolina, con todas las repercusiones en la economía familiar, que ya todos conocemos.
Vayamos con el tema de los impuestos: en 2009, las notas en la prensa nacional e internacional, exhibían una despiadada política fiscal, impulsada desde la Presidencia. “El gobierno de Felipe Calderón aplica gravámenes más elevados que los de otros países. El aumento de la carga fiscal se perfila para golpear la confianza de los consumidores”, publicaban los grandes titulares mediáticos de entonces.
Bajo este castigo por partida doble, resulta entendible que el PAN haya perdido el poder presidencial en el 2012. Los gobiernos panistas acabaron con la paciencia y la confianza de los ciudadanos. Imagínese el coctel: inseguridad, violencia, gasolina cara y altos impuestos.
Pero ahora resulta que algunos candidatos como la señora Figueroa Smith, quieren verle la cara al electorado, asegurando que bajarán impuestos y gasolinas, cuando en el pasado inmediato fueron los verdugos de la economía familiar.
¿Dónde estaría la señora Smith en los tiempos en que el entonces presidente Calderón cometió atrocidades en materia económica y social…? Nunca nos enteramos que haya protestado.
Si María Elena Figueroa tiene un poco de congruencia, debería reconocer su responsabilidad por esos doce años de panismo cuyos gobiernos anti sociales le recetaron a la gente gasolinas caras y elevadas cargas fiscales.
