En una reunión con medios de comunicación durante su polémico viaje al Reino Unido, el presidente Peña Nieto fue sincero al señalar que en México no hay confianza ni credibilidad en las autoridades. Una declaración sorprendente y no desmentida ni reformada en Los Pinos por lo cual se dio como legítima e institucional. Después de esto los naturales de este país esperábamos que hubiera intención o voluntad mejor dicho, de disminuir la percepción negativa de la ciudadanía hacia el supremo gobierno, sin embargo han transcurrido los días y las semanas y no ha pasado nada, nadita de nada que indique cambios o reestructuración en los mandos del poder tal cual exigen las circunstancias.
Ya sabéis del caso de Chile donde por los mismos motivos, la presidenta Michelle Bachelet no anduvo con rodeos despidiendo a casi todo el gabinete. Usted dirá, “allá es allá y acá es acá” y tiene razón. Además de que la dama tiene larga historia de lucha que la llevó incluso a la cárcel en tiempos de Pinochet junto a su madre después de que su padre murió torturado por los gorilas del diabólico dictador. Con otra, la Bachelet es socialista como Salvador Allende y EPN es del PRI como Carlos Salinas de Gortari.
El asunto es que en México persiste la desconfianza hacia el supremo gobierno y, ¡cómo no! cuando observamos lo últimito que sucede en la república. De punta a punta pareciera que tratase de provocar mayor enojo social. Desde Chiapas donde permanecen varios niños graves por irresponsabilidad del IMSS al vacunarlos con todo y que su director asegure que se trató de “contaminación externa” lo cual nadie lo cree, hasta la agresión de los pobres jornaleros en el Valle de San Quintín en Baja California Sur.
Aquí hay que incluir la falta de sentido común (por llamarlo de manera elegante y no ofender a seres inocentes sin culpa al ejercer la gracia más sublime del género humano, ser madre), la falta de sentido común digo, de las autoridades al aplicar la ley conforme a la conveniencia tricolor. Por una parte el michoacano Rodrigo Vallejo hijo de Fausto el ex gobernador del PRI, quien salió libre con 7 mil pesos de fianza a pesar de su evidente relación con el delito, y los tres jornaleros de San Quintín detenidos tras los hechos violentos provocados por la policía estatal. A estos trabajadores la juez del caso exige, ¡7 millones de pesos a cada uno! por salir de la cárcel. Sólo son dos ejemplos de los tantos más cuantos por los que la sociedad sospecha, está harta y por lo tanto siente desconfianza del régimen federal. Y ni modo que sea invento.
2.-Por otra parte y sin ganas de presumir, pronto será presentada en la capital del país, al igual que en varias partes del estado, la novela “Érase un periodista” del autor de esta columna. Le invito a que forme parte de quienes la han disfrutado. Puede adquirirla en EXPRESO y Kapa centro.
Mientras tanto el escribidor está cierto de que la tarea más importante de la próxima representación federal de Tamaulipas, será la decidida participación para reconstruir el tejido social. Que l@s candidat@s se dejen de promesas que difícilmente cumplirán ni firmándolas ante notarios públicos, aquí lo más urgente es el retorno a los buenos tiempos en que la paz y la seguridad presidían la existencia de las familias. Se hacen esfuerzos por parte del estado, es cierto, pero aún falta. En este sentido la crítica va dirigida a la actual diputación federal que por tres años se ha hecho como tío Lolo.
De manera que lograr la tranquilidad social debe ser compromiso irrenunciable de quienes aspiran a cargos de elección, eludir este problema es ignorar que la gente tiene conciencia y memoria histórica. Como dijo aquel, “ahí se los dejo de tarea”. Ahí le hablan a Rosalba de la Cruz, Enrique Cárdenas del Avellano, Paty Araujo de la Torre, Amira Gómez, Marco Antonio Bernal, también a panistas como Glafiro Salinas, Carlos García González y Ramón Sampayo, aunque no vale la pena convocar al senador Cavazos Lerma, quien se la pasado “nadando de a muertito”.
SUCEDE QUE
Demos paso a noticias agradables como la aprobación del ejercicio presupuestal de nuestra máxima casa de estudios cuyo rector Enrique Etienne Pérez del Río, recién recibió el reconocimiento del patronato que aprobó acuerdos que fortalecen la administración, las finanzas y el patrimonio universitario. En sesión celebrada en el piso ejecutivo del edificio centro de Gestión del Conocimiento campus Victoria, el rector presentó los estados financieros y el ejercicio presupuestal del año anterior y de los primeros meses del actual, así mismo informó del trabajo impulsado para estar a la vanguardia en educación, investigación y vinculación con lo cual se ha logrado ubicar a la UAT como una de las mejores universidades del país. Pues qué bueno. ¡Qué diferencia de los tiempos en que esta clase de eventos se realizaban en la clandestinidad, es decir, en absoluto misterio!.
Y hasta la próxima.
