La historia parece ser la siguiente: el miércoles, un grupo de animadores salumistas estaba frente al hotel ex Holiday Inn, eran numerosos y hacían mucho ruido a favor de su candidato.
Posteriormente, el viernes las porras priistas decidieron ir de nuevo al mismo crucero. Se apostaron ahí, eran más o menos cuarenta. Pero minutos después llegaron varios vehículos y autobuses con seguidores de Gustavo. Las cosas se pusieron tensas, pero sin llegar a la violencia física. Arribaron más del PRI, para reforzar a sus compañeros.
En determinado momento, me explican, algunos de la porra gustavista, empezaron a gritar al bando del PRI. Algunos de los organizadores del tricolor dieron la orden de retirarse.
Los salumistas advirtieron que a donde ellos van, también acuden los gustavistas con ánimo de confrontación, pero que entre las porras de Miguel hay pura gente adulta que no va a caer en la provocación.
NO QUEREMOS PELEAR: GUSTAVO
“Cómo crees que nosotros vamos a andar peleando”, me dijo Gustavo Cárdenas, después de que su grupo de jóvenes porristas estuviese en el filo de la confrontación con los chavos que respaldan a su contrincante por la diputación federal, Miguel González Salum. El empresario gastronómico aclaró que ellos no quieren calentar el ambiente. Y que no están apostándole al escándalo, derivado del choque entre la ciudadanía del V Distrito. “Ellos andan llorando como plañideras, porque saben que van a perder”. “Nosotros tenemos clara la visión de que vamos arriba”, aseguró mientras le pasaban el celular, en una de sus caminatas.
—¿Aceptarías un debate? “Encantado de la vida”.
MINI QUINAZO, LE PEGA A ESDRAS
Guardando las proporciones y evitando los paralelismos, debemos aceptar que desde el 10 de enero de 1989, en que el Ejército Mexicano y agentes federales detuvieron a la Quina en Madero, no se vivía otro episodio similar, como el que acaba de ocurrir con el líder petrolero de Altamira, Juan Silva Villanueva, acusado de defraudar a quince personas en el estado de San Luis Potosí.
Se sabe que Silva Villanueva es un corruptazo sindical de primer orden, y que se le considera como uno de los más cercanos al dirigente nacional del STPRM, Carlos Romero Deschamps. Lo anterior, seguramente traerá negativas repercusiones para la candidatura de Esdras Romero, como abanderado del PRI por el VII distrito.
A este pillo de siete suelas, se le acusa además de haber vendido un rancho propiedad de la sección Tres de Altamira, y asentado en el municipio de Gómez Farías. Se habla de que lo remató en 12 millones de pesos. Mientras las especulaciones continúan, lo cierto es que se escogió el peor momento para sacudir el queso gruyere del STPRM, donde cualquier hoyo sindical es trinchera de las ratas bípedas, hijas del imperio de corrupción, comandado por Romero Deschamps y su familia.
EL CLAN CABEZA, NO ES GRATO A MADERO
El cabecismo no cuenta con el apoyo del CEN panista. Ello se debe a que el clan Cabeza de Vaca, se la sigue jugando con la facción calderonista, y mantiene su postura contraria al grupo en el poder, comandado por Gustavo Madero y Ricardo Anaya. Este último cabildea anticipadamente, rumbo a la presidencia azul para cerrarle el paso a Margarita Zavala, la esposa del tristemente célebre ex presidente.
Lo anterior explica perfectamente el hecho de que Madero no se ha parado en Tamaulipas, mientras que las giras del líder nacional del PRI, César Camacho, son más frecuentes. En el caso de los vacunos, este fin de semana recibieron la visita del poblano Rafael Moreno Valle, en lo que se perfila como una posible alianza con este personaje, de cara a la sucesión del 2018.
Sin embargo, llama poderosamente la atención, que tanto Ismael Cabeza de Vaca, como Raúl García Vivian y María Elena Figueroa, los tres candidatos del establo cabecista siguen huérfanos del apoyo por parte del CEN panista.
