MÉXICO, D.F.- A Ramón Ayala no le molesta que le digan “maestro”, pues sabe que ha destacado en 52 años de trayectoria artística gracias a su estilo diferente.
«Me dicen ‘El rey del acordeón’ pero es la gente. La música norteña existe desde hace muchos años, yo recuerdo que aprendí a tocar el acordeón cuando tenía cinco años y desde aquel entonces era un furor, nunca se acaba porque es lo que le gusta al pueblo y se ha extendido no solamente para la gente de campo o clase media, sino el público en general», afirmó en conferencia de prensa.
Con altos y bajos en su carrera, como la fiesta privada que dio para narcotraficantes y por lo cual estuvo detenido, dice que no se arrepiente de nada y que lo pasado ya es pasado, por lo que se enfoca en la creación de su propia disquera.
«No me dan las regalías de los discos anteriores porque se grabó a precio fijo; ahora se vende mucho por Internet, todo ha cambiado y pensamos hacer nuestra propia compañía, porque mi pensamiento es ir acumulando canciones para el día que no pueda tocar por enfermedad o lo que sea poder sacarlas.
«Si yo hubiera pensado en un principio que la haría, me hubiera quedado con los master y estaría feliz. No fue así porque las compañías disqueras se quedaron todas las grabaciones y nunca es tarde para empezar».
Con un álbum nuevo, que está en los últimos detalles de producción, festeja su aniversario con la gira denominada «El regreso del rey», en la cual pisará el escenario de la Arena Ciudad de México el 30 de mayo, donde tendrá invitados como su hijo Ramón Ayala Jr. o Eliseo Robles.
«Este va a ser mi disco 113 con composiciones de gente de México y de Estados Unidos. Nosotros ya no hacemos bailes o eventos masivos o populares, puros conciertos donde hay apoyo por parte del público que van familias enteras con niños; para nosotros es importante ir creando gente que va a apoyar después».
Además que confesó pensar en incluir mariachi en su regreso, habló de algunos planes como grabar a dueto con Paquita la del Barrio, producir un disco a su hijo y hacer la grabación de un video en la Basílica de Guadalupe.




