CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- El baile del Día del Estudiante y la noche de antro, no existirá en la memoria de muchos jóvenes de hoy. Escuchan a sus padres hablar de las historias de su juventud y la vida nocturna, pero ellos no lo vivirán.
Este resguardo no minimiza los riesgos y la ventana del internet y las diversas adicciones son la principal amenaza para las nuevas generaciones.
Mariela y Selene, tienen 17 años, cursan el bachillerato. En otra época estarían esperando la mayoría de edad para poder ir al antro o la disco, como le llamaban sus padres.
Pero esos lugares ya no existen…
“Mi única preocupación es pasar el CBTis bien, a algunos nos preocupa, otros no, pero no todos estamos pensando en el fin de semana. Yo no sé cómo celebrarán el día del estudiante porque no salgo a fiestas, no me gusta porque luego se pone muy fea la cosa, ya que los jóvenes de hoy en día toman mucho, y sí me gustaría salir porque quiero saber cómo son las diferentes fiestas. Yo sólo salgo en las mañanas y regreso a casa a determinada hora”.
A Selene, su madre y la abuela le cuentan lo que ocurría en una noche de baile en la disco… “Yo creo que sólo hay un antro en Victoria, sólo hay uno, sí, pero no he ido nunca, la verdad es como, qué envidía con lo que vivieron ellos, porque creo que antes era como que más divertido para poder salir más tarde y ahora máximo a las diez y ya no puedes hacer nada por cómo está la cosa”.
La modalidad de la fiesta y pijamada para evitar regresar a casa a media noche ha pasado de moda y se mantiene sólo entre los grupos de amigos y amigas de mayor confianza.
“Sí se usa y aunque hay una fiesta en alguna casa, al final sólo se queda el grupo de los amigos o amigas más cercanos, los que nos llevamos más y eso son los que se pueden quedar en casa”.
El otro enemigo está en casa, en cada una de las ventanas que comunican al espacio cibernético.
“Las otras cosas que hacemos es estar en el teléfono en las redes sociales”, dice Aurora, otra de las jovencitas que observa de lejos lo que viven las niñas de su generación.
“A mí no me ha pasado, pero sí sé que hay chicas que aceptan a desconocidos en sus redes. Digamos que muchas veces es la única opción que tienen para conocer gente, unas veces sí son personas buenas y otras te queda la mala experiencia, le pasó a una amiga y la verdad le crearon un perfil de una persona, habló con él, se enamoró y luego se dio cuenta que no existía esa persona. No era la persona que se pintaba en la red”.
Y eso a los 17 años es un golpe emocional que duele como el primer adiós.
Una vez que cumplen los 18 años y cuando se elige la carrera universitaria que servirá de trampolín al ámbito laboral los jóvenes comienzan a vivir de prisa…
“No tenemos tiempo de nada, sólo tenemos que estudiar y sacar adelante el semestre, en la Universidad privada no hacen nada, sólo hacemos en ocasiones un convivio en el salón, pero nada más eso, el resto del día se va entre las clases, llegamos a las siete de la mañana y salimos a las cinco de la tarde”.
Antonio, Monserrat e Ingrid, de veintiún y diecinueve años, estudian medicina, de manera paradójica no se alimentan bien, no están relajados y tampoco duermen lo suficiente…
“Lo que nos importa ahora es la escuela, venimos mucho tiempo a la escuela, llegamos a las siete y salimos a las cinco, pero nos encargan ‘chorros’ de trabajo y debemos seguir investigando. Es algo frustrante no tener tiempo para nosotros. Cuando hay tiempo libre dormimos”.
La labor en hospitales ya comenzó, tienen horario quebrado para comenzar a atender pacientes y también asisten a la escuela.
Los universitarios de la UAT ya terminaron el semestre, las modificaciones en el calendario les dejó sin un baile de los estudiantes, como ocurrió con las generaciones de hace quince años.
Lírice, de diecinueve años, piensa que su generación está preocupada por la inseguridad, los recursos económicos para estudiar y al egresar encontrar un espacio para laborar.
“Yo supongo que esas son las preocupaciones de los jóvenes de hoy, el día del estudiante no se celebra en la universidad, pero supongo que sí nos harán un pequeño festejo en el salón. Unos festejan con alcohol y otros de manera más sana.
En la cuestión laboral, yo supongo que el que tenga ganas de salir adelante tendrá las oportunidades. En mi carrera son espacios muy peleados, pero supongo que si le echas ganas vas a ir bien recomendado de alguna universidad”, explica Lírice.
Nancy también está preocupada por el futuro y por su carrera, quiere imaginar que la situación será mejor el día que ella egrese de la Universidad.
“Yo estoy en primer semestre, me faltan seis años, a mí me preocupa cómo estará la situación laboral, yo no creo poder opinar mucho de eso, pero veo que no está bien, porque escucho que muchos se quejan de eso, de la falta de empleo. Y bueno, eso de que mañana es el día del estudiante, ni lo recordaba”.




