1.- En épocas pasadas el «Día de la Libertad de Expresión», se celebraba el 7 de junio, y hoy ya ni siquiera se festeja. La distancia de la prensa escrita respecto de los gobernantes ha sido cada día más acentuada, y han disminuido tanto las relaciones entre partes, que las ceremonias anuales del 7 de junio resultan ya irrelevantes.
2.- En la libre expresión de las ideas, en el ejercicio razonado de la crítica, en la defensa de los intereses del hombre de la calle, la prensa escrita se ha quedado luchando solitaria desde hace mucho tiempo, porque la televisión es ahora la principal promotora del gran coro de elogios y alabanzas que arrullan a los poderosos, y aplaude incondicionalmente todo acto o gestión del gobierno o de los dueños del gran dinero.
3.- Los locutores de Televisa y TV Azteca son las figuras consentidas de los políticos y de los empresarios, para divulgar sus éxitos y mantener su imagen en la llamada «caja idiota». Joaquín López Dóriga, Adela Micha, Ciro Gómez Leyva, Carlos Loret de Mola y los muchachos gritones de TV Azteca, son hoy la conciencia de la opinión pública facturada en miles de dólares.
4.- La lucha por defender los valores de los mexicanos, y exigir el cumplimiento de la igualdad y de la justicia social, ha provocado a la prensa escrita muchos problemas en el orden fiscal y financiero, porque los impuestos, los aumentos constantes y exagerados del precio del papel y de todos los insumos, han motivado que muchos periódicos desaparezcan o estén a punto de clausurar sus prensas.
5.- Por otra parte, no es posible hablar de «Libertad de Expresión», cuando los caciques regionales imponen la ley del gatillo y practican el tiro al blanco con los periodistas. Es evidente que resulta muy difícil festejar el día de la «Libertad Expresión», cuando ocurren sucesos que la combaten y se toleran políticas que atentan contra su más genuina expresión.
6.- Antiguamente, en tiempos más propios que los actuales, el gobierno acostumbraba celebrar el 7 de junio como el «Día de la Libertad de Expresión». Se organizaban banquetes, se otorgaban premios a los mejores periodistas, y se exaltaba la función informativa mediante significativos discursos. Era como un acto de amistad entre gobernantes y periodistas.
7.- Hoy la cosa es distinta, y como la crisis ha llegado hasta el ámbito de las emociones y los afectos, pues hace tiempo que ya no se sabe nada sobre el famoso 7 de junio, y menos sobre la «Libertad de Expresión».
8.- Por ello, son precisamente los periodistas de la prensa escrita las víctimas más frecuentes de los crímenes, ya que carecen de toda clase de garantías y protecciones del sistema político.
9.- De diversas maneras y tonos, los intelectuales de México han insistido ante el Gobierno Federal para que se entienda que un país libre, moderno y democrático, no puede clasificarse de esa manera ni avanzar hacia el progreso, si no dispone de una prensa libre, moderna y democrática.




