En el Partido Revolucionario Institucional (PRI) tienen razones para la celebración: la cuesta arriba que se veía este proceso electoral, hace todavía más relevante que hayan conseguido obtener las ocho diputaciones federales por mayoría relativa que estaban en juego en Tamaulipas.
Pero en ese partido, todos saben que la verdadera competencia apenas comienza. Los resultados del domingo son un aliciente para ser positivos desde luego, pero también pueden embriagar a más de uno.
La primera consecuencia que el priismo debe tomar en cuenta es que si la lista de tiradores para la gubernatura ya era abultada, ahora pueden convertirse en una multitud.
Sería difícil, por ejemplo, restarle méritos a Edgardo Melhem Salinas que obtuvo una diferencia de casi 28 puntos al segundo lugar, una ventaja prácticamente igual a la que sacó Alejandro Guevara Cobos en El Mante.
La victoria de Mercedes del Carmen Guillén Vicente, “Paloma” , aunque no tan abultada, por lo menos le da el pasaporte para meterse entre los finalistas.
Y en el distrito V, Miguel González Salum hizo la tarea contra un adversario que siempre se convierte en un hueso duro de roer.
Es decir, de los ocho candidatos por mayoría relativa del PRI, al menos cuatro tendrían derecho de presumir posibilidades.
Pero claro que hay más. En primer lugar, Baltazar Hinojosa Ochoa, quien también llegará victorioso a la Cámara de Diputados. No sólo entregó buenas cuentas en Tamaulipas sino en todo el país. En la elección federal el PRI obtuvo mejores resultados de los que se esperaban, y en la competencia por las gubernaturas, el saldo fue positivo, (pese a la dolorosa derrota de Ivonne Álvarez), sobre todo si se compara con la debacle panista.
Luego vienen Alejandro Etienne, quien también puede presumir como propia la derrota de Gustavo Cárdenas Gutiérrez; Marco Antonio Bernal Gutiérrez, que explora la estrategia que usará para posicionarse aún sin un cargo público; Ramiro Ramos Salinas, quien fue vapuleado por muchos cuando recientemente hizo evidentes sus intenciones; y Enrique Cárdenas, quien está decidido a aparecer en las boletas del 2016.
Como se ve con claridad, el problema para el PRI no es la falta de cuadros. Lo que ya debe estar en las mesas de discusión del poder tricolor es cómo van a hacer para que que no haya resentidos con la decisión que finalmente se tome.
Desde luego que los priistas de Matamoros también tienen razón para estar contentos, pero harían mal en creérsela tan pronto. Aquí sí es evidente la escasez de cuadros, por lo que no son pocos quienes sugieren que desde ya, tendrían que elaborarse una lista con posibles candidatos y candidatas, no sólo para la alcaldía sino para las tres diputaciones locales que estarán en juego en el 2016.
Ni duda cabe que en este proceso de selección pesará la voz de Hinojosa Ochoa, quien en los últimos dos meses se convirtió en el verdadero capitán del barco tricolor en esta frontera.
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