CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Marcelina tiene 69 años y padece diabetes, enfermedad que le ha quitado un pie, además fue operada a corazón abierto y en su otra pierna le colocaron una rótula para que pueda caminar, a pesar de ello, lucha por ella y por su marido, Tomás, de 74, quien debido a un derrame no puede moverse ni hablar.
Este drama lo vive esta pareja de la tercera edad día con día, por lo que encaran las dificultades con apoyo mutuo.
Marcelina Pavián Aguilar platica que ella nunca fue a la escuela, por lo que no sabe leer, a pesar de ello tuvo una buena vida acompañada de su esposo, Tomás Ramos López, quien se dedicaba a la carpitería, actividad que dejó desde que empezó a sufrir por la alta presión.
Pero también la vida le cobró factura a Marcelina, quien no puede dedicarse al hogar, debido a que sufre diabetes y ha sido mal cuidada, por lo que tuvieron que amputar un pie, por si fuera esto poco, hace dos años fue operada a corazón abierto y se le colocó una rótula en su pierna izquierda para que pueda caminar.
Sentada en la sala de espera del Hospital General nos reseña los padecimientos que la obligaron a mudar a la casa de su hijo, el cual no tiene un trabajo fijo y vive al día, entre chequeos médicos y pasando un poco de hambre.
La señora de 69 años explica que a pesar de lo humilde de su condición, el problema se agravó el 23 de abril, día en que su esposo sufrió un derrame, el cual lo dejaría inmóvil hasta la fecha de hoy.
Ese día por la mañana acudieron al hospital General, nada de gravedad, solo un problema dental de la señora, pero al regresar a su casa fue donde todo cambiaría.
“Fue con mi hijo a comer, y como a las siete de la tarde mi hijo me avisa que su papá se puso malo“.
Al terminar de comer, decidieron salir de la casa, a la banqueta, para mitigar el calor de más de 40 grados de ese día de abril, sentados comían una rebanada de sandía. Es cuando el señor Tomás “empezó a hacerse para un lado y el otro, mi hijo le preguntó que qué tenía y mi esposo le respondió que nada, sólo que no tenía fuerzas”.
Preocupado el señor por la condición de su padre, lo bajó de la silla y recargó en la pared, mientras salía a la calle a buscar ayuda para llevar a su padre de emergencia al hospital.
“Ya aquí nos atendieron inmediatamente, pero ya no pudieron hacer mucho, mi esposo había sufrido un derrame“, relató Marcelina. Exhibe en sus ojos preocupación y tristeza por la condición de su esposo, quien hasta la fecha no tiene movilidad alguna en su cuerpo.
“Me dicen que con terapias puede mejorar, pero yo veo que no ha cambiado mucho”. Y es que la condición de don Tomás le impide realizar ejercicios de rehabilitacion “Lo traje al CREE, pero el primer día no se lo pudieron dar porque le bajó mucho la presión y lo internaron cinco horas. La segunda vez pasó igual, entonces le realizaron un estudio con el internista”.
Platica la señora que a su esposo lo dieron de alta el 12 de mayo, pero por su estado sin cambios fue internado nuevamente el miércoles de esta semana.
Marcelina pide la ayuda de la sociedad debido a que se le dificulta viajar de su casa al hospital, y sobre todo costear los pañales para adulto de esposo, los cuales necesita de adulto talla chica. “Medicina hasta ahorita no me han dicho nada, pero ahorita necesito pañales, ya si nace de ellos una despensa o algo más, se los agradecería mucho”.
¿A dónde dirigir la ayuda?
Comunicarse al celular de la señora Marcelina
834 103 45 81