Era de esperarse, la victoria total del PRI en la elección del 7 de junio no venía sola, con ella llegó una plaga de padres del triunfo que hoy están convencidos de que merecen ser candidatos a las alcaldías y las diputaciones que se jugarán el año entrante.
Así es mis queridos boes, la plaga de suspirantes se compone de los mismos priistas que han estado en lista de espera por décadas y también por aquellos que una semana antes de la elección no querían que los vincularan con los candidatos priistas que las tendencias decían que iban a perder; pero ganaron y la historia cambió.
Un día sí y otro también, los que hoy levantan la mano, orgullosos de su militancia tricolor, consultaban entre los periodistas cómo veíamos la contienda, a la mayoría les gustaba oír que se avecinaba el desastre en su partido.
De alguna forma creo que disfrutaban escuchar que los pronósticos eran reservados, por no decir que malos, insistían en pedir los informes del PRI nacional que siempre fueron catastróficos.
Es que el candidato o la candidata no se deja ayudar, está rodeado de puras lacras, el dirigente del PRI municipal es un novato, no sueltan la lana, tienen abandonada la estructura, el alcalde no coopera, la gente se va a cobrar la falta de obra, la inseguridad y las torpezas del presidente Peña Nieto.
Análisis muchos, los detractores de su propio partido en realidad intentaban desligarse de la derrota que se olía, no querían que el tsunami que se pronosticaba los arrastrara también.
El caso es que los pronósticos fallaron, el PRI se llevó todo de todo y la historia cambió, florecieron los aspirantes y todos se proclaman, incluso algunos periodistas, padres de la victoria y reclaman las posiciones que estarán en juego en el 2016.
Por lo pronto, ya se anotaron los 43 presidentes de los comités municipales tricolores exigiendo las candidaturas a las alcaldías en juego.
Ejemplo: Sergio Villarreal, en Tampico, que hasta antes del 7 de junio no alzaba la mano, hoy los que lo frecuentan dicen que asegura que el pueblo se lo reclama, lo quieren de alcalde.
Tal vez esté dispuesto a enfrentar el cuestionamiento como alcalde de la mala calidad de obras que le cobró a la ciudad en su calidad de constructor, como el mercado Ávila Camacho.
A la lista en Tampico se han sumado: el diputado Lalo Hernández, su colega Olga Sosa, Fernando Azcárraga y a quien todo mundo da como puntero Francisco Bolado.
Una docena busca las dos diputaciones locales en juego por Tampico. La historia se repite en Madero, Altamira y los otros 40 municipios.
Pero en el puerto los del PRI no ven, o no quieren ver con seriedad el factor Magdalena Peraza, una vez que les ayudó a ganar la elección para Paloma Guillén le han vuelto a hacer ‘el fuchi’.
La maestra ya lo sabe, dicen que anda que no la calientan ni los 40 grados de sensación térmica de los últimos días. Por eso en corto ya lanzó su amenaza de que con el PRI o sin él irá en la boleta, pero sobrados de soberbia en el tricolor porteño vociferan que Magda sola no les gana y que por el PAN ya no puede ir.
Mal cálculo, porque la profesora, experta en eso de las traiciones, trabajó con doble propósito en la campaña de Paloma, pedía el voto para la ex procuradora, pero también para ella el año que entra, tejió mientras los operadores del PRI encumbrados en el partido disfrutaban del aire acondicionado.
Si Magda va en la boleta en disputa con el PRI, júrenlo que le restaría a cualquiera que sea el candidato tricolor y tal vez eso le devuelva la alcaldía a los panistas.
Pero decía de los aspirantes que brotaron de manera espontánea tras el triunfo del PRI, además de los dirigentes municipales, están los diputados locales salientes, algunos coordinadores de campaña, con padres, socios y consanguíneos.
El problema para el PRI, aún de Rafael González Benavides, va hacer parar a los acelerados, convencerlos de que no es su turno y sumarlos a las candidaturas sin que haya escurrimientos hacia otros partidos y a las candidaturas independientes.
Los panistas de Tampico…
Ayer les dije que hoy les diría cómo andan los azules del puerto de cara a la renovación de la dirigencia municipal, pero sobre todo a la elección del año que entra. El pleitazo está casado entre dos figuras: Jesús ‘Chucho’ Nader y Germán ‘Trácalas’ Pacheco.
Pacheco, quien dejará la diputación federal se perfila como el gran perdedor, porque a él le endilgan la derrota de María Elena Figueroa, porque causó la ruptura con el grueso de los regidores panistas.
El ‘Trácalas’ lleva como propuesta a la dirigencia municipal a Pedro Romero, padre del ex tesorero de Magda Luis Romero (ya les diré por qué el dato de Magda). Pero si no pega tiene como ‘plan b’ a Pedro Granados, quien coordinó la campaña perdedora de María Elena.
Por el lado de Chucho, el candidato a la dirigencia es Julián Zorrilla, actual regidor, de los que rompieron con Pacheco.
Con Zorrilla y Nader están entre otros Miguel Pérez que significa buena cantidad de votos en el comité municipal y Bonifacio Bandala Olivo hijo de Marychuy Olivo a la que se le acreditan unos 150 votos en el municipal, más los del propio Chucho.
Es decir, el ex delegado del IMSS tiene asegurados más de 400 votos para la dirigencia de su amigo y su candidatura el año que entra; muchos más de los que se necesitan para ambas cosas.