Un fraternal y cariñoso abrazo para el compañero y amigo Ángel Virgen Alvarado.
1.- El escribidor insiste en que el candidato del PRI a la gubernatura será enviado desde Los Pinos lo cual no es ningún descubrimiento, sino la posibilidad de que a partir de este hecho en Tamaulipas sea creada una clase política acorde a las circunstancias que enfrenta la entidad. Las señales las conoceremos allá por diciembre pero de que antes se notarán cambios en la concepción del fenómeno socio-político, eso-que-ni-que. Por ello es probable que algunos de los que ahora están en cartelera no los volvamos a ver participar en tareas administrativas o políticas. En este sentido el columnista considera que se revalorará el partidismo y la vocación de servicio.
Mientras tanto este martes durante su discurso 960 contra la corrupción, (más o menos nos ha recetado uno cada día de su mandato), Peña Nieto prometió “domar” la condición humana. Uno entiende que se trata de controlarla u domesticarla como su nombre lo indica, lo cual no es muy afortunado para las expectativas que el tema ha despertado desde la creación del increíble, remoto y casi, casi milagroso sistema que pretende exterminar el flagelo que ha hecho de México el patíbulo de la moral republicana. O mejor dicho, desde la ya muy lejana campaña presidencial cuyas promesas han sido acotadas por la realidad-real.
¿Para qué “domar” la condición humana?. Quizá para institucionalizar lo que hasta ahora ha sido un asunto de cultura, según EPN, para lo cual recién quedó instalado el respectivo Consejo que se encargará de hacer de la administración pública un transparente aparador siempre con las luces encendidas y a la vista del portador.
Como suelen serlo esta clase de discursos, el presidencial de este martes fue generosamente aplaudido por un público a modo. Qué bien que en esta ocasión no se invitó al secretario Chuayffet quien por los abucheos que recibe hasta cuando acude al mercado los fines de semana, está convertido en el principal “ofendedor” de las instituciones.
De manera que ha transcurrido casi la mitad del sexenio y la guerra contra la corrupción y a favor de la transparencia ha sido sólo de palabras. Usted dirá que el principal interesado en terminar con el maligno monstruo es el presidente Peña Nieto y por lo mismo no se le puede culpar de la impunidad que brota en cualquier dependencia donde se aprieta, y tiene razón, hay que entender las presiones que han de condicionar la aplicación de la ley, incluso en los casos más evidentes. En este sentido quizá no sea exagerado suponer que EPN es cautivo de un sistema que nació y creció en el uso y abuso del poder como forma de control totalitario donde ha sido el PRI y sus satélites, incluidos PAN y PRD, partícipes de la simulación que agotó la esperanza mexica.
La pregunta es si durante el presente sexenio habrá resultados de la magnitud que los naturales de este país esperan. El escribidor lo duda, mejor que siga la diversión con la espectacular publicidad de lo imposible. Además, ¿quién le entra en serio cuando el sistema es como el pantano que cruzan las aves con alto riesgo de manchar su plumaje?.
2.- Quiero decirle que la novela, «Érase un periodista» del autor de esta columneja casi agota su primera edición gracias a la generosidad de quienes apoyan al periodismo democrático. Pronto será presentada en la capital del país y existen grandes posibilidades de ser lanzada por una editorial de enorme prestigio. Aún la puede adquirir en Expreso.
Por otra parte y para documentar el optimismo ha de saber que el uno por ciento de privilegiados son dueños del 43 por ciento de toda la riqueza nacional mientras la mitad de la población permanece desde hace años en pobreza vil. Este uno por ciento incluye a los más dinerosos entre los que se cuentan a Carlos Slim, Germán Larrea, Alberto Bailleres y Ricardo Salinas Piego.
De acuerdo con el estudio de Gerardo Esquivel, investigador del Colegio de México y la UNAM bajo el título “Desigualdad extrema en México. Concentración del poder político y económico”, nuestro país se encuentra entre los 25 con mayor desigualdad en el mundo-mundial y dentro de la OCDE (Organización para la cooperación y el desarrollo), es uno de los dos países más desiguales entre los 34 que la integran.
Para tratar de remediar el problema Esquivel propone algo que parece imposible: Crear un auténtico estado social basado en los derechos a la alimentación, salud y educación, lograr una política fiscal más progresiva, que el gasto público sea mejor fiscalizado, una política laboral que contemple un salario más justo y cambio de relación patrón-trabajador, así como alcanzar mecanismos eficaces de transparencia y rendición de cuentas de los tres niveles de gobierno. Lamentablemente, ¿sabe cuándo se logrará lo anterior?. Y luego con los sesenta y tantos millones que anochecen y amanecen con el Jesús en la boca. Y ni modo que sea invento.
SUCEDE QUE
El secretario Chuayffet se convirtió en la manzana de la discordia. Los panistas piden que se vaya y los priistas que se quede, mientras tanto la educación sufre las consecuencias de la improvisación.
Y hasta la próxima.