1.- La educación mexicana requiere con urgencia de un mártir, y nadie más indicado que el secretario Emilio Chauffet. Son millones de ciudadanos que están esperando que lo corran de su cargo.
2.- El presente año será eminentemente político y la venta de conciencias alcanzará cifras millonarias, para escándalo y pavor de los puritanos que consideran que es más horrible vender el espíritu que el cuerpo.
3.- En cualquier parte del mundo el dinero lo puede comprar casi todo, pero en Tamaulipas compra hasta el silencio. Por un fajo de dólares se puede dejar de pensar, oír, ver, oler y, obviamente callar. ¡Qué felicidad!.
4.- Alejandro Guevara anda totalmente desatado en su proyecto de ganar la gubernatura del Estado, y se comporta ya tan bravo como un torsón en ayunas, o un dolor de muelas en la madrugada.
5.- Todas las nóminas públicas y privadas están fatigadas, los mecenas han desparecido del Estado, los filántropos ya no existen y los antiguos padrinos viven de la caridad. ¿Quién salvará ahora a los candidatos a las alcaldías?. ¡El peligro los acecha!. ¡Ya rondan por ahí los enviados de los “Hombres de Respeto” con todos los cochinos millones de dólares!. ¡Qué desolación!.
6.-El chisme es un hábito social que nivela a los opulentos con los marginados. Empareja a todos y nadie es tan grande que no pueda ser alcanzado por sus embestidas, o tan pequeño que pueda esconderse o pasar desapercibido.
7.- El chisme sigue siendo un regocijo del alma, y es económico, popular, digestivo y al alcance de todas las fortunas, pero para ser un chismoso de calidad se requiere imaginación, talento, veneno y encanto. Sin estas cualidades, todo lo que se diga es simple comadreo.
8.- Edgar Malhem sigue siendo tan derecho como un camello, y por eso sólo tiene 4 palabras de honor: la diaria, la del fin de quincena, la del domingo y la de los días festivos.
9.-El culto a la personalidad es propio de las dictaduras, y el “besamanos” fue inventado por los reyes y padrinos de la mafia. Por eso, en los regímenes democráticos resultan ridículos los desfiguros de los lambiscones, ya que los gobernantes sólo sin servidores del pueblo, y perciben un sueldo por cumplir con su deber.
10.- Nadie discute la legalidad o conveniencia de los ceses de los funcionarios, pero ¿quién le repone al contratista su “padrino”, su pista de aterrizaje al “aviador”, y su “muñeco de peluche” a la potranca motivosa y querendona. Nadie. Simplemente nadie.
11.- Dicen que el “chayote”, la “payola”, el “entre”, los “viáticos”, la “mordida”, la compensación y la propina, son actos que deben realizarse con solemnidad y gran secreto, porque tienen un origen religioso, ya que como dice el refrán: “dar dinero con tambor no le agrada a nuestro Señor”.