Buena parte de los actuales diputados del Congreso Local se sienten con la estatura de ir el año que entra en pos de las alcaldías, para ellos es el salto natural en lo que llaman su carrera política, por eso desde el ‘sí protesto’ de hace casi dos años comenzaron a buscar las candidaturas que estarán más o menos definidas allá por diciembre, aunque oficializadas pasando enero.
Así es mis queridos boes, si el pueblo fuera lo suficientemente crítico, es muy probable que no hubiera legisladores locales en funciones buscando las alcaldías, porque entonces sus posibilidades reales estuvieran en función de su productividad en el Congreso y del beneficio que sus representados obtuvieron de éste.
Pero lastimosamente no es así, por eso hoy hay tantos diputados que quieren y que podrían ser candidatos el año que entra, porque ante un pueblo ‘tonto’ un funcionario malo.
Igual, no está de más que recordemos que la función principal de los diputados es hacer leyes, hacer que las que están vigentes se cumplan y sobre todo servir de fiscalizadores de los recursos de todos.
¿Una muestra de alguna de esas obligaciones por parte de los diputados que suspiran por las candidaturas a las alcaldías?, no hay, no habrá, porque creen que sus cargos son para andar por los distritos que ‘representan’ sirviendo de comparsa a los alcaldes.
Piensan que lo suyo es buscar tropezarse con los periodistas y opinar de todo aunque no sepan de nada.
Suponen que su trabajo es asistir a ceremonias y que los coloquen en primera fila y que en los tres años de su mandato deben bajar de peso aunque sea con cirugías mágicas y modificar su rostro para acabar más guapas y guapos.
En sus pequeñas cabecitas afectadas por esa droga llamada poder está como prioridad aparecer en los periódicos y televisoras como ‘madres teresas’, como benefactores, aunque la pobreza del pueblo les dé ‘asquito’.
Por eso los vemos entregando en promedio 10 pelotas cada mes, una silla de ruedas, 10 despensas y pasteles en los cumpleaños de las lideresas.
No, no crea que gastan de su bolsa, para cada regalo tienen un padrino que se los financia, para eso tienen amigos en las dependencias estatales, federales y municipales.
El caso es que hoy tenemos diputados que se la han pasado queriendo competir con las 43 primeras damas de los municipios, con las presidentas de los DIFs locales y el estatal.
Pero insisto, a qué alcalde corrupto han metido al bote, a qué funcionario aunque sea de tercer nivel han llevado ante los tribunales. Diría un amigo, a ninguno porque perro no come perro.
Para que no nos sorprenda, hay que recordar que nuestros diputados ni siquiera revisan ellos las cuentas públicas, porque para eso tienen a la Auditoría Superior que finge que les hace la chamba y ellos sin leer resolutivos y contenidos levantan la mano.
A ver, nombremos una ley que se haya reflejado en los bolsillos de todos nosotros como para que ahora anden como locos buscando las alcaldías.
Aquí viene lo más grave, los candidatos a las alcaldías que siguen van a poder reelegirse por una ocasión, es decir, van a poder estar dos periodos al frente de las alcaldías con todo y lo que ello significa.
¿Se imaginan a algunos monigotes de los que hoy cobran como diputados en las presidencias municipales por los próximos cinco años?.
¿Se imaginan a los próximos alcaldes como figuras decorativas y como los ‘simpáticos’ del pueblo sin hacer nada, compitiendo con sus esposas o esposos entregando migajas al pueblo torpe que los haya elegido?
Pero, ojo, si bien hoy el pueblo ha demostrado y con creces que carece de crítica y estatura ciudadana, las cosas pueden cambiar, como nos lo demostraron aquí cerquita en Nuevo León, podríamos dar la sorpresa y los sorprendidos serían los que nos quieren seguir viendo la cara.
Por lo pronto, sigamos viendo a los carismáticos, a los buena gente, a los galanes y a las guapas desfilar en eventos culturales, deportivos, todos haciéndole al payasito para obtener el apoyo que requieren para el año que entra.
¿Qué necesitan los municipios?, alcaldes con experiencia administrativa, que sepan cuidar los pesos y los centavos, que sepan generar recursos a través del cobro de los impuestos que ya existen motivando a los ciudadanos a cumplir con sus obligaciones, que sean excelentes líderes para lograr que esos aparatos burocráticos improductivos apoyados por sindicatos de ‘güevones’ se pongan a trabajar para que las ciudades caminen rumbo al progreso.
Necesitamos pues, alcaldes con la suficiente vergüenza para hacer bien las cosas y no personajillos que apenas sentándose anden pensando en que quieren un hueso mayor.
Por lo pronto, usted y yo seguiremos viendo el desfile de encuerdados, la mayoría diputados locales, aunque también hay funcionarios en los municipios y líderes de los comités municipales del PRI que creen que el pueblo se los merece como alcaldes.
Es temporada alta de soñadores, creen que de aquí a diciembre tienen tiempo para ‘crecer’ y para eso, según ellos, necesitan a los medios, hartos balones, muchas sillas de ruedas, bastantes despensas y pasteles, aunque no haya un solo proyecto serio. Qué pena, pero con una pena, pero con un pueblo tan dejado ni siquiera hace falta un candidato serio.
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