Hay personajes que están tocados por el Ángel de la vida, la genialidad habita en lo más profundo de su ser, ahí donde nacen los sueños y brillan las estrellas, donde anida un refugio permanente de ingenio, que hace que cada paso de la vida sea divertido y sabio.
Ellos saben que en la temporalidad de la vida, la tristeza y el dolor, la fama y el éxito, no son para siempre, por ello su trabajo vibra con la simplicidad, el sentido común y el sentido de vida, que los lleva a trascender los entretelones del tiempo.
Ricardo Grijalva de León, poeta norteño, sintetiza bien la excepcional sabiduría, ágil inteligencia y picardía que a raudales poseen nuestros personajes populares:
“Hay sabios que no tuvieron más libros que el de la vida, en cuyo saber anida más ciencia que en los letrados, que cuando fueron probados…
¡supieron dar la medida!”
Nuestros personajes populares han sabido trascender los entretelones del tiempo, porque son poseedores de un singular ingenio y de un sentido común que se trasluce en cada paso del camino, con su
exclusivo toque de vida, tienen un espacio ganado a pulso en el colectivo social.
Algunos son ampliamente conocidos allende las fronteras, otros son historias regionales y locales que se comunican por la tradición oral de generación en generación, hay unos terceros que por su relevancia, simpatía y un agradable humor salpicado de una sana picardía, son una auténtica apología a la chispa del colectivo social.
Nuestros personajes vibran en lo más íntimo de su ser, con un singular estilo de vida que ilumina su entorno, son las raíces y entrañas de una comunidad.
En ellos se trasluce un espíritu festivo colmado de alegría y de gozo con su desaforado genio e ingenio, nos ayudan a apreciarnos ante el espejo de la vida y conocernos nítidamente, en ellos está un fragmento de la sabiduría popular.
Es a través de nuestros personajes populares que el viejo Filósofo ha descubierto un mundo que cautiva mis sentidos, incomparable e inimaginablemente mágico, fantástico, encantador, sencillo, seductor, inteligente, atractivo, pleno de gracia y de buen sentido del humor.
A propósito “fue el ingenio de un norestense Don Hermenegildo “El Maistro” Torres, que en la década de los 40’s fundó el PUP (Partido Único de Pendejos), como una forma de ver con sarcasmo, como una salida humorista-pícara a las pendejadas políticas de la época.
Cierto día –entre las decenas de invitaciones que le llegaban de todo el país a Don Hermenegildo– fue invitado en Monterrey, a dictar una conferencia del PUP en una logia masónica.
Desde la “Tribuna de la elocuencia” “El Maistro” Torres cautivó a los masones que llenaron la logia, ahí les habló de la amplia clasificación del pendejo que durante largos años fue organizando, les habló del pendejo: esférico, del burócrata, del pedigrí, del a priori, el bilateral, el deportista, el consistente, el consuetudinario, el contador, el chapucero, el despilfarrador.
Al concluir su alocución, Don Hermenegildo siguió en oriente como invitado de honor. La conferencia cautivó a la inmensa mayoría de liberales, menos a un respetable y viejo masón que solicitó al venerable maestro el uso de la palabra, diciendo:
— Estoy tan enfurecido como indignado, en mi larga vida de liberal, es la primera ocasión en que desde esta tribuna se pronuncian tantas sandeces, innumerables majaderías, groserías impensables, estupideces por doquier –diciendo lo anterior, molesto tomó asiento.
Entre los masones asistentes se hizo un profundo silencio, al mismo tiempo que Don Hermenegildo se dirigía a la tribuna y volvía a hacer uso de la palabra y lleno de solemnidad dijo:
— Durante muchos años he meditado concienzudamente, cuando muera ¿Quién será mi sucesor en el PUP?, necesita ser alguien que supere mis pendejadas, necesita ser un gran re-pendejo, y señalando al viejo masón dijo:…
¡AQUÍ LO TIENEN!”.