La inseguridad pública, la solaparon Fox Quesada y Calderón Hinojosa
El voto de castigo sin embargo se daría en contra del membrete tricolor
Asoman encuestas manipuladas, pero la autoridad electoral hace mutis
Más que mecanismos de fuerza se requieren los liderazgos incluyentes
Uno de los argumentos esgrimidos por el Partido Acción Nacional (PAN), en su interés de ganar las doce gubernaturas en juego –así como las mil 182 alcaldías y 441 curules–, es que el Revolucionario Institucional (PRI) desde su reinstalación en la Presidencia de la República ha sido incapaz de restablecer la seguridad pública en el país.
En parte le asiste la razón.
Sólo en parte, pues al inicio del régimen presidencial de Vicente Fox Quesada surgió el grupo delincuencial más temido por la sociedad –‘Los zetas’–, y a los cincuenta días de haberse instalado el guanajuatense en la Residencia Oficial de Los Pinos, Joaquín Guzmán Loera (a) ‘El Chapo’ se fugó (el 19 de enero de 2001) del penal de máxima seguridad ‘Puente grande’ (Jalisco).
Desde entonces se atomizó la delincuencia organizada, apareciendo cualquier cantidad de grupos en todo el país, sin que la autoridad federal atinara a diezmarlos. Por ineficiencia, omisión o tolerancia.
Durante la administración presidencial de Felipe Calderón Hinojosa, se desarrolló la guerra más cruenta de la historia entre las bandas, pero el michoacano tampoco diseñó una estrategia adecuada para someter y menos aniquilar las células.
Por el contrario, fue cuando se multiplicaron sus actividades ilícitas, cometiéndose el número más escandaloso de secuestros, asaltos, robos y ejecuciones, hasta el grado de provocar el terror de costa a costa y de frontera a frontera, pese a que las fuerzas armadas también reforzaron su patrullaje en las calles.
Bajo este panorama el membrete albiceleste entregó la Presidencia de la República a Enrique Peña Nieto, a quien ahora acusa de ‘no haber hecho nada’ para restablecer la seguridad pública.
Y es con ese lema, precisamente, como proyecta ganar votos en los 13 procesos electorales.
Otros de los factores que abonarían en su favor, no es porque tenga mejores candidatos a los cargos de representación popular en juego, eso está visto, sino porque el voto de castigo, igual, se prevé mayúsculo, por los yerros cometidos por Enrique Peña Nieto en los tres años que lleva en el poder.
Además, anote Usted: la devaluación del peso –que aún se niega a reconocer Luis Videgaray Caso, el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP)–; la adquisición de majestuosas residencias por parte de la segunda cónyuge del Presidente (Angélica Rivera Hurtado), y del propio Videgaray; la nueva ley que prohíbe manifestaciones públicas; el castigo penal dispuesto oficialmente contra quienes ofendan (al través de las redes sociales) a las autoridades gubernamentales; la presión que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) ejerce contra causantes; y, por si fuera poco, la arremetida de organismos internacionales en contra del autoritarismo presidencial.
En fin, ya quedan menos de tres meses para la elección.
Los mismos que tiene el PRI para poner a cada cual en su lugar.
Encuestas recurrentes
En esta justa electoral nadie puede evitar la manipulación de encuestas, por parte de los partidos políticos y/o sus candidatos, quienes ya han comenzado a torcer las preferencias a favor de ellos mismos pagando a empresas no tan serias o desconocidas, cuyos estudios de opinión les resultan favorables.
Los medios de comunicación masiva, por su parte, han abierto sus espacios a todos los candidatos; y dado cuenta de las inconformidades de la población (en edad de votar), que una vez más es utilizada con el rollo de ahora sí, en verdad, se hará una elección democrática, cuando estamos viendo que algunas de las viejas prácticas de la imposición amenazan con volver a manifestarse.
En lo que toca al PAN se mueven candidatos gubernamentales cuya soberbia los hace creer que sólo ellos, nadie más, poseen cualidades y méritos suficientes para alcanzar el triunfo.
De otra forma ya habrían atendido los exhortos para jugar limpio, sin recurrir a temas de difícil solución que son responsabilidad de todos.
Muestra de ello, es que esos acelerados ya lanzan buscapiés.
Y hasta se dan el lujo de jugar con los tiempos y formas como si de ellos dependiera la decisión del electorado.
Partidos demócratas
Por otro lado, permítame decirle que toda organización política que ostente como bandera la democracia, debe obtener fuerza de su pluralismo; reunir a las diversas corrientes en torno de su interés estructural, y dar el mismo trato a todos los que de una u otra forma se involucran con ella.
Esto se logra mediante una comunicación abierta, a través del diálogo y anteponiendo la estabilidad del organismo a los intereses de grupo; a los intereses de quienes sólo participan (en él) cuando de beneficiarse personalmente se trata.
Refiero lo anterior, porque ahora son las fuerzas vivas del PRI, PAN y PRD, precisamente, quienes enfrentan conflictos internos a todas luces convulsionados.
Por eso no me extraña que algunos políticos involucrados en este rejuego electoral hablen de prietitos en el arroz, cuando todavía no existe, siquiera, el grano sobre la mesa.
Y estamos a poquito menos de tres meses de los comicios.
Omisión de pretendientes
Hay una sabia conseja popular que advierte: “en boca cerrada, no entran moscas”.
Pero la sentencia no la entienden ni atienden (puntualmente) ciertos candidatos que, seducidos por el canto de las sirenas, acostumbran dar rienda suelta a su locuacidad.
Así algunos de ellos han buscado los reflectores en plena víspera de iniciar formalmente las campañas electorales –declarando cuanto se les ocurre por el simple placer de considerarse noticia–, sin entender que su actitud lejos de fortalecer su imagen, lo más que provoca es poner en entredicho sus méritos para lograr el ansiado cargo de representación popular, que habrá de decidirse el cinco de junio próximo.
La falta de sensibilidad, en ellos, ha sido una constante.
Igual que la imprudencia y la emisión de juicios a la ligera, por lo que se hace indispensable que al alto árbitro electoral tome cartas en el asunto y de una vez por todas les haga saber que en este proceso por salud del mismo, ningún candidato (sin registro oficial, todavía) puede, ni debe, manejarse por ‘la libre’.
Ello significa que todos, absolutamente todos los candidatos, obligados están a conducirse en una misma línea: la que marque la reglamentación en la materia.
Hay que meter orden
La disciplina, bien sabemos, en cualquier actividad resulta necesaria para alcanzar el éxito.
Y no es jugándole las contras al jefe o navegando a la deriva como se llega a buen puerto, sino atendiendo las directrices del timonel que se supone sí sabe a dónde va y en qué aguas debe navegar el barco.
En esta travesía político-electoral, Manlio Fabio Beltrones Rivera sabe lo importante que es reiterarle su confianza a quienes con él colaboran en las 31 entidades y el Distrito Federal, pero, igual, convencido estaría que quienes no funcionen, simplemente se irán…
El comentario surge por la necesidad inmediata que se prevé de que algunas estructuras estatales y/o municipales sean reestructuradas, a fin de que puedan implementarse estrategias más acordes a la realidad que respondan a un interés de conjunto, como tantas veces lo ha planteado el dirigente nacional.
Por eso quienes ocupan los cargos partidistas de primero y segundo niveles, harían bien en actuar con mesura e impulsar gradualmente esos cambios que se requieran en todo ajuste de la maquinaria.
Y no se trata de solapar yerros ni aceptar evidentes disfunciones en ninguna área, sino de llevársela tranquila y corregir lo que se requiera de manera inteligente, sin provocar innecesarias crisis y conflictos (internos) que puedan dañar la imagen partidista.
Usted como el que esto escribe sabemos que existen personajes de muy altos vuelos que podrían tener las mejores intenciones de cumplir, a cabalidad, la encomienda otorgada, pero hoy equivocan el procedimiento en tanto que apuestan a la fuerza y al autoritarismo, mucho más que al convencimiento y la toma de conciencia, para lograr los triunfos.
Y que conste, hablo en lo general, tomando en cuenta el análisis de los estudiosos de las organizaciones políticas que recomiendan un cambio con responsabilidad en los partidos políticos, basado en liderazgos incluyentes y democráticos, donde la persuasión y el entendimiento sean instrumentos a utilizar más que los mecanismos de fuerza.
En el mismo sentido los actuales dirigentes obligados están a actuar con responsabilidad y aplicar mucho sentido común en el ejercicio de su quehacer.
Además debe quedarles muy en claro que su presencia en los partidos es para resolver problemas y no para crearlos.
Y que la línea marcada ellos simplemente deben aplicarla correctamente.
Lo consigno porque harto valdría la pena que los indisciplinados abandonaran su prepotencia, altanería y petulancia, para tomar el ejemplo de sus fundadores, quienes en cada reunión y/o intervención pública sí reflejaban un conocimiento profundo de la problemática del momento; sencillez y talento.
Al menos en lo que respecta al PRI, PAN y PRD.
Escándalo
En su exagerada revisión (¡hasta con lupa!) a las cédulas de apoyo, que presentaron los aspirantes independientes a la gubernatura, las alcaldías y diputaciones locales, el Instituto Electoral de Tamaulipas (Ietam) halló inconsistencias suficientes para aún no autorizar ninguna candidatura.
Y esto, obviamente, lo capitaliza el membrete albiceleste, para exigir que el Instituto Nacional Electoral (INE) atraiga el proceso o por lo menos sea quien finalmente dictamine todas y cada una de sus etapas.
Pero el consejero presidente Jesús Eduardo Hernández Anguiano, y los otros ocho miembros del cuerpo colegiado, desestiman que así ocurra por creer que están haciendo lo correcto.
¿Acaso no les han bastado los reveses que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (también conocido como Trife) ha girado, desde iniciado el proceso, a sus veredictos?
De cualquier forma, el Ietam debe actuar en consecuencia ante su acusación de que el aspirante Francisco Chavira Martínez presentó credenciales que no guardan relación con los ciudadanos enlistados en su solicitud de registro.
¿Aparecieron, entonces, las primeras credenciales apócrifas?
De ser así, el Ietam debe presentar un extrañamiento formal, ante el Registro Nacional de Electores (dependiente del INE), y una denuncia de hechos ante la Agencia del Ministerio Público, para qué persiga el ilícito.
En caso contrario estaría encubriendo a falsificadores.
Pero eso es motivo de otro comentario más a fondo.
Mientras tanto, el partido de ultraderecha capitalizaría el tema por su interés de ganar en los tribunales lo que no podría en las urnas.
¿O miento?
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