Ocho días después de iniciadas las campañas se afianza el pronóstico de que gane quien gane la elección del 5 de junio, lo hará por un margen de diferencia discreto.
Los mismos priístas han reconocido que acuden a una contienda inédita porque esta vez no tienen enfrente a un simple sparring, lo cual implica la necesidad de pisar el acelerador al fondo para mantener la hegemonía en Tamaulipas.
Y los panistas, que se dicen ganadores en todas las encuestas que poseen, también saben -aunque no le guste entrar en detalles- que los resultados al final de la pelea serán cerrados. Para seguir con las analogías boxísticas, todo apunta a una pelea que durará los 12 rounds y tendrá una decisión dividida.
En ese contexto se escribe la encuesta más reciente que se ha publicado sobre la elección de Tamaulipas: la del Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), que por cierto tuvo el cuidado de desestimar un supuesto sondeo presentado en días previos bajo su firma.
En el documento verdadero, la empresa de Federico Berrueto y Liébano Saénz -famosa, también hay que decirlo, por sus errores garrafales en la elección presidencial del 2012- da un empate técnico entre Baltazar Hinojosa y Francisco García Cabeza de Vaca.
En la intención de voto, el documento da 30.8 puntos al candidato de la alianza PRI-PVEM-PANAL y 27 al panista.
Pero acaso lo más interesante, por sorpresivo y por lo trascendental que pudiera resultar para el resultado final, son los números de quienes vienen detrás de los dos punteros.
En tercer lugar, el GCE sitúa con 9 puntos a Francisco Chavira, el candidato independiente, y en cuarto lugar a El “Guasón” Garza de Morena con más de 7 puntos
A Gustavo Cárdenas lo ubican en una lejana quinta posición con 3.9% de las preferencias electorales.
Se vale suponer que los 9 puntos que le adjudica la encuesta a Chavira en realidad no son capital político, más bien deberían entenderse como la simpatía que genera entre la ciudadanía una causa independiente, aunque sea solamente de membrete.
El mismo razonamiento aplica para el caso de Garza, quien desde luego debe sus buenos números a la imagen del líder nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador.
Como sea, entre el tercer, cuarto y quinto lugar suman 20 puntos de las preferencias electorales, que son a final de cuentas, oro puro para los dos candidatos que pelean con posibilidades verdaderas la gubernatura de Tamaulipas.
Lo curioso es que a estas alturas ni PRI ni PAN han reparado en la importancia de conectar con el gran público, el que trasciende a sus votantes cautivos.
De no ser por la lluvia de spots, a veces da la impresión de que seguimos en periodo de precampaña y los candidatos le hablan solamente a su militancia.
Seguramente será cuestión de tiempo para que los números los obliguen a levantar la mira.
A final de cuentas serán los indecisos e independientes los que darán el triunfo al próximo gobernador de Tamaulipas.
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