Han pasado tres años del gobierno federal priista, apoyado por los estatales tricolores, el presidente Enrique Peña Nieto no sabe como sacar al país del laberinto. La encuesta del periódico Reforma exhibe al mandatario con el nivel de aprobación más bajo en los últimos 21 años.
Ni Ernesto Zedillo después de la devaluación de 1995, ni Vicente Fox en sus seis delirantes años, ni Felipe Calderón con la sangre corriendo por todos lares, han logrado que, en promedio, el 70 por ciento de la población encuestada desaprobara su trabajo. EPN si lo logró.
El sondeo, dividido en la medición a ciudadanos y a líderes, refiere que a abril de 2016, el 78 por ciento de los dirigentes empresariales y de la sociedad civil considera que no hay una buena labor a nivel federal. La calificación de los ciudadanos cayó 9 puntos, convirtiéndolo -mediante los números fríos que tanto le gustan a los ‘nuevos’ políticos- en la peor calificación para un mandatario mexicano en 3 sexenios.
El manejo de la economía, el empleo y el combate a la pobreza son los asuntos peor calificados en el estudio. Esto denota que Peña Nieto y su gabinete se desgastaran en el tema económico.
La opinión en el desempeño de seguridad pública, la lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado y la corrupción tampoco es favorable.
La bandera priista para legitimar la victoria en las urnas y su regreso al Poder Ejecutivo, fue decir que EPN obtuvo la mayoría de votos y ya. ‘Haiga sido como haiga sido’ -citando a su antecesor
panista-, es decir, el PRI compró votos, coaccionó a los sindicatos (para muestra busque el reportaje “700 mil voltios para electrocutar la democracia en México”), etc. ¿¡Y qué!?, parecen decir.
Se supondría que la reprobación de EPN provocaría menos votos para el PRI en las próximas elecciones. No estoy tan seguro que pase eso. El electorado es un enigma; la oferta política no invita a votar; el aparato priista, a veces, es violentamente demoledor a pesar de que su principal figura sea un hombre débil e incapaz.
Del Congreso a la UAT
Hace una semana corrió el rumor de la llegada del diputado priista Ramiro Ramos Salinas a la rectoría de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT). Ayer, los reporteros le preguntaron a Ramos Salinas sobre su probable paso a la UAT. “No es tema ahorita y yo respeto mucho al rector y a todos los universitarios.
Siempre he sido un miembro de la comunidad universitaria y siempre seguiré siendo un estudiante y un maestro de la universidad”, respondió utilizando con maestría el estilo cantinflesco para evadir; no dijo que no, pero tampoco que si.
La realidad es que el mensaje emitido desde el tercer piso del Palacio de Gobierno comienza a tomar forma. En la entrevista, Ramiro Ramos mencionó que actualmente es profesor de la UAT, en las materias Finanzas, Contabilidad y Proyectos de Inversión. Sin embargo, su nombre no aparece en la reciente lista de personal que publicó la Universidad en su portal de Transparencia.
Hay varias preguntas en la mesa educativa que esperarán al posible arribo del más joven delfín priista de los últimos tiempos.
Demostraciones de nada
Desde que arrancó la campaña, Francisco Javier García Cabeza de Vaca anuncia a ‘fulanito’ priista, ahora panista. Baltazar Hinojosa responde con la incorporación de diputado azul, que mucho antes fue priista. Las llamadas desbandadas no son muestra de absolutamente nada. Confirman que la política se aleja de los principios ideológicos y solo es una forma de encontrar trabajo seguro, un campo fértil para mal hechos busca chambas.
Abandono escolar
Los adolescentes tamaulipecos lideran el índice de renuncia a las aulas en nivel secundaria, de acuerdo a información preliminar del estudio «Abandono escolar en educación secundaria…”, elaborado por el investigador Lorenzo Gómez Morín.
Esta noticia nos perfila un gesto más del monstruoso rostro delictivo tamaulipeco.
La cantidad de jóvenes que dejan la escuela y son cooptados por los grupos criminales que operan en el estado es una incógnita. Empero, los comunicados del Grupo de Coordinación Tamaulipas arrojan luz sobre la participación de menores de edad y adolescentes en delitos. ¿Qué dicen los candidatos sobre este tema urgente?
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