CIUDAD DE MÉXICO.- El hurto de metales en Venezuela alcanza niveles alarmantes y hasta los cementerios son a menudo despojados de las placas de bronce que identifican a los difuntos, para luego comercializarlas en las empresas refundidoras, denunciron deudos.
“El Cementerio privado El Cercado, a pocos kilómetros de Caracas, fue recientemente desvalijado de todas estas placas, ocasionando confusión e indignación entre los visitantes al parque”, precisó Alba Ríos, presidenta de la Asociación Civil “Alto al Robo”.
Ríos, en diálogo con Notimex, dijo que el domingo fue a visitar el panteón de su madre en El Cercado, y se encontró con que todas las placas de identificación habían sido sustraídas, a pesar de que ese camposanto cuenta con servicio de seguridad.
“Nosotros pagamos las cuotas que cobra la administración para el mantenimiento y seguridad del mismo, por lo que no entendemos como pudo suceder esto, a menos que haya complicidad interna con los ladrones”, subrayó la señora Ríos.
Refirió que la empresa se niega a reponer estas placas, por lo que introdujo una querella contra la administración del parque. Agregó que igual situación ocurrió en el Cementerio del Este, pero que la gerencia de este cementerio si canceló lo sustraído.
Carlos Suárez, vicepresidente de la asociación civil y ex comisario de la extinta Policía Técnica Judicial (PTJ), afirmó por su parte que Caracas y otras ciudades del país presentan un estado deplorable, debido al robo de alcantarillas y tapas de medidores de acueductos.
“Muchos sectores de las autopistas de Caracas y del interior del país carecen de defensas metálicas, debido a la acción de los ladrones, lo cual constituye un grave peligro, ya que no han sido restituidas por las autoridades correspondientes”, añadió el ex comisario.
Agregó que algunos sectores de Caracas han quedado sin energía eléctrica y sin servicio telefónico debido al robo del cableado eléctrico el cual queman en las orillas del río Guaire para extraer el cobre o bronce de su interior.
“El robo de piezas de hierro, bronce, aluminio y cobre se ha convertido en un gran negocio para los delincuentes, que sin recato alguno lo ofrecen a la fundidoras de metales, quienes se convierten en aguantadoras y cómplices de objetos robados”, agregó el experto.
Suárez destacó finalmente que la policía conoce de estos hechos, pero no actúa contra los delincuentes ni contra los propietarios de las refundidoras, quienes frente a escasez de materia prima han decidido reponer sus inventarios con objetos provenientes del delito.
Con información de MVS




