Es mejor prepararse desde ahora.
Los debates que la autoridad en la materia determinó que sean obligatorios para los candidatos a un puesto de elección popular, serán en Tamaulipas, puede asegurarse desde ahora, una galería de descalificaciones, acusaciones, denuncias y sin duda alguna, también insultos.
La razón –o la sinrazón según se vea– es que en forma por demás lamentable, en la política, como sucede en el periodismo sin importar su ámbito, lo bueno “vende” poco.
A diario es posible confirmar esa percepción en cualquier medio de comunicación que pueda valorar. Aunque vaya cobijado por la mejor de las intenciones, un anuncio de un candidato sobre su compromiso de mejorar las condiciones de vida de los campesinos y asalariados o de mantener la tranquilidad de una ciudad, es casi como escuchar el sonido de la lluvia. Se oye por inercia y a nadie le llama la atención. No vende.
En sentido contrario, lo malo, lo sucio, lo escabroso, atrapa a lectores, escuchas o televidentes. Un escándalo o una denuncia subyugan, generan polémica, polarizan reacciones. Venden.
Y eso es lo que volverá a definir a los debates. Quien hoy piense que podrá defender a su partido y a sus aspiraciones con mensajes de conciliación y prudencia y con una postura de cruzar los brazos y poner la otra mejilla para recibir un segundo golpe, merece un aplauso por su moral, pero un zape por su inocencia. O peor aún, por lo que podría tomarse como pusilanimidad.
Véalo de esta manera. A finales de abril se llevará a cabo en nuestro Estado, de acuerdo al anuncio del IETAM, el primer encuentro público y difundido, entre los candidatos a gobernador. ¿Qué nos mostrarán estos personajes?
Con seguridad, pondrán sobre la mesa el drenaje de la casa del vecino. Será para casi todos, una competencia por exhibir no quién tiene el comedor más limpio, si no quién tiene el excusado más sucio. La historia de estos enfrentamientos verbales no tiene excepciones. Así ha sido y así volverá a ser.
¿Valdrá le pena seguir esos debates?
En el caso de Tamaulipas, lo dudo.
Si para muchos el atractivo será el intercambio de lodo, no creo que pueda agregarse más al que ya se ha manejado. En estos momentos la radiografía –lo digo porque es el lado oscuro– de todos los contendientes que luchan por el Ejecutivo estatal, es del conocimiento colectivo. Para decirlo en lenguaje popular, los tamaulipecos sabemos ya, gracias a esa guerra de lodo, cuáles son sus luces y cuáles son sus sombras.
Más claro: Sabemos de qué pié cojean.
LA PLATAFORMA
Y en el mismo tema de los candidatos, me parece que los compromisos de Baltazar Hinojosa poseen un plus frente a sus adversarios cívicos: son el producto de consultas a los ciudadanos a través de foros.
La idea no es nueva para Hinojosa Ochoa. Fue precisamente él quien organizó una serie de encuentros similares en la campaña del doctor Rodolfo Torre Cantú, que fundamentaron la plataforma de propuestas que éste presentó para que el PRI obtuviera en el 2010 la mayor votación en la historia del Estado, en unos comicios de Gobernador.
La importancia de estas acciones radica en que los propios afectados, amas de casa, estudiantes, empleados, empresarios, campesinos y en general la sociedad, definen qué quieren y la prioridad de las respuestas.
La mejor manera de no equivocarse, queda claro, es preguntando…
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