Que se tienden en los árboles los silbidos de palomas
y aullidos de tlacuaches que bordean las bardas, las cobijas de las hojas enmarañadas, luciérnagas en las casas de las hojas arrimadas a la luna, al viento de la noche y la lluvia que no cesa y los candiles del aire, los alambres truenan en el calor y el fresco de estas noches de ciudad tan antigua y tan joven, dibujada entre las nubes con su túnica de estrellas y la luna que sonríe entre vaivenes de nubes, y las gotitas de lluvia que desprende de los labios y de los ojos que ha suspendido Dios.
Las Primaveras cantan entre relinchos de chinchos, el relajo de urracas y tupidas de alboroto ya tumban los retoños de las frutas, de la noche con los racimos de mangos, de ciruelas y guayabas, es el mes de abril, de cercana Primavera que se abandonó de miel y en las copas de los árboles brindamos por estas noches que no nos quitan el sueño porque soñamos más con la esperanza de vernos como hermanos en Paz.




