CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- En menos de dos años, la oficina de Tránsito Local y la Cruz Roja han atendido a 69 accidentes de ciclistas que fueron arrollados, pero lo más grave de estas cifras para quienes utilizan este medio de transporte, es que las autoridades señalan que en su mayoría los culpables de dichos accidentes son los mismos ciclistas, mientras que éstos denuncian que eso sucede por la falta de vialidad apropiada para su circulación.
Las estadísticas señalan que en el 2015 Cruz Roja atendió a 44 personas que impactaron su bicicleta contra un automóvil, mientras que Tránsito municipal señaló que en 25 fueron responsables 15 tripulantes y 10 resultaron afectados.
Las estadísticas son también trágicas. La mayor parte de los ciclistas resultaron lesionados y tres fallecieron en el lugar del accidente.
Francisco Zapata Cervantes, jefe de Peritos en Ciudad Victoria señala que la autoridad identifica un impacto entre una “bici” y un automóvil como un choque y no como un atropellamiento, ya que el reglamento identifica a la bicicleta como vehículo.
Esta debe acatarse a la normatividad vial, similar a la aplicable en una motocicleta, ya que el artículo 18 del Reglamento de Tránsito establece que los motociclistas y ciclistas deben usar casco protector al igual que su acompañante, además de portar lentes o protectores oculares.
El reglamento prohíbe estrictamente “zigzaguear” o realizar piruetas en las vialidades, sujetarse a vehículos en movimiento o rebasar a algún vehículo de motor.
“Un ciclista debe de mantener las mismas medidas de protección que un motociclista, la bicicleta debe de contar con dispositivos de seguridad como reflejantes y cuando menos una lámpara visible en las noches”.
Por seguridad, una persona en “bici” debe portar protecciones como cascos, guantes y protectores en las rodillas y codos, como lo hacen los ciclistas profesionales.
Sin embargo por cuestión económica el 90 por ciento de los ciclistas no llevan ninguna protección, ya que la mayoría de los que se transportan de esta forma son personas de escasos recursos económicos.
Por si fuera poco, la gran mayoría de las bicicletas no las equipan con reflectores o lámparas, lo que las hace casi invisibles para los automovilistas en la noche, acción que puede desencadenar un accidente grave.
No cumplir estos ordenamientos es castigado con una sanción económica de acuerdo al manual de Tránsito, sin embargo por tratarse de personas con escasos recursos la mayoría de los agentes se limitan a amonestar y prevenirlos.
“Existen multas que por el orden de la infracción equivalen a más del valor de la misma bicicleta; entonces no tiene caso perjudicar de esa forma a la población”, apunta.
Apunta que existe imprudencia en gran parte de los tripulantes. Muchos ciclistas, apunta, son muy dados a circular sobre los carriles contrarios, eludir automóviles sin fijarse si se acerca otro, “pasarse” los semáforos o conducir en estado de ebriedad, lo cual los pone en un grave peligro.
La mayoría de los ciclistas piensa que al chocar su bicicleta con un auto, tienen ventaja legal al igual que un peatón, pero esto no es así, porque un choque se da entre vehículos y la bicicleta es considerada como uno más, que avanza con la fuerza humana.
NO LOS RESPETAN NI LES DAN SU ESPACIO
Juan Méndez, como miles de victorenses, utiliza una bicicleta por necesidad, ya que es su compañera de jornada cada día a partir de las 6 de la mañana. El, como otras personas que hacen lo mismo, es testigo de la falta de educación vial así como la carencia de espacios en las calles de la ciudad.
Junto a su compadre, quien sólo dijo llamarse “Pancho”, afirman que en ocasiones recorren de extremo a extremo la ciudad “y hacerlo es arriesgar nuestra vida, pero que le hacemos y sólo nos movemos con mucho cuidado, ya que en la mayoría de la ciudad no existen ciclovías”.
Y subraya:
“Mira, para que te ubiques, el único lugar donde está bien es el Eje Vial, de ahí no le muevas, dijeron que el Ocho iba a tener, pero nada”, dijo bastante molesto ya que desde que anunciaron la modernización de esa calle dijeron que existiría y cree que es una burla.
Se invirtieron 151 millones para la remodelación de la Avenida Tamaulipas, mejor conocida como “El Ocho”, la cual en su proyecto incluía una moderna vía especial para ciclistas, pero nunca se cumplió.
Al igual que ellos, Beto Castro también recorre grandes distancias. El es estudiante del Conalep y para no pagar el camión decidió comprarse una bicicleta con sus ahorros y el recorrido que realiza a diario significa varios kilómetros de traslado.
Relata que a diario se levanta a las 5 de la mañana y se va por el Libramiento, “con miedo y todo, a esa hora aún está oscuro y los pocos carros que pasan no sabes en qué condiciones van”; luego de ahí da vuelta en el 16 en donde tampoco existe ciclopista alguna, hasta llegar a su destino.
Los entrevistados relatan que no conocen a alguien que haya sufrido algún accidente o haya perdido la vida por un choque en “bici”, pero varias veces han experimentado en carne propia el peligro que implica el moverse en ese vehículo en esta ciudad.
UN ACCIDENTE PUEDE SER FATAL
Antonio Rosales, paramédico de la Cruz Roja, señala que el no portar protección al ser arrollado puede desencadenar desde heridas abrasivas, fractura cráneo encefálica y hasta la muerte.
“Son pacientes que necesitan atención médica inmediata para valorar si es necesario trasladar a la persona al hospital o sólo atenderlo en el lugar”.
Explica las diversas lesiones y su gravedad:
Impacto frontal/expulsión: Al detenerse de forma abrupta la rueda frontal, la energía proyecta la parte posterior de la motocicleta por sobre esta. El impacto inicial será de la cabeza, tórax y/o abdomen contra el manubrio. Si la energía es suficiente, el piloto se ve proyectado sobre el volante impactando con ambos muslos contra el manubrio con riesgo de fractura bilateral de fémur. El
aterrizaje generará lesiones adicionales dependiendo de la velocidad, el terreno y la posición en que caiga el individuo.
Impacto lateral/expulsión: El impacto lateral expone directamente la extremidad inferior, pudiendo sufrir aplastamiento de la pierna con fracturas cerradas o expuestas. La caja toráxica queda expuesta a fracturas costales y lesiones pulmonares, y el abdomen puede sufrir lesiones internas como lesiones esplénicas, renales o hepáticas. También pueden sufrir daños en la pelvis y en la columna cervical.
Golpe en la cabeza (uso del casco): Los traumatismos encéfalo craneanos dan cuenta aproximadamente del 66% de las hospitalizaciones y 85% de las muertes por accidente de bicicleta o motocicletas. El casco tiene la función de redistribuir y absorber la energía cinética.
240 PESOS PUEDEN SALVAR LA VIDA
Si bien es cierto que la mayoría de las personas que usan la bicicleta como medio de transporte y no como deporte, son personas de escasos recursos que no pueden gastar grandes sumas, también lo es que es posible adquirir equipo de seguridad por menos de 250 pesos.
Roberto Reta, gerente de Bici-Vic afirma que no es necesario gastarte una “millonada” para equipar tu bicicleta y comprar casco y protectores.
Si bien en el mercado hay una gran variedad de productos, también se puede adquirir algunos de buena calidad a precios más accesibles, como es el caso de los reflectores, en los cuales su precio oscila entre tres y 15 pesos.
Estos son de mucha importancia en la noche, ya que son los que le indican a los automovilistas que circula una bicicleta en el camino. En ese orden de gastos módicos se puede comprar también una lámpara, la cual además de alertar a los conductores te proporciona visibilidad.
Para utilizarlas existen modelos económicos de pilas a 75 pesos el juego, aunque también existen recargables en combos, delantero y trasero a 130 pesos. Los timbres para bici se encuentran desde 48 pesos.
Finalmente y lo más importante es asegurar las partes del cuerpo, para esto existen cascos de ciclista y protectores que van de los 95 hasta los 350 pesos. Todos reducen el impacto de un posible golpe en caso de accidente.




