MATAMOROS, Tamaulipas.- Mientras los sectores económicos de la región se mantienen a la expectativa sobre el preocupante avance de Donald Trump en el proceso político que se desarrolla en Estados Unidos por la Presidencia de ese país, varios organismos, entre ellos la Diócesis de Matamoros, ya comenzaron con las labores para fortalecer la Casa del Migrante ante la posibilidad de que se efectúen repatriaciones numerosas por esta frontera y surja la necesidad de otorgar refugio temporal a los connacionales.
No es para menos, el magnate estadounidense, quien tiene amplias posibilidades para obtener la designación como candidato del Partido Republicano en la Convención Nacional a efectuarse del 18 al 21 de julio, ha divulgado una plan para deportar a 11 millones de ‘sin papeles’, como lo ha catalogado.
Las argumentos de Trump, que al principio fueron risibles y en algunos casos increíbles, ahora han provocado incertidumbre porque de ganar la presidencia de Estados Unidos podría desencadenarse una crisis migratoria en la frontera con la deportación diaria de cientos de mexicanos, si aplica su estrategia publicada en la página web mediante la que se promociona.
Desde que se posó en los reflectores políticos del país de la barras y las estrellas, el mundo ha seguido de cerca la evolución de este personaje que su popularidad se ha disparado por sus iniciativas polémicas las cuales podrían convertirse en una realidad perjudicial para diversas naciones y, por supuesto, para México.
‘POR SI VIENEN O POR SI NO’
El padre Francisco Gallardo López, quien preside la Dimensión Pastoral de la Movilidad Humana en la Diócesis de Matamoros, ha encargado a Juan Antonio Vargas Sierra mejorar la operación de la Casa del Migrante de Matamoros ante cualquier eventualidad provocada por los cambios en el sistema político del país vecino.
Dentro de las tareas asignadas a Vargas Sierra es el conseguir una mayor cantidad de alimentos, elevar la calidad de los servicios que se prestan a los mexicanos expulsados de territorio extranjero, ademas de estabilizar las finanzas del lugar, para enfrentar cualquier suceso.
“Vamos a prepararnos por si vienen o por si no, debemos estar preparados para ser mejores, para dar mejor atención, que se está dando pero sí tenemos que superar los problemas económicos”, dice Juan Antonio, quien preside el proyecto.
Es tajante, aunque es complicado que Donald Trump gane la presidencia y después de eso se aprueben las repatriaciones masivas que pretende, de ejecutarse la propuesta la frontera tamaulipeca estaría sumida en una crisis emergido por el arribo de miles de mexicanos –cientos en cada ciudad– como sucedió hace unos años
porque las instituciones de gobierno son endebles y se carece de programas para asistirlos.
Recuerda que a principio de la actual década -entre los años 2011 y 2012- eran liberadas hasta 600 personas por el Puente Internacional Puerta México. Hasta es ese lugar acudían los integrante de la Iglesia Católica a tratar de alimentarlos pero era complicado.
De ese fenómeno se desprendieron diversas problemáticas, los deportados no podían regresar a sus entidades de origen porque no contaban con dinero y los que sí traían efectivo no lograban abordar por la limitada capacidad de las compañías de transporte en la Central de Autobuses.
Señala que por fortuna aprendieron a enfrentar las circunstancias y propiciar soluciones, aunque no es propicio que se vuelva a presentar una situación como la de esos años porque Tamaulipas sería el destino de ese naufragio de migrantes.
“No le tememos a esas deportaciones masivas porque ya tuvimos una experiencia pero no deseamos que llegue mucha gente porque nos afectaría la imagen de un Matamoros con mucha gente a la deriva”, enuncia Vargas Sierra, quien en conjunto de Rubén Hernández Guzmán atiende el módulo de Atención a Migrantes en la terminal de la localidad.
CAPACIDAD LIMITADA
La Casa del Migrante, ubicada en la colonia Ampliación Solidaridad, cuenta con una capacidad para atender hasta 100 personas por día, ya que aparte de las 50 camas que tiene cuentan colchonetas y espacio para acomodarlas.
Vargas Sierra expone que de efectuarse expulsiones en grandes cantidades como maquina Trump, las instituciones de gobierno registrarían numerosas problemáticas porque en la actualidad, que la deportación va en aumento, se ha suscitado crisis por la falta de ayuda.
Y es que las instancias federales y estatales no enfrentan el problema, mientras unas delimitan su asistencia, otras no cuentan con recursos para apoyar a los migrantes en su salida del municipio.
Por ejemplo, el Instituto Nacional de Migración (INM) solo documenta a los remitidos de territorio estadounidense, los traslada en la central de autobuses y se retiran sin verificar si podrán retornar a sus lugares de origen.
El Instituto Tamaulipeco para los Migrantes (ITM) ha fallado en varias ocasiones en transportar a la Casa del Migrante a los connacionales porque carecen de gasolina. Inclusive la Diócesis de Matamoros ha tenido que aportar para que se efectúe la acción.
El Servicio Nacional del Empleo (SNE), que cuenta con el Programa Repatriados Trabajando, en el que se le compra el boleto de autobús al repatriado, ha suspendido en varias ocasiones del año la iniciativa porque se agota el presupuesto.
“El gobierno local se deslinda, al menos en estas dos administraciones ha sido de esta manera”, declara el entrevistado.
Para Vargas Sierra el que Trump quiera devolver la grandeza a Estados Unidos ‘devolviendo’ a miles de mexicanos es complejo pero no se puede descartar y por eso hay que actuar a tiempo para estar prevenidos.
SIN EMPLEOS, SIN SERVICIOS
Fue a mitad del año del 2015 cuando el neoyorquino Donald Trump anunció su aspiración a la candidatura republicana en medio de ataques contra migrantes mexicanos que causaron una reacción inmediata.
Desde el surgimiento de Trump en el ámbito de la política, nadie se ha perdido los triunfos obtenidos en las denominadas elecciones primarias, en las cuales ha vertido sus opiniones sobre cómo debería funcionar Estados Unidos.
Para el director de la Camara Nacional de Comercio (Canaco), Abraham Rodríguez Padrón, sería contraproducente que Trump, en caso de llegar a la presidencia, rompiera con México, uno de los principales socios de Estados Unidos.
“Si esta politica de Donald Trump se hiciera manifiesta acabaría primero con las empresas de Estados Unidos que con las de nosotros. Nos regresarían mexicanos que no tendrían trabajos pero ellos acabarían con la mano de obra que no tienen”, dice.
El entrevistado comenta que el republicano, quien hace unos días declaró que cancelaría el pacto comercial con Canadá y México si se convierte en presidente, no podrá actuar como ha declarado porque se encontraría con opositores que impedirían sus reformas.
“Estados Unidos es un socio comercial pero hay muchos otros en el mundo que se están abriendo, como China e India, para que nosotros podamos exportar nuestros productos”, enuncia.
De aplicarse una repatriación masiva expone que sería perjudicial para el municipio en todos sus sentidos porque no hay servicios suficientes, ni empleos, en el caso de que decidieran quedarse a radicar en la región.
“No tenemos los empleos suficientes que se requieren para una deportación masiva, con las repatriaciones que se hacen actualmente hay mucha gente que se queda en la frontera y no se le puede dar trabajo”, argumenta.
Padrón Rodríguez enuncia que están a la expectativa de lo que suceda en los Estados Unidos desde donde Donald Trump ya obliga al sector empresarial a analizar lo que representaría un presidente con estas características.