1.- Frente a la magna crisis en que se debate el hombre de nuestros tiempos, las nuevas generaciones que ni estudian ni trabajan construyen sin duda la causa mayor de todas nuestras meditaciones.
2.- Al contemplar las complicadas alternativas que configuran la problemática juvenil, una común angustia circunda nuestra responsabilidad ciudadana, la cual aumenta por el abandono de las escuelas de los maestros marchistas e irresponsables de la CNTE.
3.- Los jóvenes son, por ley natural, el obligado material con que ha de construirse el porvenir de la nación. De las cualidades que hoy acusen derivará la confianza que la sociedad les conceda en el futuro. Por ello, no descuidamos ocasión de invocarles su temprana responsabilidad en lo que hoy realizan, y que habrá de configurar positiva o negativamente su futuro.
4.- Ante el desolador panorama que hoy se observa sobre la conducta de los jóvenes, es imperativo que la sociedad, el gobierno, las iglesias, los maestros y los padres de familia tomen iniciativa para modificar el sentido autodestructivo de gran parte de las nuevas generaciones.
5.- El consumo exagerado de tabaco, alcohol y drogas, los cotidianos y fatales accidentes de tránsito, la práctica prematura del sexo, los múltiples embarazos de menores de edad, la deserción escolar explosiva, la alergia al esfuerzo y los vicios de la voluntad, configuran una perspectiva desoladora sobre el porvenir de los jóvenes.
6.- Creemos que la juventud no es sólo una etapa de esplendor físico o una estación pasajera de la naturaleza humana, ni una cifra de energía por derrochar sin conexión con los valores trascendentes de la vida. Es, por evidente cronología, una fase de preparación y desarrollo de las mejores vacaciones del hombre, destinada a cumplir las tareas que las necesidades nacionales reclaman.
7.- La época actual refleja la crisis de las ideologías, sin la sustitución por otra fe en valores dignos de ser defendidos, y lo que se heredó a las nuevas generaciones es, en cierta forma, el desgaste de todos los valores de los que crecieron en la atmósfera del fascismo, de los que fundaron un socialismo sin libertades, y de los que aún sustentan un capitalismo militarista y tecnocrático que impide el desarrollo independiente de los pueblos.
8.- Pero las circunstancias críticas que definen la época ni justifican la actual conducta de los jóvenes, y tampoco son fundamento suficiente para que persistan en una actitud exclusivamente destructiva. Frente a las contradicciones de la era de la tecnología, industrial y militar de nuestro tiempo, la única forma de dominar la realidad será haciéndose cargo de ella, es decir, reflexionando y actuando racionalmente sobre la misma.
9.- Una estrategia válida para afrontar la necesaria articulación de las generaciones en la vida, será la de instaurar nuevas formas de participación política y económica, que satisfagan las expectativas de autonomía, y desarrollo de los jóvenes, y que permitan asegurar condiciones más dignas a su existencia y crecimiento.