En este mismo espacio editorial, estimados lectores de estos Apuntes, desde hace casi cuatro meses les comentaba sobre un grupo de empresarios del ramo gasolinero del país, particularmente del noreste mexicano, que se habían unido para construir su propia refinería privada con la finalidad de procesar las gasolinas que requieren para sus propios expendios.
Este proyecto tomó otra dimensión cuando a través de Salvador Rosas Quintanilla, diputado local, promovió la solicitud de permiso ante el Congreso de Tamaulipas para instalar una refinería privada en Matamoros, siendo el primer paso a nivel nacional que se daba bajo el nuevo paradigma brindado por la reforma energética.
En aquella ocasión busqué al legislador nacido en Nuevo Laredo, Tamaulipas, además prominente empresario del sector del comercio internacional y, por consiguiente, conocedor de la dinámica fronteriza binacional, quien me comentó que el proyecto se realizaría en dos meses con puro capital privado, con una inversión de mil 250 millones de dólares, de los cuales 250 millones de dólares son aportados por inversionistas tamaulipecos. ¿Por qué Matamoros y no en Madero donde ya existe una refinería propiedad de Petróleos Mexicanos (PEMEX)? Muy sencillo, detrás de este plan de negocios están petroleros texanos, además de la estratégica cercanía existente con las grandes plantas de extracción de hidrocarburos en Texas.
Todo esto sucedió a finales de marzo de este año, 2016, fecha cuando maduró el proyecto que se cabildeaba desde diciembre de 2015; sin embargo, esta semana ya tomó una forma oficial cuando la Secretaría de Energía informó que existen estudios por parte de inversionistas privados para construir cuatro nuevas refinerías en México, siendo expuesto ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, en voz de Pedro Joaquín Coldwell, Secretario de Energía, quien detalló que se ubicarán cerca de los centros productores de petróleo, en Campeche, Tabasco, Veracruz y Tamaulipas.
De acuerdo al legislador panista, Salvador Rosas Quintanilla, la refinería que se instalará en el Puerto Matamoros sin especificar la zona, se dedicará a comprar petróleo ligero en Texas con el objetivo de refinarlo, produciendo gasolina para el mercado mexicano, particularmente para el abastecimiento de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila. De acuerdo a especialistas del sector con los que tuve acceso, refieren que la capacidad de procesamiento para un proyecto de estas características es de 50 mil barriles de crudo diarios (MBD), por lo que funcionaría muy bien con una minirefinería, una nueva tendencia mundial, que son 12 veces más pequeñas de las que actualmente operan –por no decir, semioperan- en México.
Todo lleva un buen curso, mismo que permitiría que para inicios de 2017 estarían operando estas refinerías privadas, tal como sucede en otros países del mundo, y con ello se estará aprovechando el nuevo paradigma que faculta la reforma energética, generando más de mil empleos directos desde el sector privado por cada refinería, pero sobretodo se estará abatiendo parte de la complejidad de distribución de gasolinas en México, generado por una obsoleta red creada durante 80 años de paternalismo del Estado y PEMEX ¿Usted qué opina?
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