CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Luego que en las últimas semanas se han recrudecido los asaltos a autobuses en carreteras de Tamaulipas, choferes señalan que tienen miedo de transitar, especialmente por las noches y más a denunciar por temor a represalias.
Apenas el lunes ocurrió el secuestro de al menos 15 pasajeros en un autobús que viajaba de Nuevo Laredo a Piedras Negras, Coahuila.
Fuentes de la Procuraduría General de la República informaron que ya atrajeron la averiguación de los hechos.
Aunque no existe denuncia formal, en base a lo publicado por medios de comunicación, la PGR trabaja con la lista de pasajeros para esclarecer lo ocurrido.
En lo que va del año no existen denuncias, al menos no reportadas en las estadísticas del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Nacional, pero a través de reportes en redes sociales, notas periodísticas y los mismos reportes del Grupo de Coordinación Tamaulipas, se da cuenta de al menos nueve asaltos este 2016.
Del 2010 a la fecha, se han acumulado 257 denuncias de asaltos a autobuses en las carreteras de Tamaulipas. En ese año, las denuncias fueron 29 en las agencias del Ministerio Público; un año después, en el 2011, ya se tenían 76 asaltos en carreteras a autobuses foráneos y en el 2012, la suma fue de 87, siendo este, el año más peligros para el transporte de pasajeros en carreteras del estado.
En el 2013 se da cuenta de 26 denuncias, 14 más en el 2014 y el año pasado se anotaron otras 16 denuncias de robos a autobuses que cubren alguna ruta en el estado.
En este año, no se tiene registro en las estadísticas del Secretariado, de carpetas de investigación por este delito; sin embargo el 12 de febrero se reportó el asalto a un
autobús Senda, que salió con 40 pasajeros de Nuevo Laredo a Monterrey, mismo que fue detenido por hombres armados en la carretera nacional, despojando a los pasajeros de sus pertenencias, mientras el camión estaba en marcha.
En el mes de julio, al menos cuatro asaltos fueron denunciados, en esta ocasión se logró detener a dos presuntos criminales, un hombre y una mujer que pretendían cometer su cuarto asalto.
Los tres primeros asaltos fueron cometidos el 8 de julio, informó e Grupo de Coordinación Tamaulipas; el primero de ellos fue a un autobús de la línea Transpaís, a la salida de Reynosa, a la altura del nuevo hospital del Seguro Social en Reynosa; el segundo lo perpetraron horas después, en el kilómetro 96 de la referida carretera, siendo en esta ocasión, un camión de la línea Estrella Blanca.
Policías de Fuerza Tamaulipas, luego de ser alertados de los asaltos, implementaron un operativo y lograron capturar a la pareja que se encontraba en el kilómetro 106 de la carretera Reynosa-San Fernando, asaltando a un autobús Transpaís, donde poco antes ya habían asaltado otro autobús.
Apenas tres días después, un Omnibus de México que salió de Nuevo Laredo con destino al Estado de Durango, con parada en Torreón, Coahuila, fue asaltado a unos 30 kilómetros después de haber cruzado la caseta de cobro de la autopista Laredo-Monterrey.
En el mes de agosto, nuevamente ocurrieron varios incidentes que fueron reportados a través de redes sociales por los mismos pasajeros, el 30 de agosto en la carretera Reynosa–Monterrey, a la altura del complejo de Burgos–Pemex, cuatro hombres armados pararon a punta de balazos un autobús de la línea Omnibus de México.
Los pasajeros reportan que los sujetos, después de despojarlos de sus pertenencias, bajaron a dos jóvenes entre 18 y 20 años a quienes se llevaron; señalan en sus reportes que otro autobús de la misma línea, se encontraba en la carretera con los pasajeros abajo, mismo que también había sido asaltado.
El tercer incidente se suscitó ese mismo día, pero ahora a un autobús de Transportes del Noreste, que salió de Monterrey con destino a Mc Allen; cuando tres encapuchados amagaron y golpearon al chofer y a los pasajeros les quitaron todo lo de valor, además que dos jovencitas fueron obligadas a descender y no se volvió a saber de ellas.
En 2015 Marinos viajaban encubiertos en los autobuses
El año pasado, luego que se incrementaron los asaltos a autobuses foráneos en la zona de Matamoros, elementos de la Secretaría de Marina viajaban encubiertos como pasajeros en algunas corridos, además de que se escoltaban algunas unidades a un lugar seguro.
En temporada vacacional, la Policía Federal también implementó operativos de acompañamiento con patrullas, para autobuses que viajaban de una ciudad a otra, sin embargo, ninguna de estas acciones continúa.
Tenemos miedo, pero hay que trabajar: Choferes
En entrevista, algunos choferes de la Central de Autobuses de Victoria, señalan que las revisiones que realiza el Ejército en este punto no es constante, “vienen de repente, pero sólo están adentro en la sala, traen a veces perros y ven a la gente; nosotros no podemos revisar a personas para detectar si traen armas, aunque ahora la mayoría de las veces son asaltantes que paran los camiones en la carretera”, señaló uno de los entrevistados.
Un chofer con más de diez años de experiencia, señala que ya no hay distinción en cuanto a horarios, pues los asaltos pueden ser de día o de noche, “claro que da más miedo viajar de noche, pero ahora ya es lo mismo, además tenemos que trabajar, qué podemos hacer”.
Aunque la mayoría de los autobuses cuentan con sistemas de localización, no están exentos de un asaltos, puesto que, aunque la operadora llama al conductor para saber el motivo por el que se detiene en algún punto, cuando la ayuda de las autoridades de seguridad llega, por lo regular los asaltantes ya se han escapado.
‘Todo ocurre en segundos, pero parece eterno»
(Lucía), salió de Victoria a Nuevo Laredo para visitar a su familia; el viaje marchaba bien, cuando de pronto el autobús se detuvo en la carretera, sin saber qué ocurría, escuchó gritos de hombres que exigían a los pasajeros sus pertenencias, joyas, carteras, celulares, todo lo de valor, que iban echando en bolsas de plástico.
“Fueron momentos de terror, pensé que nos iban a matar, algunas mujeres se ponían histéricas y gritaban y los tipos les gritaban y amenazaban con golpearlos si no se callaban; todo fue rápido, aunque a mí me pareció una eternidad”.
Tal como llegaron, los sujetos armados bajaron del autobús y se fueron en dos camionetas, no sin antes lanzar amenazas de no denunciar; el autobús siguió su marcha, en tanto que los pasajeros, algunos lloraban, otros empezaban a rezar y otros más, aunque no se conocían, se abrazaban y daban consuelo de estar vivos, relata.
Aunque esto sucedió hace ya dos años, el sólo pensar en lo sucedido, aún le provoca ansiedad y sudoración en las manos, estrés postraumático por la experiencia vivida, le diría una amiga psicóloga que la enseñó a manejar su ansiedad en la vida diaria.




