Los alborotados grillos que persiguen las senadurías y diputaciones, se han modernizado todo lo que pudieron y ya integraron su comité de campaña con el equipo siguiente:
1. “El Gurú”.- Este personaje es experto reconocido en la grilla gruesa y sotanera. Su función es develar las tendencias de la cúpula, interpretar sus revelaciones, apoderarse del enigma del futuro y aportar su consejo para que el aspirante se sitúe con ventaja en el momento de las elecciones. En la región operan diversos individuos que interpretan la bola de cristal, y los hay de varias categorías y precios.
2. El Coordinador General.- Invariablemente se trata de un caradura de palabra fácil, pocos escrúpulos y de mucha facilidad para el rollo, la mentira y la mano negra. Más o menos un rufián ilustrado que sabe de computadoras, conteos rápidos y alquimia electoral.
3. “El Charolero”.- Es el pedigüeño que pone la cara para para solicitar las monedas para la campaña, ofreciendo a cambio todo lo que se le ocurra, desde cargos hasta complicidad, negocios, mujeres e impunidad.
4. Los Grillos.- El personal grillesco cumple un papel destacado en la batalla futurista. Es la abnegada infantería que lucha en los cafés, restaurantes, bares, carnes asadas, carreras parejeras, ferias regionales, tamaladas, antesalas, alcobas, giras y demás situaciones y eventos, difundiendo rumores e instrumentando intrigas y calumnias contra los enemigos de su “candidato”.
5. La delicada tarea de los grillos requiere de pericia y refinación, para sembrar, divulgar pacientemente los rumores que, básicamente, se refieren a asuntos de deshonestidad, enriquecimiento ilegítimo, nepotismo, adulterio, alcoholismo, homosexualismo y disolución familiar; imputándole además a los adversarios el calificativo de corruptos, cínicos, ambiciosos, traidores, cortesanos, perversos y dinosaurios.
6. La Morralla.- Estos singulares y esforzados “compañeros de viaje”, son seres menores de “grito y pancarta” que colaboran en la más baja escala del partidarismo. Se les utiliza para “hacer valla” y “hacer bulto” en los actos públicos a que asiste el candidato y sólo adquieren alguna relevancia cuando se transforman en “porra” y aplauden rabiosamente al candidato, en algún mitin, asamblea, foro, o cualquier evento público.
7. “Las Plumas de Oro”.-Son personajes del mundillo periodístico y su labor consiste en maquillar y embellecer la imagen de su candidato, y escupir y enlodar a sus contrincantes, hasta que pidan paz o se retiren de la contienda.
8. Los citados plumíferos son tan eficientes que, generalmente, de los casi 50 aspirantes a las senadurías que arrancan al principio de la grilla, sólo quedan finalmente dos o tres y por cierto bastante deteriorados. Las plumas de oro escriben himnos a la victoria de su candidato, o poemas muy sentidos sobre la pluralidad y el influyentismo cuando ocurre la gloriosa derrota.