“Pueblo que ignora su historia, pueblo que está condenado a repetirla”
Abraham Lincoln
Nuestros mayores, cuando recuerdan y evocan el pasado con nostalgia, cuentan que hace décadas, en los pueblos de México, existían tres figuras de respeto, prestigio y admiración: el policía, el maestro y el alcalde. Estos tres personajes cumplían sus funciones con espíritu de servicio, sacrificio y, cuando era requerido, con heroísmo.
Los niños querían (dicen) ser policías y acercarse a ellos para estrechar su mano, detener al maleante, al ladrón, acabar con el “robachicos”; los padres acudían al maestro para apoyar las tareas educativas, escuchando con atención lo que les decía el dueño del aula escolar, en ocasiones, hasta solicitan su consejo de vida; la sociedad veía al Presidente como un amigo, un solidario con sus causas, una persona que se sentía parte íntegra de la comunidad, no alguien diferente a ellos.
Algo pasó, un quiebre se registró, hubo un momento en la historia, que las tres figuras importantes se fueron desvaneciendo, alejando despacio entre la niebla, hasta quedar distantes del sentir comunitario.
Las razones, ignoramos todas, pueden ser falta de capacidad, falla estructural del sistema, ausencia de ética profesional y humana, entre otras; lo cierto es que estos cuadros son importantísimos y necesarios para nuestro progreso, son fundamentales para alcanzar la tranquilidad y la justicia que la gente día a día necesita.
La tarea es reincorporarlos en el lugar que antes ocupaban, otorgándoles los recursos, las prestaciones, el equipamiento y el apoyo necesario para su desempeño, aunque si el vicio viene inherente a la persona que funge, nada de esto sirve.
Dicen nuestros mayores cuando refieren con melancolía sus épocas vividas, que siempre se puede mejorar, que siempre hay semillas que sembrar y que, cuidando éstas con paciencia y calma, frutos deben de dar, que la convivencia civilizada no es algo tan lejano como parece, que siempre será positivo transformar la tristeza en esperanza.
Los que aún no formamos parte del pasado, si no del presente y del futuro, creemos que existen muchos mexicanos comprometidos con la responsabilidad y el deber de seguir mejorando nuestro país, en cualquier trinchera que corresponda estar. Debe emerger una nueva generación de profesionistas con diferente visión, de servidores públicos, de representantes sociales (especialmente jóvenes), que tomen la estafeta de sus mayores para lograr una dimensión innovada de México; dejando claro que no siempre el cambio generacional se encuentra relacionado con la edad, en ocasiones son jóvenes formados con viejas prácticas que, a estas alturas de la evolución social y política, ya no deben existir.
La cuestión más importante es, en un plano no tan distante, cuando seamos los mayores que hablan del pasado, ¿cuál será la historia que contaremos a los jóvenes? Espero sea una que no produzca desasosiego.
FUERA DE LUGAR… Cada vez están más calientes las elecciones para la gubernatura del Estado de México, el segundo debate entre los candidatos fue un muy buen ejercicio, pero no queda claro, ¿quién es el rival a vencer, Delfina de MORENA o Del Mazo del PRI?; pero generó gran sorpresa: Juan Zepeda del PRD ha resultado un candidato fuerte y completo, suma y suma puntos, al grado (se dice) que ha relegado a Josefina del PAN, ¿caballo que alcanza gana?
RECOMENDACIÓN SEMANAL: En su segunda temporada, la serie norteamericana “Billions” sigue mejorando la trama inicial, el Fiscal neoyorkino Chuck Rhoades, continúa intentando encarcelar al billionario Axelrod, en ocasiones utilizando medios maquiavélicos, cuando se busca la justicia, ¿el fin justifica los medios?.