MÉXICO.- Hay pocos barcos tan legendarios como el Titanic. Pervive en el imaginario colectivo y hoy, más de 100 años después de hundirse, recobra actualidad en el mundo de los viajes. Aunque esta vez no se trate de viajar en él, sino hasta sus restos. Blue Marble Private, una empresa de viajes de lujo, estrenará en 2018 un viaje de ensueño: una travesía a las profundidades del Titanic.
Tras zarpar de Southampton el 10 de abril de 1912, el Titanic recaló en Cherburgo, Francia, y en Queenstown, Irlanda, antes de intentar atravesar océano Atlántico. Cuatro días después de partir, chocaba con un iceberg. Ahí comenzó la tragedia, pero también el mito.
Los restos del Titanic fueron hallados en 1985 por Robert Ballard, explorador y oceanógrafo residente de National Geographic, y Jean-Louis Michel, a una profundidad de 3.784 metros. Ellos fueron los primeros en lograr imágenes del navío en las profundidades. Ahora Blue Marble Private ofrece llevarnos hasta ahí como auténticos exploradores submarinos. A partir del año 2018 comenzarán las expediciones con los primeros turistas del Titanic. El viaje tendrá una duración de ocho días y estará dirigido por un equipo especializado. Los viajeros embarcarán en la isla de Terranova, Canadá, para alcanzar la zona en la que se hundió el Titanic. Una vez allí, la inmersión se realizará mediante un sumergible de titanio y fibra de carbono especialmente diseñado para la aventura.
¿Y cuánto costará el viaje? El precio ya está fijado: 105.129 dólares (alrededor de 98.000 euros), cifra que, según la empresa, supondría el equivalente al desembolse de un billete en primera clase en el viaje inaugural del Titanic.
El Titanic se convirtió en referente de la época dorada de los transatlánticos, que comenzó a principios del siglo XIX cuando el velero estadounidense James Monroe zarpó de Nueva York con destino a Liverpool. Desde aquellos pioneros, una gran cantidad de navieras ofrecieron sus líneas regulares de transporte marítimo. Entre ellas, la White Star Line, la propietaria del Titanic, el mayor barco de pasajeros del mundo en su época, diseñado con lo último en comodidad y lujo. Contaba con gimnasio, piscina, restaurantes, camarotes espaciosos, biblioteca y hasta un servicio de telegrafía para uso de pasajeros y tripulantes.
También estaba equipado con avanzadas medidas de seguridad. Pero ya sabemos por Jack y Rose, los personajes de Titanic, la película de James Cameron, que el problema estaba en que había pocos botes salvavidas disponibles para los pasajeros, entre los que se encontraban algunas de las personas más ricas del mundo, y también cientos de inmigrantes irlandeses, británicos y escandinavos que iban a Norteamérica a por un sueño.
Tal vez ahora, Blue Marble Private, al modo de aquellas navieras, se convierta en referencia de los viajes submarinos al fondo del Atlántico. Sin duda, se trata de una experiencia única, y tal como remarcan desde la empresa, hay muchas menos personas que hayan podido ver el pecio del Titanic que las que han visto la Tierra desde el espacio, o, incluso, escalado el Everest. De todas formas, se contempla una corta pero intensa carrera comercial. Tal como se descubrió recientemente, es posible que los restos del Titanic desaparezcan en unas dos décadas, devorado por una bacteria que se alimenta pegada a las superficies de acero del navío.
Con información de National Geographic.